Capítulo 3

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El chico estaba desesperado por entrar a la tienda de tatuajes que tenía una larga fila. Ni siquiera él siendo el líder de la pandilla más grande del país lo dejaban pasar, pero era de esperarse, pues llevaba una sudadera con una capucha y un mascarilla. Mientras tanto en la tienda, la dueña del local estaba riéndose a carcajadas por el diseño que había hecho de una calavera pero más bien le quedó como una mierda con ojos.

—¡Ay no puedo parar! —gritó sintiendo dolor en su abdomen.

Los demás que estaban en la tienda habían sido contagiados por su escandalosa risa. La verdad es que ninguno de los que estaban ahí iba a hacerse un tatuaje, sino que estaban apreciando la escena de la princesa de Shibuya. Cuando las risas ya acabaron y ella logró conseguir su diseño, los demás comenzaron a irse de aquí. El chico que estaba haciendo la supuesta fila suspiró agotado y entró a la tienda admirando todo a su alrededor.

Este lugar es como un maldito déjà vu. Sayuri alzó la mirada y sonrió al ver al chico que se sacaba su capucha y su mascarilla. Su cabello negro lo llevaba corto y vestía ropas holgadas. Estaba algo delgado y su estatura era pequeña para ser la de un hombre, pero Sayuri seguía siendo más baja que él cuando se puso de pie.

—Hola, bienvenido. Mi nombre es Sayuri.

—Hola. —murmuró y tomó asiento frente a la chica rubia—. Sabes, suena muy loco esto, pero tu rostro se me hace conocido.

—Me alegra no ser la única que se siente así. —sonrió, sacando una hoja y un lápiz con la punta recién sacada—. Sin embargo, yo sé quién eres.

—¿Ah, si?

—Ajá, eres Mikey, ¿No? El criminal más buscado de Japón. —dijo sin dejar de mirarlo.

—Sí... —dijo algo avergonzado.

—Es un halago tenerte aquí, ¿Sabes? No todos los días se tiene la dicha de conocer al líder de la pandilla más peligrosa. —suspiró—. Bien Mikey, aquí tenemos tres opciones para el cliente. La primera es escoger algún diseño hecho por mí, el otro es que tú hayas traído tu propio boceto y aquí terminar de arreglarlo para que quedes satisfecho y el último es boceto libre.

—La última.

—¡Fantástico! —exclamó alegre—. Tú tienes que decirme lo que quieres y yo lo dibujaré a la vez, ¿Entendido? Ya después haremos los detalles finales y lo pasaré al computador. Pero antes, ¿Qué parte del cuerpo quieres tatuarte?

—El cuello.

—Entiendo. —lo miró con sus ojos cafés—. Te digo desde ya que esa zona es demasiado sensible así que, que te duela es normal. —explicó y luego sonrió—. Puedes comenzar.

Mikey comenzó a decirle con sumo detalle el dragón que su amigo de la infancia llevaba en su cabeza. Sus ojos estaban fijos en el lápiz que la chica de cabello rubio manejaba con total agilidad, plasmando cada minucia que salía de los labios del rubio. Hasta que ambos se detuvieron a la vez.

—Listo. —dijo la chica sonriente y levantó la hoja para enseñársela a Mikey—. El tamaño lo arreglamos en la computadora, ¿Si? Pero, ¿Qué dices? ¿Es lo que querías?

Mikey tardó unos segundos en responder, sintiendo un nudo en su garganta de tan solo pensar en Kenchin, aquel amigo que mató hace unos años y que hoy en día no se encontraba a su lado conquistando el país tal y como se lo había prometido.

—Sí, es lo que quería.

—Que felicidad escuchar eso, Mikey. Demoraré un poco, por mientras eres libre de hacer lo que quieras. Hay bebidas de cualquier índole, comida e incluso cigarros por si fumas. —dijo de forma rápida. Al menos Manjiro había alcanzado a captar todo—. Y todo gratis. ¡La casa invita!

la tatuadora de bonten [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora