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゚。CAPITULO 10
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La noche había sido bastante tranquila, a pesar de tener las puertas y ventanas cerradas aún así pude escuchar el sonido de los grillos y de uno que otro animal proclamando ser dueño de la noche, el clima había sido agradable y también mis compañeras de cabaña que por algún extraño motivo no me volvieron a tocar el tema referente al chico rubio.

Estaba apoyada en la mesa del comedor con mi cabeza sobre mis brazos, a las siete en punto una trompeta sonó en medio del patio despertando a todo mundo, dijeran lo que dijeran, cualquier actividad que hiciéramos hoy, no compensaba el modo con el que me habían despertado, era cruel, injusto, inhumano e incluso podría decirse que hasta ilegal.

Conforme pasaban los minutos los chicos iban haciendo presencia en la misma mesa, tomaban asiento junto a mí y me hablaban de cosas que sinceramente no comprendía bien pues mi atención estaba en el sueño que aún tenía. Escuché un par de risas provenientes de varias mesas y por curiosidad volteé a ver que las provocaban, Luke venía caminando en medio del comedor cubierto desde la cabeza hasta las piernas con una cobija de cuadros verdes y negros, venía arrastrando sus pies y sus ojos estaban tapados por aquellas gafas suyas, no podía negar que sí era una imagen bastante graciosa pero a la vez tierna, aproveché mi oportunidad y sacando rápidamente el teléfono capturé el icónico momento. 

—Buenos días, bello durmiente. — comenzaron a molestarlo y yo sólo reí por lo bajo. 

—No me hagas romperte la cara tan temprano. —le respondió en un tono agresivo. 

—Luke por las mañanas suele estar un poco bastante enojón, mejor no le busquen. —advirtió Oliver mordiendo una manzana. 

Tras un gruñido Luke se dejó caer a mi lado, recargó su cabeza en la superficie y se tapó con la cobija para que no le molestaran. 

—Eres la descripción gráfica de la frase “Se te pegaron las sábanas” —reí. 

—Cállate Arantxa. — balbuceó. —Tengo frío y sueño, ¿acaso tú no tienes sueño?

— Lo tenía, pero el verte así hizo que se me fuera. Fue divertido. 

Repartieron el desayuno y Luke aún no se desprendía de aquella cobija, podía ver como él sólo jugaba el cereal de colores que flotaba en la leche de su plato, se limitaba a tomar solamente la leche y no comerse el cereal como todos los demás lo hacíamos. 

—¿No te gusta? —pregunté curiosa. 

—¿No crees que es muy temprano para fastidiar? — bostezó y siguió jugando con su cuchara revolviendo los cereales. 

Molesta, tomé mi plato de cereal y rodeé la mesa tomando asiento entre Oliver y Axel, los demás sólo me veían o miraban su plato, en cambio Luke asesinaba con la mirada a su hermano y al chico. Podía notarlo por encima de esas gafas, y en cambio Oliver, él se empeñó en ignorarlo mientras disfrutaba del resto de su manzana y cereal. 

Al final pude darme cuenta, a Luke no le gustaba el cereal crujiente, sino más bien remojado a grado de parecer cartón batido. Era un psicópata, un loco y un flojo hasta para comer. 

¿Qué me dejaba de conocimientos este viaje para el expediente Luke Hemmings? Al parecer le gustaba demasiado sacarse fotos, es bueno para los deportes, al final si tiene un poco de relación buena con su hermano y los chicos del equipo, es friolento, por las mañanas es poseído por el demonio, es pésimo mintiendo, le gusta mezclar la comida y el agua en el mismo bocado y finalmente, le gusta el cereal remojado. 

Después de nuevamente dos disculpas más y un puñetazo en su brazo, iba junto a Luke en dirección a la siguiente actividad programada para hoy, nos dijeron que había un establo e iríamos por secciones, al parecer estaríamos divididos en grupos de a tres mesas, mientras nosotros íbamos los demás pasaban tiempo libre, más bien esto era para poder interactuar tantito con los pobres animales que tenían encerrados ahí.

LO DIFÍCIL ES QUERERTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora