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Esa noche Hyungwon durmió muy poco. Había intentado hablar con Wonho pero después pensó en que si le preguntaba algo respecto al tema, él le negaría todo como venía haciéndolo todo este tiempo, aparte quería verlo con sus propios ojos para convencerse de que el Wonho que relataban se trataba de su mismo Wonho, porque él no podía creer lo que decían. Por eso fue que decidió aceptar la oferta de la señora Shin y viajar con ella al día siguiente de vuelta a Daejeon. El día anterior habían hablado mucho y a pesar de lo mal que se sintió en su momento decidió perdonarla, porque después de todo tenían el mismo pensamiento y ambos sólo querían lo mejor para Wonho.

En la mañana Hyungwon preparó su pequeña maleta, y ya que no sabía cuánto tiempo se quedaría, su mamá le dio una cantidad de dinero, lo suficiente para poder sobrevivir unos días en un hotel si fuera necesario, ya que le dejó muy en claro a la señora Shin que por más que habían resuelto sus diferencias él no quería volver a vivir en su casa, ya que sentía que tarde o temprano volverían a llegar al mismo punto que antes, y la señora no tuvo otro remedio que aceptar, sintiéndose algo culpable.

Su madre despidió a Hyungwon con un abrazo y un beso en la mejilla, y ni siquiera había tenido tiempo de despedirse de sus amigos, pero apuntó mentalmente que les enviaría un mensaje después explicándoles un poco la situación, cosa que ellos seguramente entenderían que era de máxima prioridad.

Se subió al taxi a lado de la mujer y se fueron directo al aeropuerto. No habían cruzado más de dos palabras en todo el camino y Hyungwon no había vuelto a chatear con Wonho desde el otro día, y tampoco le dijo que estaba camino a verlo, quería llegar de sorpresa, ver lo que realmente estaba pasando y que no tuviera tiempo de fingir nada.

Y así, después de unas horas de viaje llegaron a la ciudad de Daejeon. Hyungwon se sintió muy nostálgico al llegar al aeropuerto porque la última vez que estuvo aquí, Wonho estaba llorando y diciéndole que no se fuera, pero ahora él era quien volvía, en busca de pedirle que regresara a ser quien era.

Parpadeó unas cuantas veces para evitar que sus ojos se cristalizaran por los recuerdos.

— Hyungwon... —lo llamó la mujer a su lado haciendo que se sobresaltara un poco— ¿quieres ir al hotel primero? Puedo esperarte y luego vamos con mi hijo.

Él asintió rápidamente sin siquiera pensar.

— Sí. —afirmó una vez más— Necesito dejar mis cosas.

La mujer respondió con un asentimiento, ella también creía que que era mejor ir a dejar sus cosas en el hotel primero y después hablar con Wonho. Lo que no sabía es que Hyungwon realmente necesitaba un momento a solas para prepararse mentalmente para ese encuentro, porque sí, tenía mucho que hablar con él.

Después de unos minutos en los que tardó reservando una habitación, dejando sus cosas en la habitación y suspirando mil veces frente al espejo convenciendose a sí mismo de que nada malo estaba ocurriendo, volvió a salir del hotel, y fue directo al auto donde estaba esperándolo su suegra.

Ya sin más cosas que hacer, se dirigieron directo a la mansión de los Shin en aquel barrio bonito al cual ya se había acostumbrado a vivir en su momento. Mientras iban ingresando a la propiedad, Hyungwon miró los detalles de la casa sin expresión, pero por su cabeza estaban pasando muchas cosas. Cuando se fue, él pensó que no volvería jamás a esa casa, pero ahí estaba por amor a Wonho.

Cuando volvió a entrar por la puerta principal de la casa se sintió entre incómodo y nostálgico, recuerdos de momentos lindos con Wonho invadían su mente, al igual que los momentos incómodos con la señora Shin.

— Hyungwon, por favor pasa. —lo invitó la mujer al ver que el delgado se quedó de pie justo en la entrada con la mirada perdida, donde claramente se reflejaba una contradicción de sentimientos por el simple hecho de volver a esa vivienda.

Sarang [Hyungwonho] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora