Capítulo 12

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—¿Y no extrañas tu local?

Sayuri terminó de masticar su comida para poder responder la pregunta de Ran. Habían llegado a parar a un restaurante para almorzar y luego así seguir con el panorama que el mayor de los Haitani tenía preparado para la tatuadora.

—Sí, pero estoy pensando en que me encuentro de vacaciones. Las necesito, desde que comencé con esto no he tenido un descanso. —le contestó—. Lo que más extraño es Kazutora. No he ido a verlo, tampoco me responde los mensajes. Estoy pensando en que a lo mejor está enojado conmigo por desaparecerme sin darle ninguna explicación. Y me siento egoísta también.

—¿Por qué?

—Por dejarlo solo.

—¿Encuentras que es egoísta buscar tu propia felicidad? —Rindou la interrogó—. Si es así, creo que no es una decisión egoísta. Siempre hay que ponerse a uno primero.

—Lo sé, pero Kazutora ha pasado por mucho, suele sentirse solo la mayor parte del tiempo. Así que...

—Hey. —Ran atrapó la mano de Sayuri y le dio una leve caricia en el dorso de ésta. Rindou tampoco se quedó atrás y le dio una suave sonrisa—. Kazutora estará bien, ¿Bueno? Mikey se encargó de ese mismo día buscarle a alguien para que le explique la situación e incluso creo que le mandó una carta escrita por él mismo. —le explicó—. Y si no te responde los mensajes y en verdad piensas que está molesto, entonces dale tiempo. Tú más que nadie lo conoce y sabe cómo es.

Sayuri asintió—. Sí... tienes razón, lo siento. Estoy maquinando un montón de cosas.

—Tranquila. Aquí estamos nosotros.

—Lo agradezco, de verdad. —les sonrió—. Ustedes son muy amables y respetuosos, me sorprenden. Sin embargo, ¿Por qué realmente están en Bonten? Recuerdo que ustedes estaban acostumbrados a ser solo dos con más gente, ustedes liderando y teniendo bajo poder todo un distrito. —alzó ambas cejas.

—En verdad nos tuviste bien en la mira. —Ran sonrió orgulloso dejándose caer en la silla en una posición floja. Estaban en una salita aparte del restaurante, en una zona privada para ser más exactos, así que podían hablar con más tranquilidad.

—Hermano, ella dijo que también vivía en Roppongi.

—Cierto. Bueno~. —entrelazó sus manos tras su cabeza—. En simples palabras, nos gusta el desorden. Los estatus no importan cuando podemos pelear a nuestra manera, pero siempre respetamos y escuchamos al líder. No obstante, en la última pelea, fuimos prácticamente derrotados por South y es por eso que habíamos quedado en su pandilla. —le contó con total naturalidad.

—¿South? —se echó una porción de verduras a su boca luego de haber preguntado.

—Ex líder de Rakuhara Tandai. Muchos de los que estamos en Bonten, fuimos de ahí.

—¿Y qué ocurrió con él? Ha de ser un sujeto bastante fuerte. —la ilusión en su voz hizo sentir mal a los chicos.

—Murió.

—Oh...

—En realidad, lo mataron en la última batalla. —corrigió Ran bebiendo un poco de agua—. Mikey fue.

Sayuri no dijo nada. No le sorprendía, pero pensar que fue hace tiempo y cuando eran solo adolescentes, le dolió un poco. ¿Por qué había llegado hasta ese punto? Sin dudas habían varias cosas que quería saber de Mikey, pero su consciencia se quería enfocar netamente en el presente para no alterar el futuro. Pero la duda era más grande, y si moría por ser curiosa, le importaba bien poco.

—Ya veo. —dejó sus servicios a un lado—. ¿Vamos? Quiero ir a ver ese partido.

—¡En realidad! —exclamó Ran con una gran sonrisa—. Nunca existió un partido de béisbol.

la tatuadora de bonten [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora