Capítulo IX

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A veces las personas cometemos el enorme error de lanzarnos por el precipicio, sin pararnos a pensar en las consecuencias que vendrán después.

Dejamos atrás los miedos, las dudas, y hacemos lo que en situaciones normales, no nos atreveríamos a hacer jamás.

Todo culpa de un impulso momentáneo que te obliga a borrarlo todo de tu mente, incluso aquello que te atormenta día tras día al llegar la noche, sin piedad alguna.

Y eso, es exactamente lo que les pasó a ambos.

Harry se separó despacio cuando empezó notar la ausencia de aire, y cerró los ojos dándose la vuelta, soltando un largo y profundo suspiro.

El silencio los invadió por completo justo en ese momento, dándole protagonismo a la fuerte tensión que comenzó a crearse en el ambiente casi inconscientemente.

Louis agachó la cabeza, y deslizó su lengua por su labio inferior, saboreando el mentolado sabor de Harry aún presente en sus papilas gustativas.

—Zayn nos estará esperando. —la voz profunda y seca de Harry hizo eco en aquel callejón. Louis comenzó a temblar.

—Aún no ha pasado una hora. —su voz prendía de un hilo.

—Yo me voy.

Comenzó a caminar sin dedicarle ni una sola mirada, y se metió las manos en los bolsillos de la chaqueta, agachando la cabeza ligeramente con la mirada fijada en el asfalto por el que caminaba.

Su mente era un completo caos. Su corazón, confundido y desamparado, batallaba con ferocidad contra su mente, defensiva y desconfiada.

Louis, quien aún se encontraba quieto en aquel callejón, comenzó a caminar detrás de él. Ambos a unos metros de distancia, cabizbajos sin hablar, dirigiéndose al mismo punto cómo si fueran completos desconocidos.

Ninguno quería hablar. O más bien, ninguno de los dos se atrevía.

Llegaron al coche de Zayn, quien afortunadamente ya se encontraba allí esperando, y ambos subieron al coche en un completo silencio.

—Joder, ¿qué os pasa? vaya cara de muertos. —Zayn los miró.

—Arranca. —ordenó Harry.

—¿Qué bicho os ha picado?

—¡Arranca el puto coche, joder! —alzó la voz.

Louis cerró los ojos ante el grito de Harry, pero no se inmutó. De brazos cruzados y con la mente en las nubes, abrió los ojos cuando sintió que el coche había frenado por fin, pues habían llegado.

Harry se bajó del coche sin siquiera despedirse, y Louis hizo exactamente lo mismo, dejando a un muy confuso Zayn en el coche.

Entraron por la parte de atrás consiguiendo no ser vistos, pues al ser la hora de la comida no había internos por allí, y Louis frunció el ceño observando como Harry caminaba a paso ligero, tratando de alejarse de él lo más rápido posible.

No le dolía la situación, pero aquello sí le hacía sentir mal. No sentía nada por Harry, y en realidad en ningún momento pensó que acabarían besándose, pero la respuesta que tuvo él hacia lo sucedido no le gustó en absoluto.

Y Louis, no tenía en mente quedarse con la duda.

Comenzó a caminar siguiéndolo hasta su habitación, y entró detrás de él cerrando la puerta a sus espaldas, pillándolo desprevenido.

Harry se giró al escuchar el sonido de la puerta cerrándose, pero apartó la mirada en cuanto se percató de que había sido él.

Louis carraspeó.

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