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゚。CAPITULO 12
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LUKE

"-¡Feliz cumpleaños feliz, que la pases así!

- ¡Feliz cumpleaños hermanito, que seas feliz!"

El recuerdo de mi cumpleaños número ocho vino a mi mente de nuevo, cuando dentro de lo que cabía era feliz y mi hermano y yo éramos sólo nosotros dos contra los monstruos que había debajo de las camas.

No se me olvida, y creo que jamás sucederá, ese día por la noche se me había ocurrido preguntarle a Oliver cómo había conseguido ese panquecito relleno de chocolate y su respuesta fue "Lo robé de la tienda", recordar que mi hermano mayor acudió a robar para poder festejar nuestro cumpleaños con un postre que se acabó en dos mordiscos, uno cada uno, pues mi padre estaba ocupado embriagándose con sus amigos que no tuvo tiempo para celebrarlo, sólo me provocaba ganas de desaparecer. Pero no podía, no ahora, y siempre era el maldito jodido y triste recuerdo.

Al menos, triste para mí.

Ese fue el primer cumpleaños que pasé sin mamá a mi lado, ella siempre horneaba nuestros pasteles por la mañana pero ese día comenzó totalmente distinto, meses antes yo la había visto arreglar sus maletas entre lágrimas, yo era un niño en ese entonces y no lo comprendía, al menos no del todo, no comprendía el motivo de sus lágrimas, ni de su rápida desaparición, ni de los golpes que mi padre me dió después, yo era un niño de ocho años que se parecía y hasta la fecha se sigue pareciendo a su madre y por ese motivo papá me golpeaba, ahora me repugna llamarle padre, porque diez años después y él sigue haciéndolo, o más bien intentándolo, sólo que a diferencia, ahora me he podido defender, es como un patrón, se embriaga, me golpea, lo golpeo, le dejo casi inconsciente y desaparezco un par de días de casa para irme a la estación del metro, ya no soporto más.

Cuando mamá y Rodrigo peleaban me escondía en un fuerte de almohadas que hacía con mi hermano, quien me leía un cuento hasta que nos quedábamos dormidos, que malo fue por años escuchar peleas en vez de canciones de cuna antes de dormir. Pero ahora ya era distinto, ya no había con quién escapar de esos malos momentos, Oliver prefería irse con sus amigos, y yo, yo cerraba con seguro mi puerta para no cometer una estupidez, encendía mi computadora poniendo música aleatoria en youtube para escuchar algo mientras preparaba mi ruta de escape.

Consiste en cuatro simples pasos, abrir el cajón de mi escritorio, sacar la pequeña bolsita de contenido blanco, formar una corta y fina línea e inhalar profundo.

Al principio dolía, sentía como mis fosas nasales ardían y un sabor amargo pasaba por mi garganta mezclándose con mi saliva. Podía sentir como el efecto actuaba rápido en mi organismo, más aún cuando no había comido nada, sentía un peso liviano en mi pecho y mis brazos y piernas flojos, mi mente dejaba de pensar con claridad las cosas y mis oídos se concentraban únicamente en coldplay que sonaba de fondo. Me senté en el suelo y recargué mi espalda en un costado de la cama, ya no sabía cuál de las tres opciones sucedía afuera, si ya habían dejado de discutir, cosa que nunca entiendo el por qué lo hacen si mamá ya no está, si Rodrigo ya se fue de la casa a seguir bebiendo o si ya está teniendo sexo con Dayanna pues al parecer ella logró descubrir que sólo así se salvaba de una paliza.

Paliza era la que le quería dar yo a ese animal.

Sentía que podía parpadear mil veces más rápido y me movía con mayor agilidad, la puerta se veía bastante lejos pero estaba seguro que con dos o tres pasos llegaba a ella. Cuando era niño solía tener pesadillas, ahora que he crecido me toca vivirlas, pero aún estoy con la esperanza de despertar y pensar que todo es un sueño y mamá sigue en casa preparando la comida, pero no es así, mi cuerpo se erizó al escuchar un gemido más parecido a un grito y pude caer de nuevo en la realidad y en lo patética que es mi vida, ya no tenía a nadie, estaba sólo en este momento y si sigo alejando a las personas así moriré, no niego que ya me cansé de siempre alejar a todos, pero mi temor es que por culpa de terceros o peor aún, mía, se vayan y me abandonen también como mamá lo hizo.

LO DIFÍCIL ES QUERERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora