La chica se encontraba terminando uno que otro dibujo mientras a su alrededor habían algunos chicos que simplemente estaban allí por gusto, pues la tienda de tatuajes de la mujer tenía un ambiente tan agradable que muchos preferían pasarlo ahí que en otro sitio. Y digamos que la tiendita era bastante conocida en el bajo mundo, pues ella se encargaba de tatuar a todos esos criminales o adolescentes que anhelaban tener algo significativo o no en su piel.
Al inicio quizás fue un poco impactante para ella, pero con el tiempo logró ganarse el cariño de todos y ahora era como la princesa de ese sitio. En pocas palabras, nadie podía tocarla, sino, era muerte segura para aquel o aquella idiota. Pues era obvio que las pandillas de hoy en día, especialmente Tōman, no distinguía por género.
La fémina se quitó el cigarrillo de la boca cuando la puerta se abrió, dejando ver a un muchacho de estatura mediana, con un cabello rubio algo despeinado y vistiendo ropas casuales. Enseguida el ambiente se puso tenso y eso no pasó por alto a los ojos de la chica.
—Bienvenido.
—Hola. —saludó un poco cohibido.
—Toma asiento, ¿Primera vez aquí? No te había visto. —sonrió dejando ver sus blancos dientes. Apagó el cigarro y botó la colilla en el basurero de abajo de su escritorio. Apoyó su rostro en su mano y observó al chico con suma cautela.
—Sí, primera vez.
—Que emocionante~. Piel virgen, eh.
La tienda había quedado solitaria de un segundo a otro.
—Debes ser alguien importante, ¿Puedo saber tu nombre? —le preguntó mientras sacaba una hoja nueva y un lápiz con punta recién sacada.
—Sano... Sano Manjiro.
—Ah, sé quién eres. Mikey, ¿No?
—Ajá. ¿No te da miedo?
—Créeme que no. Vivo con la muerte al lado. —fue risueña y lo miró—. Tener frente a mí al líder de Tōman es más un honor. Ahora, Manjiro —sostuvo el lápiz—, aquí tenemos tres opciones para el cliente. La primera es escoger algún diseño hecho por mí, el otro es que tú hayas traído tu propio boceto y aquí terminar de arreglarlo para que quedes satisfecho y el último es boceto libre.
—¿"Boceto libre"?
—En pocas palabras tú me dices lo que quieres y yo lo dibujo aquí. Así que, ¿Cuál escoges?
—La tercera.
—Y mi favorita. Genial. —sonrió, dejando ver unos pequeños hoyuelos que a Sano le atrajeron—. Puedes contarme por mientras. A tu izquierda hay una máquina de bebidas de cualquier índole, hay cigarros y cosas para comer si gustas y todo gratis.
—¿Por qué gratis?
Es como un niño de curioso. Sonrió de lado. Cuando era adolescente escuchaba de él en todo momento, pues Tōman llegó a ser la pandilla más conocida y grande hace un par de años y para las chicas, en ese momento, estar con un pandillero o, era un sueño o un mal presagio. Para ella no era ninguno de los dos. Sin embargo, a pesar de que escuchaba del "grandioso Mikey" por doquier, jamás lo había visto en persona hasta hoy día.
—La comida, el agua o cualquier bebisteble es algo que "Tinta Récord" quiso proveer por su propia cuenta. Además, es algo que no debería ser cobrado. —sonrió.
—Coincidimos en algo.
—Vaya. —lo miró—. Bien, dime el diseño, por favor.
Mikey comenzó a decirle con sumo detalle el dragón que su amigo de la infancia llevaba en su cabeza. Sus ojos estaban fijos en el lápiz que la chica de cabello negro con mechas azules manejaba con total agilidad, plasmando cada minucia que salía de los labios del rubio. Hasta que ambos se detuvieron a la vez.
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la tatuadora de bonten [completa]
FanfictionHistoria corta. Los personajes le pertenecen a Wakui Ken a excepción de la rayis llamada Sayuri.