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Había llegado el día.

El día que Hyungwon tenía que irse, y que pasarían de vivir en la misma casa y dormir en la misma cama, a estar a kilómetros de distancia por un tiempo indefinido que podría fácilmente tratarse de un "para siempre".

Wonho ya estaba destrozado desde que Hyungwon le dijo que quería irse, pero ahora que había llegado el momento de despedirse se sentía peor. Aún así decidió que iba a ser un buen novio y no iba a pedirle que se quedara ni chantajearlo con sus propios sentimientos para lograrlo, si Hyungwon quería un poco de tiempo iba a darle todo el tiempo del mundo y siempre estaría esperando por él.

En el aeropuerto ambos estaban sentados al lado del otro esperando el vuelo, Wonho sostenía la mano de Hyungwon mientras miraban a través de los vidrios en silencio. Sin duda el cielo estaba hermoso, los primeros rayos del sol estaban atravesando el enorme ventanal, como si fuera un intento de iluminarlo de esa tristeza desgarradora que tenía en su interior.

Su mirada cayó sobre Hyungwon, su Hyungwonnie... Tenía el cabello bien peinado, sus ojos un poco hinchados a causa del sueño porque tuvieron que levantarse de madrugada ya que el vuelo salía muy temprano, pero aun así lucía hermoso, siempre lo hacía.

Su pecho se estrujó, eso no debería de ser así, ellos deberían de estar descansando en su cama, sosteniendo a un Hyungwon de cabello alborotado en sus brazos.

Dolía...

— Te amo... —la respiración de Hyungwon se detuvo por instante al escucharlo, y lo miró— siempre lo haré, no lo olvides.

Oportunamente en ese momento se escuchó la voz de una mujer anunciando el próximo vuelo, era el vuelo de Hyungwon.

— Wonho, tengo que... —no supo cómo continuar. Ambos sabían lo que ocurrían, pero el hecho de decirlo en voz alta solo hacía parecer todo más real.

Wonho asintió.

— Lo sé, te acompaño. —respondió sin mirarlo a la cara.

Su vuelo era el próximo en salir, y después de un corto papeleo, ya tenía que entrar al área de espera para abordar el avión, a donde justamente Wonho no podía entrar. Al llegar se detuvieron frente a la entrada, quedando uno frente al otro. Sus miradas se conectaron y aunque había mucho qué decir, ninguno podía soltar una palabra.

No fue hasta que alguien se aclaró su garganta detrás de ellos que supieron que debían hacer algo más que solo mirarse fijamente, reaccionaron gracias a que el padre de Wonho también estaba allí.

— Hyungwon, espero que tengas un buen viaje. Sabes que puedes venir cuando tú quieras... —mencionó con melancolía y se acercó a abrazarlo suavemente— Lamento mucho todo lo que pasó. Estoy muy apenado, realmente lo siento, hijo.

Hyungwon no pudo responder nada debido al nudo de su garganta, pero tenía muchas ganas de decirle que él no había hecho nada malo, y que al contrario, iba a extrañar mucho su figura paternal cerca. Pero al final no dijo nada.

Después de eso, el señor dijo que iba a esperar a Wonho en el coche, y los dejó solos para que se despidieran.

Hyungwon volvió a mirar a Wonho y pudo notar que él estaba haciendo un gran esfuerzo para sonreír a través de las lágrimas que se estaban formando en sus ojos, era una sonrisa triste. Wonho lo miró también pero no dijo nada, sabía que no podía hablar, si lo hacía, lloraría y Wonho quería ser fuerte por él, lo conocía bien.

Aún así, es difícil esconder un sentimiento que agobia tanto, por lo que inconscientemente apretó su mano y una lagrima silenciosa cayó de sus ojos.

Sarang [Hyungwonho] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora