El hombre comenzó a reír.
Un gran escalofrío recorrió la columna vertebral del rizado en cuanto escuchó aquella risa, una risa que conseguía devolverle los peores recuerdos que tenía de su infancia.
Golpes, insultos, gritos. Un niño asustado, sollozando sobre sus rodillas en un rincón de su oscura habitación, rogándole a las estrellas una pizca de felicidad entre toda aquella maleza en la que se crió.
Sin embargo, en ese momento, Harry solamente era capaz de pensar en una única cosa.
Su madre.
Ese hombre estaba en su casa, en casa de la mujer que a él le dio la vida. Y si algo sabía, si de algo estaba plenamente seguro, era de que su madre no le habría dejado pasar sin antes tratar por todos los medios impedirle el paso al que era su hogar.
Algo se removió en el interior de Harry, quien de solo imaginar lo que aquel hombre habría sido capaz de hacerle a su madre, explotó en cólera sin ganas ni fuerzas por reprimir la rabia que llevaba acumulando durante tantos años.
Le propinó un fuerte puñetazo en la nariz, tirándolo al suelo a penas sin esfuerzo. Louis emitió un pequeño grito, sorprendido por aquella situación. Pero Harry estaba ciego por la ira que llevaba dentro, e incapaz de ver nada más allá, comenzó a golpear a su padre una y otra vez.
Puñetazos, gritos, lamentos y sollozos. Todo estalló tan repentinamente, tan rápido y sin previo aviso, que a penas les dio tiempo reaccionar antes de lo sucedido.
Louis miró la escena como quien observaba a su pareja cocinar la cena, pues pese a no saber la historia de aquel hombre, sabía que Harry tendría sus razones para actuar así. Pero también sabía que golpeándolo de aquella forma en el portal de su casa, tan solo le traería problemas.
Alzó la vista observando las ventanas de las casas de los vecinos, y puso una mueca al ver algunas sin cortinas y con personas observando desde ellas, asombradas y con miedo.
Tenían espectadores.
—Harry, si continúas golpeándolo aquí llamarán a la policía, y es lo que menos necesitamos ahora mismo. —habló tranquilo, sereno, sin necesidad de meterse en aquella masacre.
Harry alzó la vista durante unos segundos. Louis tenía razón.
Arrastró a su padre hacia el interior de la casa, y tras cerrar la puerta con llave, lo agarró del cuello de la camiseta alzándolo levemente del suelo.
—¿Dónde está mi madre?
Desmond comenzó a reír, erizando por completo la piel del rizado.
Volvió a agarrarlo de la camiseta con fuerza, acercándolo a su rostro con furia.
Louis observó al hombre que sangraba desde el suelo, con un Harry sobre él buscando con ansias un segundo duelo en el que poder rematarlo por completo. Su rostro magullado, ensangrentado y golpeado, la ceja partida, el labio inferior hinchado, un ojo sin poder abrirlo y varias costillas rotas. Pero aun así, jamás dejó de sonreír con sorna burlándose de su hijo, haciéndole saber que por mucho que lo golpeara, quien tenía las riendas de la situación era él.
Y así era.
—Ahora mismo no me queda ni una puta pizca de paciencia, así que te aconsejo que no me la acabes porque te juro por mi puta vida que desearás no haber nacido. —amenazó demandante, mirándolo directamente a los ojos—. No te lo volveré a preguntar, ¿dónde está mi madre?
Pero él continuó sin hablar.
Harry lo soltó con brusquedad, haciendo que su cabeza rebotara por completo. Pero le dio igual.
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Un juego de dos
ФанфикLouis es obligado por sus padres a ir a un internado, donde convivirá con gente como él que es capaz de controlar los elementos de la naturaleza. Pero su estancia allí no será nada fácil, y todo gracias a él; Harry Styles, el líder del internado. Te...