—Ka-ku-cho~.
Habían pasado dos semanas en las que Sayuri estaba conviviendo con los miembros de Bonten. En esos días había vuelto a abrir su tienda de tatuajes siendo un gran éxito, pero con la diferencia de que ahora tenía a dos gorilas a la entrada del local por órdenes de Manjiro para que la muchacha estuviese más segura. Ahora era sábado y tenía el día libre, así que estaba en búsqueda de Kakucho, y se alegró cuando lo encontró en el patio armando un castillo con la nieve que cayó durante la noche.
—Dime. —fue amable al responderle a la muchacha de mejillas rojas a causa del frío. No se había girado a ella para verla, pero cuando lo hizo casi le da un infarto—. ¡Sayuri, cómo sales así no más, te vas a enfermar!
—Es que no encontré mi bufanda. Estoy segura de que Sanzu se la llevó. —hizo un puchero—. Pero no hace tanto frío.
—Tus temblores y labios casi morados no dicen lo mismo. —puso los ojos en blanco—. Ven aquí.
Sayuri dio pequeños saltos a causa de la espesa nieve que no la dejaban caminar con normalidad. Cuando llegó frente a Kakucho, el muchacho se quitó la bufanda roja que él llevaba y se la puso alrededor del cuello de la fémina.
—Listo. —desvió la mirada algo avergonzado—. Así no tendrás tanto frío.
—Gracias, Kakucho. —sonrió—. ¿Qué haces?
—Un castillo. ¿Me quieres ayudar?
—Claro. —sacó sus manos de su abrigo y Kakucho casi tiene otro infarto por ver las manos sin ningún guante—. Que emoción, yo no conocía la nieve.
—¿En serio?
—Sip. —se agachó para tomar una bola de nieve y seguir la estructura del castillo—. Por eso estoy tan feliz y perdón si parezco una niña, es la emoción.
Kakucho la miró y sonrió con nostalgia, acordándose a él mismo hace años atrás emocionado por ver la nieve caer y más estando al lado de Izana.
—Yo seré tu sirviente.
—¿Eh? —miró el perfil del chico. Estaba confundida.
—Tú serás la reina a la que debo de proteger. —chocó sus ojos con los de Sayuri—. Este reino se llamará... Mileto.
—¿Como Aspasia de Mileto?
—Justamente por eso. ¿Te gusta?
—Sip. —asintió—. Sin embargo, quiero que reinemos ambos.
Kakucho la miró algo sorprendido. Sayuri le sonrió con dulzura.
—De todas formas puedes protegerme. —le indicó—. Te quedó bonito el castillo, ¿Solías hacerlos con Izana? —no le sorprendió que supiera, pues Kakucho ya había mencionado a Kurokawa con anterioridad frente a la chica.
—Sí...
—Ya veo, es bonito que lo recuerdes con cariño. Es bueno recordar así hasta a la persona que más te hizo daño porque te lo dije, ¿No? Por algo son personas especiales, ya que gracias a ellos pudimos crecer y tener la experiencia. —hizo un muñeco de nieve, sus manos ya se estaban poniendo rojas por lo fría que estaba—. Supongo que Izana dentro de todo fue una gran persona.
—Él... era algo corrupto, veía a todos sus compañeros como armas inútiles e incluso a mí. —suspiró—. Nunca me importó, suponía que era el destino que tenía, pero en la pelea contra Tōman, recibí un balazo por parte de Kisaki y antes de recibir otros más, Izana se interpuso recibiendo el daño y la muerte. Ese chico estuvo siempre solo, él más que nadie quería una familia, por eso creo que estaba obsesionado con Mikey. —su voz tembló por unos segundos—. Estuve meses cuestionándome por qué yo, por qué seguía vivo un inútil mocoso que solo sirve para brindarle al resto, y supongo que hasta el día de hoy es algo que me sigo preguntando.
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la tatuadora de bonten [completa]
FanfictionHistoria corta. Los personajes le pertenecen a Wakui Ken a excepción de la rayis llamada Sayuri.