• 19 •

409 74 12
                                    

Hyungwon se despertó sólo al día siguiente. No estaban esos fuertes brazos alrededor de su cintura como de costumbre, ni tampoco unas tranquilas respiraciones haciéndole cosquillas en el cuello como cada mañana.

¿Cómo era posible que se sintiera tan incompleto de esa manera cuando solo habían vivido juntos por meses?

La verdad era que extrañaba mucho a Hoseok.

Decidió darse ánimos a sí mismo pensando en que ahora pasaría tiempo con su madre y después de mucho, se levantó en la cama y caminó hacia la ventana que estaba en su habitación, mirando el cielo se dio cuenta que era un hermoso día, casi lo hizo sentirse mejor, casi.

Estaba bajando las escaleras cuando un delicioso olor acarició su olfato, había extrañado eso. Cuando entró a la cocina encontró a su mamá preparando un rico desayuno. Era fin de semana por lo que su mamá no tenía trabajo ese día y podían pasar el día juntos tranquilamente.

Cuando estuvo cerca, su mamá se dio cuenta de su presencia y le dio un abrazo de buenos días, contenta de poder hacer esas pequeñas cosas con su hijo después de mucho tiempo de separación.

— Buenos días bebé, siéntate ahí... —le indico el lugar donde tenía que sentarse, para después servirle el desayuno.

Hyungwon asintió y obedeció a su madre como un esponjoso cachorro, sin rechistar.

— Gracias. —le dedicó una pequeña sonrisa, la cuál su mamá le devolvió.

La señora se sirvió su propio desayuno y empezó a platicarle a Hyungwon sobre su nuevo trabajo y lo bien que le estaba yendo en ese lugar, su hijo le sonreía le vez en cuando y asentía con la cabeza, después fue el turno de Hyungwon de empezar a contarle a su madre sobre cosas de su universidad y otras cosas, pero en ningún momento mencionó a cierta persona que tanto amaba. Al menos eso era lo que su madre tenía entendido.

Sabía que algo había pasado, no era tonta. Entonces pensó que si ese muchacho había jugado con el corazón de su hijo, no se lo iba a perdonar, y pobre de él si se le antojaba pararse frente ella.

Justo cuando iba a preguntarle a Hyungwon sobre el tema, escuchó como el teléfono de la sala empezaba a sonar, y le dijo a su hijo que iba a averiguar quién llamaba, a lo que él respondió con un asentimiento.

— ¿Si? —contestó el teléfono, pero hubo un corto silencio detrás de la línea.

— Hola señora Chae, soy Wonho. —mencionó la voz temblorosa— ¿Está Hyungwon?

Am escuchar el tono de voz de quien aseguraba que todavía era su yerno, tenía muchas ganas de preguntarle qué ocurría, y decirle un montón de cosas en caso de que haya herido a Hyungwon, pero no podía.

— Sí, espera un segundo. —respondió cautelosamente para finalmente guardar silencio.

Escuchó al chico murmurar un leve "gracias" mientras ella caminaba de regreso al comedor con el teléfono en la mano. Estando ahí, se lo entregó a Hyungwon, quien seguía sentado en su sitio mientras comía lo último de su desayuno.

— Es Wonho. —anunció, al ver la confusión en el rostro de su hijo.

Hyungwon sintió como si su corazón había dado un vuelco y el aliento se le quedaba atrapado en sus pulmones. Su expresión no pasó desapercibida por su madre, quien solo volvió a sentarse en su lugar retomando la tarea de comer sus tostadas.

El delgado, armándose de valor, acercó el teléfono a sus oídos y respondió.

— Hola Wonho, ¿que pasa? —trató de sonar lo mas casual posible, pero por dentro su corazón latía con fuerza y dolor.

Sarang [Hyungwonho] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora