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Al poco tiempo, dejé de sentir el movimiento del trote el caballo. Me sentía adormilada pero no estaba completamente rendida. Mis ojos pesaban y por eso no quería abrirlos, sin embargo era consciente de todo lo que sucedía a mi al rededor.

- Se quedó dormida, estaba muy cansada - Murmuró NamJoon

- ¿Te ayudo a bajarla? - Respondió una voz que no pude reconocer

- Por favor.

Sentí los brazos de Nam debajo de mis rodillas y sosteniendo mis hombros, me cargaba como a una princesa. En cuanto me dejó en los brazos de alguien más.

Estos se sentían fríos, pero tenían un agradable aroma a cuero y gel de baño. Además me sostenía con fuerza y me acercó a su pecho en cuanto sintió que temblé por el frío.

Entonces escuché con NamJoon se bajaba del caballo, escuché sus pasos junto a los cascos del caballo camino al establo.

- No puedo creer que Jungkook hiciera esto - Comentó el chico misterioso

- Cuando se lo propone es un completo idiota - Respondió Kim evidentemente enojado

- Pero me sorprende que no le asusten las consecuencias. -

¿Consecuencias?

- Cuando le da la gana olvida que hay reglas -

¿Reglas? ¿Que mierda? ¿Eso quiere decir que entre ellos igualmente hay normas?

En cuanto empiezan a caminar, el viento se filtra entre los árboles y acaricia mis pies descalzos y brazos desnudos.
Me es inevitable temblar un poco del frío.

Entonces escucho una risa por lo bajo, la siento vibrar en su pecho y contagiarla a Nam.

- Arropala con esto -

Pocos segundos después, sentí sobre mí una tela pesada, parecía una chaqueta y tenía un delicioso aroma al perfume del mayor.

...

A la mañana siguiente desperté en la cama de NamJoon, las cortinas estaban cerradas pero se veía el sol reflejar en la ventana. Un día muy soleado.

Al poco tiempo vi su figura masculina salir del baño, estaba apuntandose la camisa. Hoy no estaba aterrada como ayer, Siento que me ayudó con Jungkook y mientras me quedaba dormida ayer, estuvo atento.

- Buenos días Em - Saludo amenamente

- Buenos dias... - Respondí con un hilo de voz apenas audible

- ¿Recuerdas como acordamos saludar? - Preguntó amablemente

Mierda, que mala forma de empezar el día.

Mire al suelo para levantarme y caminar frente a él. De alguna manera me sentía agradecida por lo de anoche, no sabía que podría haber pasado si no llegaba.

Con delicadeza me arrodillé frente a su muslo derecho, justo como la ultima vez, coloqué mis manos tras mi espalda y me recordé, que solo buscaba ganarme su confianza.

- Ahora si son unos buenos dias - Mencionó mientras acariciaba mi cabello

Me sentía inquieta, mis mejillas estaban sonrojadas y mis manos sudaban. Era la primera vez que obedecía a una de sus reglas.

- Lamento mucho lo que sucedió ayer, no volverá a suceder. Hoy tendrás mi completa atención y el resto de la semana estarás junto a mí.

Yo asentí sin saber si esto sería mejor.

- Me gustan las palabras -

Si quería una jodida respuesta se la daría

- No me importa -

NamJoon levantó mi rostro, me miraba molesto. Su agarre en mi mandíbula era firme pero sin llegar a lastimarme.

- Quiero que lo repitas -

Me intimidó su imponencia, me sentía como un perrito con la cola entre las patas. Intentaba zafar mi rostro de su agarre, pero entre mas me movia con mayor firmeza me sostenía.

- Discúlpate si no quieres pasar los próximos 20 minutos mirando la esquina de la pared -

Me sentí confundida, No pude evitar mirarle llena de incertidumbre, no quería ni pensaba disculparme, esto era una estupidez.

Después de casi un minuto, Nam me tomó por el brazo. Dejándome de pie justo frente a la esquina de la pared junto a la mesilla de noche.

- Si desvias tu vista a cualquier otro lugar, volveremos a empezar -

Escuché la puerta cerrarse y unos pasos en la habitación, luego el pequeño sillon junto a la ventana moverse.

Sabía que estaba mirándome, pero no soportaría los próximo 20 minutos sin un solo ruido en la habitación.

Fue puro instinto en cuanto escuché unos pasos fuera de la habitación y giré mi cabeza para ver en su dirección.

-Em, vuelve la mirada a la pared -

Me moví en mi lugar, sin encontrarme cómoda con este jodido castigo

Sentía esto como una perdida de tiempo, mientras mis pensamientos inquietos no dejaban de abrumar mi cabeza y recordaba todo lo sucedido. El tiempo en silencio me recordaba a mi familia, mi casa y mi escuela. Mi jodida vida de libertad, donde podía hablarle a quien quisiera como me pegara la gana.

En el estúpido rincón, sentía el silencio de la habitación encerrandome con mis pensamientos, odiaba no tener algo que escuchar o ver.

Sentía que mi propia cabeza podría matar mi tranquilidad, deseaba poder dejar de pensar, en el estúpido NamJoon detrás mío, en los recuerdos de mi vida que extraño y la incertidumbre de lo que pasará conmigo.

No quería estar aquí, ni en esta casa, ni con estas personas, no quería pararme frente al jodido rincón.

Sentía mis ojos húmedos, pero me negaba a llorar. Me sentía tonta porque un castigo como este pueda afectarme.

- Emily, ven aquí -

Suspiré con tranquilidad al escuchar sus palabras, si me quedaba allí por más tiempo acabaría con el poco orgullo que aún conservo.

Caminé en su dirección, con la cabeza baja y las manos cerradas fuertemente. Odiaba mi sensibilidad

Cuando estuve frente a él, este me hizo espacio entre sus piernas, el tenue aroma a un perfume seco y agradable llenó mis fosas nasales en cuanto me arrodillé entre sus muslos.

- Que buena chica - Mencionó mientras acariciaba mi cabello como tanto me gustaba - ¿Que se dice?

Dudé un poco en responder, pero no quería volver a la esquina del infierno.

- Lo siento - susurré

- Muy agradable -

ɴᴜᴇꜱᴛʀᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora