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『I. . . I'd really like to marry you. . .』
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Te encontrabas de rodillas en el suelo, de tus ojos salían numerosas lágrimas que parecían no tener final. Tu mejilla dolía debido al previo golpe que recibiste en aquella zona. Y tus ropas estaban algo manchadas por la sangre que caía de tu nariz.
-No tienes permitido tocarla, ¿Cómo te atreves a golpearla? -subiste la mirada y observaste como él murmuraba aquellas palabras mientras le asestaba varios golpes en el rostro al chico que te golpeó hace algunos minutos.
-He. . . Hey, ya detente. . Lo matarás si lo sigues golpeando. -hablaste en voz baja. No querías que se metiera en problemas, no gracias a ti.
Sin embargo, él continuaba dando los golpes directamente al rostro del chico que ya yacía inconsciente en el suelo. Como pudiste te incorporaste y comenzaste a caminar hacia él, tambaleándote un poco en el camino.
Al quedar a su espalda, te agachaste a su altura y lo abrazaste por los hombros, no pudiendo ejercer mucha fuerza al hacerlo porque tu cuerpo dolía. Tu contrario dejó de golpear al chico, tensándose por tu repentina acción.
-Oye, estoy bien. . . No te preocupes por mí. . -aseguraste en un murmullo. Él soltó el cuerpo del chico que antes golpeaba, dejando que cayera directamente al suelo.
Se incorporó lentamente y al estar de pie te tendió una mano para ayudarte a levantarte. Aceptaste su ayuda y también te incorporaste.
-No es necesario preocuparse. -forzaste una sonrisa, que lentamente se convirtió en una mueca, así que optaste por dejar una expresión neutral- En lugar de eso deberíamos curar tus nudillos, seguro estan rojizos y raspados, vamos a mi casa y--
Antes de que pudieras decir algo más él tomó tu muñeca y comenzó a arrastrarte por el pequeño parque. Te mantuviste en silencio ya que creíste que irían directamente a tu casa y allí te encargarías de curar sus nudillos, sin embargo, una expresión confundida se formó en tu rostro cuando él se detuvo frente a una fuente.
