Charly se despertó con la luz que entraba por la ventana. La cabeza le dolía ligeramente del guayabo. Se estiró y rápidamente notó que no estaba solo, sin poder evitar sonreír al recordar lo que había pasado la noche anterior.
Yeimy estaba boca abajo, su rostro mirando hacia el otro lado. Charly bajó con cuidado la sábana. Estaba completamente desnuda, con aquel cuerpo que tanto le encantaba solo para él. Acarició lentamente su espalda y se inclinó comenzando a dejar suaves besos sobre su piel. Aunque ambos estaban cansados y sudorosos después de lo de anoche, el aroma de Yeimy se le hizo más rico que cualquier perfume.
Sintió cómo ella se despertaba, emitiendo un dulce sonido.
—Buenos días —susurró Charly contra su piel.
Yeimy continuó gimiendo suavemente hasta que se incorporó con brusquedad, sobresaltándole.
—¿Qué hora es?
—Ni idea —respondió Charly.
Yeimy intentó levantarse pero él rápidamente rodeó su cintura con los brazos y la volvió a dejar sobre la cama, poniéndose encima de ella. Se acercó a su oído.
—¿Quién te dio permiso para irte? —dijo con voz ronca.
Escuchó un gemido que no supo interpretar y movió sus caderas sobre la pierna de Yeimy, dejándole notar lo preparado que estaba para una segunda parte de su noche. Sintió como la mano de Yeimy iba hasta allí y comenzaba a acariciarlo lentamente, primero en la punta, hasta que de verdad comenzó a moverla para darle lo que necesitaba.
—¡Yeimy! Yeimy... —lo que al principio fue una voz sorprendida y traviesa se convirtió en un gemido de súplica. Se preguntó si a ella le gustaba escuchar su nombre durante el sexo del mismo modo en que él se excitaba con cada Charly que salía de sus labios.
La velocidad cada vez era mayor, al igual que los gemidos de este. Cuando sintió que estaba cerca de explotar Yeimy apartó la mano.
—Hey, princesa, eso está muy feo —dijo jadeando; apenas podía hablar.
Yeimy se giró bajo él para quedar hacia arriba. Tenía una sonrisa en los labios y un tono provocador.
—¿Ah, sí? ¿Querés más?
Charly se inclinó hacia ella y besó sus labios.
—Sí, por favor —respondió con voz obediente.
Yeimy bajó la mano de nuevo y Charly volvió gemir mientras ella continuaba tocándole, hasta acabar entre fuertes gemidos que se convirtieron en una respiración agitada. Era el mejor despertar que había tenido en mucho tiempo.
—¿Me dejás salir ya?
—Ah, ¿eso era tu intento de convencerme? —preguntó divertido, dejando un beso ahora en su nariz—. Pues dejame decirte que no te sirvió para nada. Bueno, a mí sí —añadió guiñando un ojo.
—Vaya —Yeimy fingió una mirada de resignación—. Entonces deberías compensarme por ello, ¿no?
—Mm —Charly la besó y continuó hablando en las breves pausas que hacía entre sus labios—. ¿Y... Qué querés... Qué te haga?
—Sorprendeme.
Charly bajó las sábanas del todo y avanzó con la lengua hacia sus pechos. Notó cómo Yeimy arqueaba la espalda al notar sus labios jugando con ellos y un fuerte gemido de placer salió de su boca. Continuó por su abdomen hasta llegar a su intimidad y empezó a acariciarla con un dedo. Yeimy se estremeció al contacto. Mientras jugaba con esa parte de su cuerpo su lengua también se unió, haciendo que los gemidos se intensificaran. Las piernas de Yeimy rodearon su torso mientras continuaba llevándola al cielo, hasta que estalló haciéndole vibrar casi como si hubiese sido él el que acabara de recibir esas atenciones.
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Será mi perdición (Charleimy)
Fanfiction¿Y si, en la primera temporada, Yeimy y Charly no pudieran controlar el deseo que sienten? Capítulo 70. Ella va a verle a Excelsior y las cosas acaban tomando un rumbo "diferente" porque, aunque ambos se odien, los impulsos que tienen cuando están...