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゚。CAPITULO 13
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Algo no andaba bien con Luke en el sentido de que estaba demasiado tranquilo y callado, por momentos evitaba hacer contacto visual conmigo y casi no comía su sándwich de salami. Algo le sucedía y lo descubriría hoy mismo sin falta. 

—Necesito que me acompañes. — demandé levantándome de la mesa.

—¿Qué necesitas? — me preguntó sin despegar su vista de la charola. Su respuesta había sido corta pero dócil. Ese no era Luke. 

Definitivamente Luke o andaba mal o se había descompuesto. 

—Que vengas. —rodeé la mesa para estar en donde él y lo jalé de la mochila para que me siguiera. 

—Espera… — tomó su charola y me siguió sin preguntar. Era sólo silencio el día de hoy. 

Me dirigí al escondite en donde hicimos la segunda maqueta, a diferencia de esa vez estaba limpio y la tierra un tanto seca, ya había un poco de césped y me senté cruzándome de piernas con algo de dificultad, Luke me imitó y se sentó quedando enfrente de mí estirando sus piernas. 

—¿Por qué estamos aquí? — preguntó mirando hacia el cielo. 

—Quiero que hablemos de lo que sucedió ayer, ¿qué fue todo eso qué dijiste?

—Sinceramente no me acuerdo de mucho, no estaba en mis cinco sentidos, —sonrió de lado, pero era obvio que si recordaba algo.

—Me dijiste que eras distinto sólo conmigo, que soy linda, que no eres un villano y que siempre me eliges a mí… — traté de refrescarle un poco de manera resumida y él solo divagó, estaba avergonzado. 

Bajó su vista mirándome a los ojos, el azul de ellos se veía infinito en ese momento, infinito como el mar a lo que no pude aguantar y desvié la mirada, sabía que si no era cuidadosa me podría ahogar en ellos en cualquier momento. 

—Admito que a veces tu personalidad me aterra. a veces no se que decir por miedo a como lo vayas a tomar, siempre te vas. — hablé arrancando unas hojitas del suelo tratando de sacar un poco la conversación.

—Sí pero siempre regreso. — sonrió desanimado.

—¿Pero por qué lo haces?— traté de no sonar muy inquietante, si no tenía cuidado me iba a dejar aquí sentada con la duda en la cabeza.

—Porque al igual que tú, me aterras.— imitó mi acción arrancando también un poco del césped. 

—¿Yo? ¿Yo aterrarte a ti?— Se estaba burlando. 

—Si, tu sabes ya demasiado sobre mí… —pasó la lengua por sus labios y miró hacia el campo de fútbol, pude notar un ligero sonrojo en sus pálidas mejillas.—Y a pesar de todo no me juzgas, al menos no en voz alta y eso me aterra.

—Entonces… te aterra que no te juzgue.— afirmé aún sin comprender del todo.

—Me aterra que eres la unica que no lo hace y pueda perderte, por eso trato de no ser tan idiota contigo. —negó frunciendo sus cejas.

—Quisiera ser tu escudo, comprenderte y saber que es lo que en verdad pasa por tu cabeza, que es lo que ocultas tras esas gafas oscuras porque bien sabemos tu y yo, que no sólo las usas por tus ojos. — Luke sólo sonrió. 

— ¿Qué me hiciste?—La pregunta me sorprendió. 

—¿Qué quieres decir con eso?— ladeé mi cabeza un poco confundida. 

—Yo mismo me desconocí en el campamento… respecto a tí, de hecho, cuando estoy contigo me desconozco. 

—Pues, ni yo sé que sucedió… pero me agradó bastante. Conocer ese lado de tí, ya sabes. 

LO DIFÍCIL ES QUERERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora