14. Calentura

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Yeimy se despertó relajada y feliz, pero el sentimiento no duró mucho porque cuando miró el reloj se dio cuenta de que la reunión que había planeado para ese día había empezado hace largo rato. Había dormido diez horas, lo cual tenía sentido ya que la noche anterior había descansado bastante poco por culpa de Charly, y el día siguiente lo habían ocupado en darse cariño por toda la casa hasta que este había vuelto a la suya para no preocupar a Vanesa.

Se levantó para prepararse pero se dio cuenta de que apenas podía caminar. Charly la había destrozado. Y, a pesar de eso, lo único que deseaba en aquel momento era volver a tenerlo dentro de ella.

Cuando llegó a Excelsior en taxi fue lo más rápido que pudo a la oficina de Charly.

—Sé que llego tarde, pero...

—La reunión acabó hace dos horas —el tono de Charly era seco y su vista no se apartaba de los papeles que estaba leyendo desde su silla.

Yeimy se quedó desconcertada. ¿De verdad se había molestado por eso?

—Lo sé, perdoname.

—Para eso primero tendrías que pedirme perdón —alzó su mirada seria hacia Yeimy.

Empezaba a preocuparse ante la reacción de Charly y no sabía qué decir. Al ver esto él le hizo una seña para que se acercara. Yeimy avanzó lentamente, rodeando la mesa, y cuando quedó al lado de Charly este agarró repentinamente su cintura y la sentó sobre sus rodillas, besándola mientras reía contra sus labios.

—Soltame, nos va a ver alguien —dijo ella entre sus besos.

—¿No que venías a pedirme perdón? —Charly le había comenzando a acariciar el cabello con ternura.

Yeimy se separó un poco y le miró tratando de parecer enojada, pero no podía dejar de sonreír.

—No te lo merecés.

—¿Por qué?

—Por engañarme y hacerme pensar que estabas bravo por haber llegado tarde.

—¿Yo cómo me puedo poner bravo con vos, princesa? —dijo volviéndola a besar.

Yeimy cerró los ojos y se dejó llevar por unos segundos, pero terminó apoyando sus manos en el pecho de Charly para empujarle hacia atrás.

—Soltame —pidió poniéndose en pie con expresión incómoda—. No me tratés así.

—¿Así cómo?

—Como... Si fuera tu novia.

Charly asintió y movió la silla para alejarse de ella con rostro de resignación, pero enseguida le lanzó un beso con aquella expresión que ponía en los conciertos para enloquecer a sus fans, y que sabía que siempre funcionaba. Ella apartó la mirada, conteniendo una sonrisa.

—¿Y qué decidieron en la reunión? —preguntó.

—Nada. La aplacé.

—¿La aplazaste?

—Sí, les dije que habías tenido 24 horas de sexo tan salvaje que no te podías parar de la cama.

—¿Les dijiste eso, Charly? —preguntó Yeimy, conteniendo el aire por un momento.

—No, cómo creés que iba a decir eso, princesa —se echó a reír—. Simplemente dije que estabas haciendo algo importante.

—Lo creo porque te conozco y sé que serías capaz de hacerlo.

—Bueno, eso es verdad —Charly rio aún más y fue hacia ella, acariciando su rostro antes de comenzar a besarle y lamerle el cuello, pero se separó a los segundos haciendo una mueca—. Sabés raro.

Será mi perdición (Charleimy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora