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『Guys. . . Thank you. . .』
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Allí estabas, moviendo lentamente el columpio en el que estabas sentada. Mantenías la cabeza baja mientras pensabas en como decirle lo que te ocurría a tu único y mejor amigo.
No querías preocuparlo, pero tampoco debías ocultarselo. . . No algo así. . .
—Hey, _______. —saludó. Alzaste la mirada rápidamente y lo observaste de pie frente a ti.
—Hola. . . —saludaste de vuelta, tu amigo se vió confundido por tu decaída actitud— Oye, quiero hablar contigo. . .
—¿Qué es? ¿Volvieron a decirte algo? —él enfocó su atención en ti, atento a cualquier cosa que le dijeras.
—No, no es eso. . . —negaste leve con la cabeza— Yo. . .
Subiste nuevamente la mirada y te enfocaste en sus ojos. Ambos se miraron en silencio por un buen rato, tan solo admirando los peculiares orbes del contrario.
—¿Tú qué? ¿Qué sucede? —preguntó, sin romper el contacto visual.
—Yo. . . Solo quería verte. . . —forzaste una sonrisa y desvíaste la mirada.
No estabas lista para decirlo. No querías preocuparlo. . . No querías preocupar a nadie. . .
Él parpadeó un par de veces, probablemente procesando lo que dijiste.
—¿Querías. . . Verme? —interrogó, también desviando la mirada.
—Sí, ayer no pudimos vernos así que pensé que sería buena idea vernos hoy. —explicaste, y señalaste el columpio a tu costado— Vamos, toma asiento. Pasemos la tarde juntos, ¿Si?
—Está bien. . . —contestó él, un poco avergonzado por lo que dijiste anteriormente.
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