Capítulo X

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Harry lo observó en silencio, procesando lo que acababa de decir, y Louis se encogió de hombros al no obtener ni un mísero abrazo por su parte.

—Me da igual si te hace gracia o si crees que soy asqueroso por haber sido abusado, tú solo... no te rías de mí, ¿sí? este tema arde en mi interior desde que era solo un niño, y no podría soportarlo. —suplicó cabizbajo.

—No sé qué decir. —susurró Harry.

—Conociéndote, casi que prefiero eso. —puso una mueca.

Un nuevo silencio volvió a envolverlos por completo, siendo ambas respiraciones las que tomaron protagonismo en aquel oscuro y gélido lugar.

La noche caía con fuerza sobre ellos siendo el estrellado firmamento el espectáculo del momento, pero eso no le importó a ninguno de los dos.

A fin de cuentas Louis miraba el suelo, y Harry... Harry miraba a Louis.

Una lágrima se deslizó despacio por la mejilla de Louis, tanteando el terreno tan suave que él ni llegó a percatarse de su existencia, y Harry lo observó.

Quería limpiársela, quitar cualquier rastro de tristeza que pudiera haber en su rostro. Pero no quería incomodarlo, y sabía que si lo hacía, tan solo lo haría sentir mal.

Louis fue quien se limpió la lágrima con rapidez al percatarse de su existencia, y suspiró sin el valor suficiente como para mirarlo a los ojos.

—¿Por qué me lo has contado? —Harry cortó el silencio que había entre los dos.

—Porque me has preguntado.

—Cómo quien te pregunta qué hora es, ¿no? —ironizó—. Algo así no se cuenta sin más.

—Pues yo lo he hecho.

—¿Pero por qué?

—Te habrías acabado enterando tarde o temprano, solo es cuestión de tiempo.

—Yo... siento mucho lo que te pasó. —no encontraba las palabras.

—Que frase más típica, Styles. —trató de sonreír.

—Hey. —captó su atención—. No finjas la sonrisa, te ves muy bonito cuando sonríes de verdad.

—Puto imbécil, ¿ya te me pones romanticón? —vaciló, esta vez sonriendo de verdad.

—¿Ves? así mejor. —sonrió también.

—Quiero irme.

—¿Qué?

—Ven conmigo. —tragó saliva, mirándolo por primera vez en toda la noche.

—¿A dónde?

—No lo sé, donde sea.

—Hm. —dudó—. Está bien, vamos.

Louis sonrió levantándose, bajándose las mangas de su sudadera al empezar a tener frío, y comenzó a reír cuando vio a Harry salir corriendo en dirección a la parte trasera del internado.

—¡Pero espérame, cabrón! —corrió detrás de él.

—¡Vamos Tomlinson, la noche es nuestra! —gritó riendo.

Porque sí, porque así eran ellos. Dos jóvenes jugando a odiarse, cuando en realidad sabían mejor que nunca que sus corazones no latían así con nadie más, salvo cuando estaban el uno con el otro.

Salieron de allí sin ser vistos exactamente igual que cuando salieron por la tarde, y Louis frunció el ceño cuando Harry se subió al coche en el que Zayn los había llevado antes.

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