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Está de más decir que ambos chicos querían que las horas se pasaran volando para así poder tener una conversación a solas, sin embargo el tiempo que tuvieron que esperar les sirvió para acomodar mejor sus pensamientos. Wonho sabía que tenía muchas cosas para decir y Hyungwon sabía que tenía muchas preguntas por hacer, por lo que al final decidieron esperar pacientemente.

Y así, después de que por fin el turno de Wonho acabara y salieran del establecimiento, Hyungwon tomó la delantera, comenzó a caminar hacia alguna dirección sin decir una palabra, y el mayor lo siguió por inercia.

— ¿Tienes hambre? —preguntó después de un pequeño tramo recorrido, preocupado de que los bocadillos que le había dado al delgado no lo hubieran saciado en todo el tiempo que esperó por él— Conozco un par de restaurantes que...

— No te preocupes, voy a comer en el hotel. —lo interrumpió Hyungwon, sonriendo para evitar otra preocupación innecesaria en Wonho— Le dije a tu madre que de momento no quería volver a su casa, así que me pagó un hotel, y ahí está incluida la comida. —susurró viendo el GPS— Antes de venir a verte dejé mis cosas ahí, entonces eché un vistazo rápido y el menú parece tener comida deliciosa.

Wonho escuchó con atención, y se acercó despacio para poder ver cuál era el lugar de destino al que se dirigían.

— Oh, así que es ese hotel. —soltó involuntariamente, ganándose una mirada confusa de parte del menor que no entendió su comentario— Ese hotel es de un amigo de mis padres, a mi mamá le gusta mucho la comida de su restaurante asi que no me extraña que te haya llevado a ese lugar... —respondió para después quitar el celular de las manos del delgado y guardarlo en su bolsillo— Deja de ver eso, yo conozco el camino. Si lo que quieres es tener las manos ocupadas, entonces...

Una temblorosa mano se extendió frente al delgado y aunque Wonho tenía una sonrisa dulce, en el fondo se notaba nervioso y quizá hasta con miedo a que él lo rechazara, pero claro que no lo haría. Sus manos se unieron sin problema alguno y después de unos segundos caminaron por las calles del centro de la ciudad con toda la libertad del mundo, en medio de risas, charlas acerca de los establecimientos, las historias de aquel lugar y un poco de curiosidades. Ni siquiera había charlas importantes de por medio, pero aún con eso ambos estaban a gusto, dejando entrever lo mucho que se habían extrañado en ese tiempo.

El verdadero problema fue cuando llegaron al hotel y no supieron qué hacer. Ambos estaban cansados y sabían que quizá ese no era el mejor momento para tener la extensa charla que había quedado pendiente porque ya habían sufrido demasiadas emociones por ese día, pero si eran sinceros, tampoco querían separarse. Incluso si su separación se trataba sólo de un par de horas.

Después de verse mutuamente y no poder soltar ninguna palabra de despedida, no pudieron evitar abrazarse fuerte, meciéndose de un lado a otro.

— ¿Tienes que irte? —preguntó el delgado, acurrucado contra Wonho.

El mayor soltó un largo suspiro al escuchar su ronca voz más dulce de lo normal.

— En realidad no, hoy puedo faltar a lo que sea que tenga pendiente. —confesó.

Hyungwon soltó una risita y aspiró su aroma antes de contestar.

— Eso no es algo que un adulto responsable haría o diría. —se burló. El mayor imitó su acción y le besó la frente pero se quedó en silencio hasta que Hyungwon soltó una pregunta inesperada. — Wonho... ¿Qué quieres hacer?

— Estar contigo. —respondió rápidamente.

El delgado se sonrojó un poco y tiró de él para cerrar la puerta y tener una conversación un poco más privada.

Sarang [Hyungwonho] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora