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Mis ojos se abrían conforme escuchaba murmullos a mi al rededor, algunas risas y otros cuchicheos que lograron  despertarme junto con el movimiento más pausado y tosco de pasos. Sentía el viento acariciando mis brazos y piernas, traía un pantalón corto y me encontraba descalza. De verdad sentía frío y comencé a abrir mis ojos en cuanto un escalofrío me recorrió entera, temblé un poco antes de acurrucarme más hacia lo que sea que estuviera dándome calor...

Pero entonces caí en duda, ¿En donde estamos?

Rápidamente abrí mis ojos y me apresuré a ubicarme, uno de todos estos chicos me tenia entre sus brazos, me llevaba como si fuera una princesa y al verme sobresaltar bajo la mirada observándome de manera inocente... Me sentía confundida e incómoda por lo que intente bajarme para caminar por mi cuenta . Pero este reaccionó rápido ante mi arrebato de rebeldía.

-No estés necesario que camines e igualmente aunque lo pidieras no te dejare hacerlo... -

-¿Q-que? ¿P-por qué? -Pregunté  desconcertada.

-Porque me gusta tenerte entre mis brazos... -

No supe que responder, pero tampoco me iba a ser tan persistente con que me bajará, necesitaba ubicarme, no sabia en donde estaba y la verdad ponerme a discutir por esas estupideces me quitaban tiempo.

Mi vista se ubicaba a nuestro alrededor sólo lograba encontrar miles de miles de hectáreas de tierras, llenas de árboles y otras plantas, el paisaje era hermoso, pero a pesar de esto, tenia miedo

¿Por qué estamos en un lugar tan alejado de la ciudad?

Al seguir observando todo a detalle no encontré nada mas kilómetros de hermosos y frondosos bosques a nuestro al rededor, no se por cuanto tiempo habíamos caminado pero el pensar en eso me aterraba más, como mierda se supone que voy a escapar de aquí...

[...]

Tiempo después de seguir intentado encontrar una respuesta de nuestra ubicación, me cansé, la noche era fría, y sentía como el viento perforada mi piel, como si quisiera grabarse en ella me hacia temblar. Estaba aterrada, me sentía amenazada y era tan incompetente que ni siquiera podía saltarme de los brazos de este hombre...

Solo senti como inconsientemente me quedaba cada vez más quieta, tenía mucho frío y miedo, me sentía estúpida...

-Jimin! Dame tu abrigo! - El chico que me llevaba entre sus brazos llamó a uno se sus amigos y le pidió su chaqueta, la verdad a esto no le encontraba razón de ser, pero todo cambio cuando después de una discusión entre ambos y el tal "Jimin" le diera su abrigo, este lo colocará sobre mi.

-Gracias... -

El chico no respondió pero en cambio me regaló una bella sonrisa que resaltaba sus dientes blancos.

A mi parecer no llevábamos mucho tiempo caminando desde que me levante... Comencé a ubicar tiempo con las pequeñas frases que intercambiaban entre ellos, 20 minutos... En total llevaban caminando y yo llevaba entre sus brazos casi... Unos 10. Ademas que el líder indicaba que ya faltaba poco para llegar.

El camino siguió en silencio hasta que comencé a escuchar unas respiraciones profundas y fuentes, provenian de un animal grande... A pesar de la oscuridad de la noche, ubique el animal, eran bestias hermosas y majestuosas, de color negro y con un pelaje impecable, animales bien formados y fuertes... Con una crin tan oscura como el resto de la noche... Mi ojos brillaron instantáneamente y me fue imposible llegar a imaginarme rozando la punta de mis dedos sobre su lomo, sentir su respiración y acariciar sus fauces que descansaban tranquilas sobre la tierra... Eran seres de otro mundo, siempre fueron mi animal favorito...

-Veo que te gustan los caballos... - La intervención de este sujeto me saco de mis pensamientos e imaginaciones, era obvio que algo malo pasaría conmigo y nunca tendría la posibilidad de tocar a un caballo otra vez...

Ignore por completo su oración y en cambio gire la vista hacia otro lugar, me encontré con hermosos caudales de ríos, aglomerandoce en una fuente de piedra preciosa, su forma dibujaba un par de delfines en ella y los pequeños hilos de agua que adornaban la figura hacían un gran complemento, todo era tan hermoso.

No sabia exactamente en donde nos encontrabamos, pero si sabía que, está era una gran mansión, extensa, iluminada y decorada en un estilo antigüo, de piedra clara, con detalles en madera, las luces blancas resaltaban todo lo demas y resaltaban la oscuridad que contrastaba a la perfección, estaba rodeada de un bosque inmenso, con hermosas decoraciones y árboles de cerezo, los caballos eran sólo unos de los animales que nos recibieron en cuanto llegamos a estar frente aquel "palacio rural".

Los perros eran grandes y de razas guardianas, algunos con pelajes más claros pero todos hermosos y sanos, casi 3 de ellos logran derribar a los chicos al abalanzarseles encima, entonces rogué por quien me tenia entre sus brazos que me dejara sobre el suelo para acariciarlos...

Sus fuertes brazos me dejaron de rodillas sobre el suelo, mis manos se apoyaron sobre el piso de piedra para no perder el equilibrio y entonces fue cuando noté que los perros se acercaban a mi.


Querían conocerme...

ɴᴜᴇꜱᴛʀᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora