—Bien Mikey, eres el último. —dijo la chica cuando salió del cuarto seguida de Kokonoi, quien tenía sus ojos rojos por haber llorado, ya que el tatuaje en la cabeza no era un chiste—. Pero antes, comeré algo, ¿Bueno?
—Claro. —respondió el chico más bajo de todos.
Sayuri nuevamente se sentó en su escritorio y comió una ensalada que había hecho en la noche y había dejado en su refrigerador que se encontraba a los pies del escritorio. Los otros chicos también estaban comiendo algo y bebiendo algunas sodas. Sanzu se puso de pie y miró a los hermanos Haitani, quienes lo miraron curiosos. ¿Y ahora qué va a hacer?
—Sayuri.
—¿Si? —la chica lo miró—. ¿Quieres decirme algo?
—De hecho sí. —apoyó sus codos en la mesa mirando con cautela a la chica—. ¿Tienes novio?
Sayuri casi se ahoga con una lechuga, pero tomó agua para pasar el malestar. Ran, Rindo y Kokonoi pusieron sus ojos en blanco, mientras que los demás estaban aburridos viendo la escena. A excepción de Mikey, quien a pesar de demostrar verse serio en verdad tenía curiosidad por la respuesta de la chica.
—No, no tengo novio. —dijo sonriente—. ¿Y tú tienes novia o novio?
—Nop, de hecho ninguno de nosotros tenemos. Ni siquiera el líder. —le susurró, pero todos habían escuchados. La ceja de Mikey comenzó a palpitar.
—Oh. —Sayuri formó una o con su boca—. Ya entiendo. —se puso de pie. Todos la miraron.
—¿Qué entiendes? —Mikey habló mirándola curioso.
—¿Quieres que le consiga una chica a Mikey? —los ojos de la pelirroja comenzaron a brillar con emoción.
Sanzu parpadeó ante la inocencia de la chica. Los hermanos Haitani estallaron a carcajadas junto a Kokonoi y Sayuri no entendía nada de lo que estaba pasando. Mikey suspiró y se puso de pie para acercarse a la chica y tomarla de los hombros para llevarla a la habitación.
—¡Mi ensalada!
—Te la traeré, ¿Si? Espera aquí.
Sayuri asintió más confundida de antes. Mikey salió de la habitación y enseguida todos se callaron ante la mirada de advertencia de su jefe. Con suma calma, tomó el envase de Sayuri en donde estaba su ensalada a medio comer.
—Basta todos ustedes. Última vez que lo digo, ¿Entendido?
—Sí, jefe.
Manjiro volvió al estudio en donde Sayuri estaba sentada preparando la máquina para terminar con su último cliente. Agradeció cuando Sano le pasó su ensalada y ella comenzó a comer con un pequeño sonrojo en sus mejillas.
—¿No quieres probarla?
—Uh no, gracias.
—¿No te gustan la verduras?
—Un poco.
Ella sonrió—. Eres como un niño.
—¿"Como un niño"? —eso en cierta forma lo ofendió.
—Ajá. A veces haces gestos muy tiernos o pucheros que seguramente son involuntarios. Y tus ojos siempre lucen curiosos.
—Vaya, me has estado observando.
—Han sido siete paseos de aquí para allá. —llevó el tenedor a la boca de Mikey—. Te juro que sabe bien y si te gusta, prometo cocinarte de esto cuando nos veamos.
—¿Cuándo nos veamos? —preguntó antes de meterse el tenedor a la boca. Sus mejillas enseguida se pusieron rojas de lo delicioso que sabía. Hace tiempo que no comía algo tan rico a pesar de ser solo ensaladas.
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la tatuadora de bonten [completa]
FanfictionHistoria corta. Los personajes le pertenecen a Wakui Ken a excepción de la rayis llamada Sayuri.