Nuestros primeros días como madres

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Wanda Maximoff

Cuatro días después nos dejaron salir del hospital, Nadya es la bebé más tranquila del universo, aunque han sido días difíciles me duele mucho el cuerpo, los pechos me duelen mucho, me dijeron que era algo totalmente normal, lamentablemente no le puedo dar pecho a Nadya, por una serie de examenes que me hicieron el hierro en mi sistema está muy bajito entonces por la seguridad de Nadya y mia no puedo darle pecho, sin embargo, tan solo tenerla junto a mi y poderla cargar, y consentirla es lo mejor del mundo, el mejor regalo del universo.

Buenos días mi amor - la voz de Nat a mi lado me regresa a la realidad, está sacando a Nadya de la cuna -. Ya lo se mi amor, estás muy consentida.

Se sienta a mi lado y me da a Nadya.

Hola mi reina - dejo un beso en su pequeña frente -. ¿Cómo amaneció la princesa de la casa?

Nadya suele dormir toda la noche, solo se despierta para comer, para su cambio de pañal y vuelve a quedarse dormida.

¿Cómo te sientes amor? - me dice Nat.

Estoy bien amor, mucho mejor - dejo un beso en su mejilla y me vuelvo a concentrar en la pequeña en mis brazos.

¿Aún quieres que los chicos vengan? - yo asiento.

Tienen que conocerla - sonrío y sigo hablando -. Tu ¿Estás bien?

Si cielo, solo un poco cansada, anoche Nadya no nos dejo dormir mucho, bueno a ti a mi no - la miro confundida -. Anoche como a las tal vez dos de la madrugada, Nadya se levanto, estaba terminando de enviar un correo y la vi despierta, entonces tuve que arrullarla como hasta las tres de la mañana, cuando se durmió me acosté y no pude volver a dormirme, me quede viéndola, estaba aterrada de que le sucediera algo.

¿Por qué no me lo dijiste amor? - le digo, me levanto y dejo a Nadya en su cuna -. No sabía que te sentías así...

Han sido días difíciles amor, desde que supiste que no puedes darle pecho a Nadya has estado super triste, y no quiero estresarte más - la abrazo con fuerza y cuando nos separamos junto nuestras frentes.

Estamos juntas en esto amor - digo mientras que la miro a los ojos, esos ojos que me han vuelto loca desde el primer día -. No debes de tener miedo ¿si? Se que es un cambio grande cuidar de una bebé, pero lo lograremos, siempre lo logramos sea como sea, tranquila.

Ella deja un beso en mis labios, rodeo con mis brazos su cuello y me siento en sus piernas, respiro de manera ascelerada, sin embargo el llanto de Nadya nos saca de nuestro momento, nos reímos con Nat.

Necesita atención - me dice.

Pero yo también - ella sonríe, yo me bajo de sus piernas y ambas nos levantamos de la cama.

¿Por qué lloras mi amor? - le pregunta a Nadya, ella llora un poco menos y solo nos mira -. Yo solo quiero atención mamá, ¿cierto que sí?

Nat la toma en sus brazos, yo no digo nada solo las veo, Nat deja besos en las mejillas de nuestra hija y le hace burbujas para entretenerla, Nat me señala con el dedo y Nadya me mira, sus ojos quedan en mí.

¿Qué paso mi reina? - me acerco a ellas -. ¿Quieres estar con mami?

Está encantada contigo, cielo. No para de verte - la tomo en mis brazos.

Es que soy igual a ti mami - dejo besos en sus barriga -. Te amo muchísimo pequeña brujita.

El sonido del timbre nos hace voltear, Nadya voltea con nosotras y empieza a llorar con mucha fuerza.

Alma GemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora