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Después de un profundo suspiro, apoyé mi cabeza sobre su muslo derecho, sentí sus manos cálidas sobre mi cuello y sus dedos largos acariciar mi cabello. Mis ojos no lo soportaron más, el nudo en mi garganta me hizo derramar mis lágrimas y musité un sollozo ahogado sobre la tela del pantalón de NamJoon.

- Tranquila Em, ya pasó. No necesitas volver a la esquina -

Suspiré nuevamente las caricias de Nam me tranquilizaban en demasía. Su calor corporal y su colonia de aroma maderado amansaba mi carácter, sentía su figura imponente y a la vez segura. Me brindaba una serenidad inmensurable algo que jamás había sentido en un ambiente como mi hogar.

Cuando solté mi último suspiro prometiendome no llorar más, levanté la vista, para encontrarme con la mirada fija del líder sobre mí. Sentí unos escalofríos recorrerme la espalda entera y con rapidez bajé mi mirada, más que nada avergonzada de haber llorado con un castigo como este, un acto tan insignificante, que lo único en lo que se podría pensar estando en ese lugar es quien tiene el control sobre la situación, claramente reflexionar sobre mi posición en este tipo de condiciones no me hace sentir mejor.

Me siento como un puto cero a la izquierda

...

Después de una sesión de mimos por parte del mayor y de tomar una ducha en la que no intervino, decidimos bajar a tomar el desayuno.

Moría de hambre, de eso no cabía duda.

Al llegar al comedor, todos se encontraban allí riendo y conversando amenamente, parece que se lo llevan muy bien. Justo el momento en el que bajé las escaleras con NamJoon, todos guardaron silencio y JungKook se levantó de la mesa, los chicos se quedaron callados y mi corazón latía tan rápidamente que sentía salirle por mi pecho.

Nam no le tomó importancia, se adelantó caminando hacía el comedor y cuando vio que me quedé atrás, suspiro pesadamente, entonces chasqueo sus dedos y señalo el suelo junto a su silla. Le miré extrañada, no podía hacer algo como eso ¿Se supone que coma sobre el suelo? Y confirmé que no lo haría, en cuanto ví a Jimin intentando ocultar su risa.

- Emily, apresúrate -

- No - Respondí. Justo después suspiró y se levantó de la silla, se acercó a mí a paso lento mientras me miraba fijamente. Al llegar frente a mí susurró suavemente

- Te estabas portando tan bien, no me hagas enojar -

Le miré suplicante, mientras sentía un escalofrío por sus manos acariciando mi cintura. Sabía que las cosas se conseguían conversando, si solo me negaba a todo terminaría peor que al inicio. Acerqué mi frente la apoye sobre el pecho del líder, no solo como una forma de convencerlo, el delicioso aroma de su perfume era un deleite personal. Era obvio cuanto le había gustado mi acción, en cuanto sus labios se acercaron a mi cuello y sus manos sujetaron aún más mi cintura.

- ¿Podemos desayunar arriba? - Susurré contra su ropa. Le sentí suspirar, otra vez. Pareció pensarlo seriamente, después de unos minutos contestó.

- Solo si me lo pides como una buena chica - Susurró nuevamente contra mi cuello. Con toda la resignación de la situación y la mirada penetrante de JiMin hacia nosotros, hablé. Entre más rápido mejor, odiaba sentirme bajo la vista de todos, era jodidamente incómodo doblegarme frente a cualquiera de los menores.

- Por favor, señor - Hablé tan pasito, que dudaba de si  me había hecho escuchar, definitivamente prefería esto, a la mirada burlona de JiMin y TaeHyung toda la comida. Con NamJoon nadie discute, siempre se podía aprovechar la situación, además estaba segura que el líder se sentía cercano a mí situación después del castigo de esta misma mañana.

Los suaves besos del moreno sobre mi cuerpo, me hacían suspirar y sus manos sosteniendo mi cintura solo me hacían sentir más a gusto sobre su pecho, por un segundo olvidé mi alrededor y me sonroje con mi reacción a sus caricias, pero eran tan insinuantes que la situación se sentía comprometida, sin embargo cuando su mano derecha hizo sonar sus dedos, me asusté y retrocedí.

- Oh cariño, vuelve aquí, estaba perfecto - Pero solo me abracé y retrocedí otro paso - Está bien, vamos arriba - Puso su mano sobre mi espalda y nos dirigimos hacía el pasillo que llevaba a las escaleras, saliendo completamente del comedor, salí victoriosa.

Claro que, al llegar al piso de arriba todo fue diferente. Él entró y se sentó nuevamente sobre el pequeño sofá, mientras me miraba levantando una ceja, estaba claro que era lo que quería.

Me sonroje antes de arrodillarme sobre el suelo, justo en la mitad de la alfombra, como me había enseñado, con mis manos detrás de mi espalda y mis piernas sobre mis talones.

- Pero que linda vista tengo desde aquí - No pude evitar sonrojarme y bajar la mirada, que bochornoso. - Oh nena, no hagas eso, mírame - No podía, simplemente no podía mirarlo. Me puse tensa cuando lo escuché levantarse de la silla, ojalá no se molestará por esto.

Cuando estuvo frente a mí y note sus brillantes zapatos a pocos metros de mis rodillas, sentí su mano levantando mi barbilla, hasta que mi mirada se encontró con aquellos ojos oscuros, era un hombre muy hermoso.

- Emily, si te digo que me mires, espero que lo hagas -

- Lo siento... - Susurré igual de suavecito que antes, después de decirlo me arrepentí completamente, por qué mierda lo había hecho, en realidad no lo sentía.

- ¿Cómo debes llamarme Emily? - Preguntó

- Señor - Respondí

- Entonces ¿Por qué no te disculpas de nuevo? - Dudé un poco antes de pasear mi lengua sobre mis labios, aún sostenía mi rostro suavemente, me obligaba a verlo y responder al mismo tiempo, su aura era muy asfixiante, cuando abrí mis labios para contestar, la puerta sonó, anunciando nuestro desayuno.

- Pero que jodida mala suerte - Le escuché murmurar

Por poco

ɴᴜᴇꜱᴛʀᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora