- No te asustes linda... No pasa nada -
Con parsimonia comenzó a avanzar hasta sentarse en el sofá.
Me abrace más a su torso en cuanto le sentí sentarse, estaba aterrada.
- Necesito que me sueltes linda... Vamos a comer -
De a poco fui aligerando mi agarre, cuando me di cuenta estaba sentada sobre su regazo mientras esté limpiaba las lágrimas que resbalaban por mi mejillas.
Recordaba a este chico... Su nombre era "Jin"
Sus ojos eran oscuros y expresivos, tenía un rostro exageradamente hermoso, unos labios gruesos y rosados.
Me quede pérdida mientras le observaba de cerca, era bellísimo.
Ninguno mencionaba palabra alguna, sentía que todavía seguía pérdida, acababa de despertar y sucedían tantas cosas que no podía poner mis pensamientos en orden.
Casi ni estaba atenta hasta que vi sus labios acercase a mi rostro. Quise huir, pero fue demasiado tarde en cuanto beso la punta de mi nariz.
Por un instante le mire desconcertada, me alarme pensando que besaría mis labios, pero igualmente le mire molesta en cuanto recordé la invasión a mi espacio personal. No quería que me tocara.
- Aléjate.
Con las pocas fuerzas que tenía, intente safarme de su agarre.
- Tranquila bonita...
Con desespero intenté alejarme, pero tenía muy pocas fuerzas. Estaba agotada.
Con delicadeza recosté mi frente sobre su pecho, me dolía la cabeza y me sentía pérdida.
Sus suaves caricias en mi cabello, me hacian sentir mejor.
- Linda... No vuelvas a quedarte dormida. Necesitas comer -
Si voz fué un susurro muy suave apenas perceptible por mis oídos. Y cuando menos me di cuenta quedé sentada sobre sus piernas mirando en el centro una mesa de tamaño mediano llena de platillos, todos estaban comiendo con palillos a la vez que había un silencio abrumador en el espacio.
Intenté despejar el sueño en cuanto el delicioso aroma de la comida inundó mis fosas nasales. Olía muy bien.
A pesar de todo me sentía cohibida. No encontraba la valentía para tomar un plato de comida. Mucho menos pensaba aceptarlo si alguien me lo daba, por lo que me resigné a mirar la mesa llena de verduras y proteínas con un aspecto fantástico.
- Come.
Las duras palabras del líder resonaron por mi cabeza, buscando una manera tranquila de responder a ellas. Pero el chico detrás mío me hablo con cariño, en el momento justo antes de haber respondido con un improperio.
- Vamos, la comida huele deliciosa. Apuesto que tienes hambre, no has comido nada en un día.
Le miré desconcertada. ¿Ya había pasado un día?
- No pienso comer- Respondí firme ante la mirada desafiante que todos mantenían sobre mi
- No te estaba preguntando - Nuevamente hablo el jefe
- Tampoco pedí tu opinión
- Maldita sea, porque eres tan insolente ¿Es que no te enseñaron modales? - Seguido a sus palabras un puño completamente impulsivo chocó contra la mesa. Causandome un sobresalto involuntario.
- NamJoon, la estás asustando.
El chico de piel de porcelana habló. Casi no le había escuchado, suponía que era muy callado por lo que me sorprendió su oportuna interrupción.
El aludido respiro profundo para nuevamente dirigir su mirada a mi.
- Acompáñame Emily - Dijo mientras caminaba saliendo de la sala.
Mire extrañada a todos los demás para encontrar que ninguno estaba prestando particular atención a lo que sucedía.
Lentamente pose mis pies descalzos sobre el frío suelo y caminé siguiéndole.
Mientras caminaba tras su esbelta figura me sentía nerviosa quizás desprotegida. Pero siendo sincera la incertidumbre iba a acabar conmigo, mis propios pensamientos destructivos y conspiradores los sentía en mi contra.
- ¿A dónde vamos?- Mi voz sonó firme y segura, todo lo contrario a lo que el revoltijo de mi estómago me hacía sentir.
Él por el contrario no dijo nada, ignoró descaradamente mi pregunta.
- He dicho que... -
- Ya te he escuchado, pero mejor cállate de una vez -
Si interrupción sonó más que descortés. En todo el tiempo que llevaba aquí, jamás me había hablado de esa manera.
Por lo que decidí callar. Quizás no era el mejor momento para intentar entablar una conversación.
Mis ojos recorrían el oscuro y largo pasillo a la vez que buscaba una salida, solo necesitaba un pequeño descuido de su parte, para salir corriendo.
Pero contrario a lo que esperaba, justo cuando pensaba correr hacia una de las ventanas que iluminaban el corredor, su fuerte mano apretó con brusquedad mi muñeca izquierda.
- Ni lo intentes
Apartir de ahí camino conmigo casi a arrastras hasta llegar a una hermosa puerta de madera oscura, se veía pesada, pero a mí sopresa el la empujó como si fuera una pluma.
Dentro del lugar el espacio era grande, una suave alfombra oscura cubría gran parte del piso.
Al entrar sentí como la puerta se cerró detrás de mi, y su mano de pronto hizo presión obligándose a quedar arrodillada.
- Siempre que entremos aquí, está será tu posición. Aquí no eres nadie más de lo que deseamos nosotros que seas. Vives para servirnos.
Mi amarga risa resonó con eco en la oficina.
- ¿Exactamente qué te hizo creer que sería yo, una buena presa para jugar al niño del ego alto? - Mi tono burlesco y mi actitud sosegada le hizo apretar los puños y tensar si mandíbula. Pero importándome poco continué. - Te saldría menos lioso haber pagado a una puta
En ese justo momento nuestros papeles cambiaron, cuando su mirada hacia mí se torno divertida y con burla espetó.
- Una puta se queda mientras le pague, tú mi querida niña te quedarás el resto de tu vida -
Maldita sea...
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ɴᴜᴇꜱᴛʀᴀ
Fanfiction- Eres hermosa gatita - No pude evitar sonrojarme, nunca sabia que contestar... Porque cuando al inicio parecía una pesadilla, el final fue el más dulce que pude desear. - Eres nuestra, preciosa. Solo déjate llevar - *Aᴄᴛᴜᴀʟɪᴢᴀᴄɪᴏɴᴇs ɴᴏ ᴛᴀɴ ᴄᴏɴsᴛᴀɴᴛ...