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『We All Need One Person To Let Off Steam. . . And You're No Exception. . .』
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El repentino mareo, el grito de preocupación de tu hermana mayor, y el como tu cuerpo se desplomaba en el suelo era lo único que lograbas recordar, lo demás era realmente borroso.
Abriste lentamente tus ojos y estos después de algunos segundos se enfocaron en el blanco techo de la habitación.
«¿Dónde estoy?»
Fue la única pregunta que pasó por tu cabeza en ese momento. Solo te preguntabas eso, como si el cómo llegaste a ese lugar no fuera importante.
De repente, el olor a medicina y a hospital inundó tus fosas nasales, hiciste una mueca de desagrado. No te gustaba ese olor, era algo que realmente detestabas. . .
Giraste un poco tu cabeza y observaste una pequeña mesita, también de color blanco. No pudiste evitar enarcar una ceja al ver tres siluetas a través del cristal de la puerta de la habitación. No eran muy claras, pero pudiste distinguir a tu hermana mayor y a tu madre.
«¿Mamá? ¿Qué hace aquí?»
Observaste el movimiento de las siluetas con atención, viste como la silueta que parecía ser la de tu madre se dejó caer hacia la de tu hermana y la abrazó, Yuuko no dudó en abrazarla de vuelta. Los hombros de ambas se alzaban de vez en cuando y escuchaste pequeños sollozos.
¿Estaban llorando? Sí, eso era lo más probable.
Pero. . . ¿Por qué estaban llorando. . .?
Intentaste moverte, pero fue inútil. Sentías tu cuerpo pesado, demasiado pesado, y por alguna razon también te sentías fatigada. Intentaste hablar pero tu voz no salía, tu garganta estaba totalmente seca.
¿Por cuánto tiempo habías estado en ese lugar? No lo sabías con exactitud, pero pareciera que llevabas ahí un par de días.
Centraste tu completa atención en las siluetas, y pasados varios minutos estas comenzaron a moverse en dirección a la puerta de la habitación en la que te encontrabas.
