Una semana después, todo había cambiado en la vida de ambos.
Aquel día llegaron a coger el avión que los llevó hacia un pequeño pueblo de Madagascar, y consiguieron alquilar tres viviendas que permanecían una al lado de la otra convirtiéndolos en vecinos. Una en la que vivían Gemma y Anne, otra en la que vivían Mark y Johannah, y la suya, donde ambos vivían juntos.
Se mantenían en contacto con Niall, Liam y Zayn, quiénes decidieron quedarse allí hasta encontrar a Peter y poder acabar con él. Después de todo, que continuara suelto era una amenaza inminente ante Louis y Harry, y el matarlo era una necesidad si realmente querían vivir tranquilos y ser felices.
Pero no lo encontraban. Tanto él como Blake habían desaparecido, y pese a los esfuerzos de su mujer por encontrarlos junto a la policía, no había rastro de ellos.
Era como si se los hubiera tragado la tierra. Y eso, definitivamente, no era bueno.
Podían estar en cualquier lugar del mundo, esconderse en cualquier rincón, y camuflarse en cualquier sombra. Podían estar en todo y en nada a la vez, y aquella incertidumbre de desconocer por completo el paradero de esos dos, conseguía inquietar a Harry.
Sin embargo, él se encargaba siempre de no hacerle notar a Louis esa preocupación. Ya sea camuflándola con una risa, una broma o un cambio de tema, conseguía siempre no transmitirle al castaño ese miedo a volver a perderlo una vez más. Y Louis... Louis simplemente se centraba en aprovechar cada segundo junto al rizado, sacando tiempo incluso de donde no existía.
Se habían pasado toda la semana reformando la casa a su gusto. Cuando la compraron, se encargaron de que no viniera amoblada, y de esa manera han podido diseñarla a su gusto sin nadie más que diera su inservible opinión al respecto.
Las paredes gris claro a petición de Louis, los muebles negros a petición de Harry. Un jarrón con una rosa verde y una rosa azul como adorno en una pequeña mesa del salón a petición de los dos en un acuerdo mutuo, y la fotografía que Johannah les tomó en su casa mientras dormían, enmarcada con un marco de madera blanca situado en la misma mesa, apoyada en el jarrón.
Louis se negó hasta cierto punto por esa decisión, pues para él esa fotografía era algo íntimo al salir ambos durmiendo en su cama después de tantas noches añorando su recuerdo. Pero ara Harry, aquella foto simbolizaba el enorme amor que se tenían mutuamente, y ansiaba con todas sus fuerzas presumir de la suerte que tenía al haber encontrado a quien a día de hoy, podía denominar sin miedo el amor de su vida.
Hablando sobre la economía de la que dependían para vivir, contaban con todo el dinero que aún reservaban del robo al internado. Pero por mucha cantidad que fuera, ambos sabían que aquello tan solo les daría para vivir bien unos meses antes de agotarse, por lo que se vieron obligados a buscar soluciones.
Por eso mismo, ambos consiguieron entrar a trabajar como camareros en uno de los bares de aquel pueblo, con un horario flexible de tres horas diarias que realmente les ofrecía un sueldo bastante más alto de lo que suelen pagar en esos casos.
Trabajando entre semanas con los fines de semana libres, aprovechaban esos dos días para no separarse el uno del otro ni un solo momento. Porque sí, en el trabajo estaban juntos. Y eso no se lo quitaba nadie.
Pero no era comparable el trabajar juntos sabiendo que deben estar centrados en lo que están haciendo, a poder amarse, sentirse y disfrutarse mutuamente bajo el cobijo de su hogar.
Batallando como dos niños pequeños entre las sábanas de su cama, sintiéndose como dos adultos cada vez que hacían el amor, y amándose cómo dos locos que no entienden de locura si eso implica estar juntos hasta el final.
ESTÁS LEYENDO
Un juego de dos
FanfictionLouis es obligado por sus padres a ir a un internado, donde convivirá con gente como él que es capaz de controlar los elementos de la naturaleza. Pero su estancia allí no será nada fácil, y todo gracias a él; Harry Styles, el líder del internado. Te...