Olivia una joven que ha sufrido desde la muerte de su hermano menor perdiendo su felicidad y su brillo. Sin embargo, allí está Mike quien cambiara su vida para bien y para mal
Una historia corta de dos jóvenes rotos y perdidos
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Seis meses después
Al abrir las puertas de mi escuela sentía las miradas de las personas en mi. Llevaba mi capucha puesta, quería estar lo más seria posible evitando que alguien se acercara.
Giré a la derecha dirigiéndome a mi locker y al acercarme solo vi mi grupo de amigos. Inmediatamente bajé mi rostro y giré hacia el otra lado del pasillo.
Caminé por un rato y cuando pensé que se habían ido me dirigí hacia allá nuevamente viendo el área sola y vacía
Saqué y puse mis cosas aún perdida en mis pensamientos.
Sonó la campana dejándome saber que faltaban cinco minutos para entrar. Cerré todo y me encaminé hacia el salón.
Al llegar a la puerta suspiré dándome fuerzas y entré ignorando los susurros y miradas de curiosidad
— Bueno — se escucha al maestro entrar
Me senté en la última mesa de atrás prestándole la atención al maestro y no al grupo de personas que trataba de llamar mi atención
— Un nuevo año, nuevas metas... — su mirada cayó en mi y su sonrisa decayó a una mucho más pequeña transmitiendo pena — bienvenida nuevamente Olivia —
Sonreí de lado y no dije nada, él solo asintió y con la atmósfera llena de aire incómodo continuó su platica
Más tarde me encontraba con la bandeja de comida en manos en busca de una mesa solitaria, al encontrarla me dirigí allí lista para solo prestarle atención a mi comida
— Olivia — se acercó Lucy moviendo su cabello rubio de un lado a otro y su usual felicidad — por fin te veo — se sentó en la silla delante de mi y detrás de ella se acercaban los demás
Lucas con su cabello negro y ojos verdes. Lina morena, cabello ondulado y su grandes labios y por último John pelirrojo y con pecas
Todos se sentaron con risas y hablando de lo bien que la pasaron el verano
Lucy hizo un ruido llamando la atención de los demás y disminuyendo las risas.
— Bueno... — se aclaró la voz Lucas — ¿cómo te ha ido? — todos y cada uno me miraban muy atentos esperando mi respuesta
Levanté mis hombros y empecé a comer escuchando suspiros.
— oye, nos importas —
Y aquí viene.
— Queremos lo mejor para ti y te extrañamos — continuó hablando Lucy quien descansó su mano sobre la mía
Mi atención seguía en mi comida — Queremos a la Oliva de antes,olvídate lo que sucedió eso quedó en el pasado al final todos morimos de algo — levanté mi mirada lentamente mirando a Lucas, quien sonreí buscando la mirada de aprobación de los demás, sin embargo, tan solo se ganó miradas incómodas y incrédulas por lo que había dicho.
Lo miraba muy penetrantemente dando me cuenta que él suponía que lo que había dicho está bien.
— ¿Quién te crees que eres para decirme tal cosa? — susurré enojada — mi hermano, Erik, murió con tan solo quince años. No eres tú quien jugaba con él todas las tardes en mi casa o le llamaba familia — murmuré exasperada — él te veía como un ídolo y mira como tú ignoras su muerte como si nada—
Lucas me miró con los ojos muy abiertos sorprendido de mi actitud
— Olivia, relájate ... — se levantó al ver que ma paré
las lágrimas nublaron mi mirada y sin más tomé mis cosas y salí de allí apresurada
No sabía hacia donde me dirigía solo me detuve cuando las risas de los niños se comenzaron a escuchar y ahí noté que estaba en el parque.
Me senté y dejé caer mi cabeza en mis manos soltando lágrimas y más lágrimas
Quería gritar pero no, aquí no
Luego de que me doliera la cabeza de tanto llorar mis lágrimas cesaron y levanté mi rostro provocando que la luz del sol diera directo a mis ojos y automáticamente los cerré tratando de aliviar pequeño ardor que por accidente me había provocado.
— ¿estás bien? — se escucha a mis espaldas y me giré bruscamente
No lo había escuchado llegar
Asentí y le volví a dar la espalda esperando que se alejara en cambio tomó asiento a mi lado
Mordí mi labio y apreté mi pantalón al no saber qué hacer
— Soy Mike — se presentó mientras miraba a los niños jugar
Volví a asentir
Hubo silencio por un momento hasta que lo volví a escuchar—¿y tú? — preguntó
Lo miré y él ya me estaba mirando provocando que mirara nuevamente hacia al frente evitando su mirada
—Mm, no tienes nombre — se rió de su propio comentario terminando en una risa nerviosa
Iba a volver a preguntar algo hasta que lo detuve — ¿Qué quieres? — pregunté
— Solo... te vi salir corriendo del comedor y yo... —
Rodé los ojos — no necesito tu pena — hablé brusca
El solo asintió y dio una sonrisa incomoda — Solo quiero ayudar — comentó
Lo miré buscando que estuviera loco o aburrido y solo quisiera molestarme
Volví y miré a los niños correr de un lado a otro — tampoco quiero tu ayuda — contesté
Noté que miró hacia el suelo y asintió — me lo esperaba — contestó y se paró — un gusto conocerte... sea quien seas —
Se fue mientras yo solo lo miraba con extrañeza. Cuando por fin sentí el silencio y la paz cerré los ojos pero nuevamente lo volvía a escuchar
— Solo dame una oportunidad— abrí mis ojos y lo vi delante mío con su dedo índice levantado y expectante por mi respuesta
Lo observé, porqué él estaba tan empeñado en ayudarme, no lo sé. Quería poder leer sus intenciones, pero tan solo negué — vete —
Él seguía allí parado con sus labios levemente abiertos mientras en su mirada mostraba cómo se desesperaba al no convencerme. Sus ojos azulados se movían de un lado a otro dejándome saber que buscaba opciones y cuando vi que iba hablar nuevamente tomé mis cosas y comencé alejarme.
— Aún no sé tu nombre — lo escuché gritar, pero seguí caminando como si nada