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- Bueno, empezaremos esto de una manera mas fácil para ti- Después de una corta pausa en la que suspiró y fijo su vista en mi rostro aterrorizado, continuó- Soy amante del mundo de la dominación, también soy un maniático del control y de la obediencia. Es mas sencillo de lo que crees, yo simplemente espero tu total servicio y sumisión

Una pequeña risa sonó desde el fondo de mi garganta reseca, estaba confundida, asustada y paranoica.

- Yo... Y-yo no -

- Entiendo que sea confuso para ti, por eso tomaré el control total de las situaciones, no necesitas más que seguir mis órdenes.

Seguía arrodillada sobre el suelo cuando el se arrodilló frente a mí, con delicadeza acarició mi cabeza y movió el cabello de mi rostro.

- Quiero que te dirijas a mí, como señor. -

Cuando recuperé un poco la conciencia escuché su suave murmullo, parecía querer acariciarme con sus palabras, transmitía unas intenciones inocentes, como si no fuera morbosa de por sí la situación en la que nos encontrábamos.

- Jódete

Entonces aparto sus manos de mi como si quemara, frunció el seño a la vez que se levantaba y quedaba yo a sus pies.

- Las reglas son simples, si obedeces las cosas irán tranquilas, si por el contrario no me obedeces, solo harás que sea más insatisfactorio para ti.

No contesté absolutamente nada a su respuesta a medida que avanzaba por la habitación dirección a la puerta. Unos segundos después escuché la puerta cerrarse y unos pasos alejarse. Con rapidez me levanté de mi lugar y empuje suavemente la puerta, que en efecto era muy pesada, al otro lado estaba el oscuro pasillo y recostado sobre la pared se encontraba NamJoon.

- ¿De verdad eres tan ingenua? ¿O... simplemente te gusta fingir serlo?

- No es tu problema -

- Vamos, vuelve a la oficina -

- No me da la gana - Mi voz desafiante sonó agresiva y a la vez asumí una postura más amenazante. Pero mis pierna flaquearon en cuanto el hombre frente a mi se enderezó y sus fríos ojos penetraron mi mirada.

- No es una jodida pregunta - No pensaba moverme de ahí, definitivamente no iba a seguir su juego.

Con irá sus manos se apretaron a las hebras de mi cabello castaño, tirando de ellas hasta dejarme arrodillada nuevamente sobre el suelo de la oficina.

- Nadie te ordeno moverte de tu lugar- Con brusquedad soltó mi cabello y mi frente quedó casi rozando el suelo. Ese hombre tenía demasiada fuerza

Casi 10 minutos después, el hombre entró por la puerta de la oficina ignorando mi presencia completamente. Se sentó sobre su elegante silla de cuero y comenzó a digitar sobre una liviana laptop. Mis rodillas comenzaban a cansarse, por lo que busque una manera distinta de acomodarlas. Pero en cuanto cambié mi postura él giro su mirada en mi dirección gruñendo que volviera a arrodillarme o tendría que hacerlo él. Con la ira corriendo por mis venas volví a mi posición inicial.

Casi 15 minutos después escuché unos pasos acercarse por el pasillo, sonaban atemorizantes y veloces, venían apresurados por el costado derecho, en dirección a la oficina.

Cuando la puerta se abrió de golpe me estremecí en mi lugar, no quise levantar la vista cuando una voz suave pronunció mi nombre hablando de mi en tercera persona. Quizás eso también fue lo que me impidió hablar, me molestaba que hablasen de mi como si no existiera.

- No ha probado bocado en un día entero...

- No es mi maldito problema, su altanería está acabando con mi paciencia, si tú tienes la tolerancia suficiente para paladearle su comida. Adelante-

- Ambos sabemos que no debería ser así. Está confundida y asustada no necesita tu maldito control agobiante ¿Quieres entender su situación al menos por un momento?

NamJoon levanto la vista evidentemente molesto. Luego se recostó sobre su silla con el bolígrafo entre sus manos.

- ¿Desde cuándo eres tan piadoso?

SeokJin se enderezó en su lugar, su gélida mirada me dió escalofríos.

- Controla tu ironía, recuerda con quién estás hablando- NamJoon calló y simplemente dirigió su vista hacia mi, una pequeña sonrisa asomó a sus labios.

- Está bien, dale de comer. No importa si no es como lo haría yo. Estoy ocupado, cuando termine traela nuevamente. -

- Bien. - SeokJin se acercó a mi con calma, cuando se encontró frente a mi, pensé que extendería su mano y me ayudaría a levantar. Por el contrario extendió ambos brazos para tomarme por mi cintura. Tenía la fuerza suficiente para levantarme del piso entre sus brazos.

Quedé pasmada, sentía sus brazos sostenerme contra su pecho y mis pies suspendidos en el aire.

- ¿Pero que mierda haces? ¡Bájame- Comencé a mover mis pies, pataleando con desesperación y a empujar con mis manos su pecho.

- Emily, si no te calmas ahora, no te daré de comer -

- ¡Me importa una mierda! Suéltame -

SeokJin, se molestó, tensó su agarre en mi espalda baja y paso un brazo debajo de mi trasero para sostenerme contra su abdomen. No quiso soltarme. Pero en cuanto detuve mis movimientos relajó su agarre y yo me sentí patética.

Un nudo se formó en mi garganta y por fin me permití llorar con tranquilidad, sin temer lo que podría pasar, solo siguiendo mis más profundos instintos, mis mejillas se tornaron rojas y mis manos estaban temblorosas, soltaba hipidos ahogados y mis sollozos eran tan silenciosos, que solo se sentía la contracción en mi pecho al tomar aire para sollozar.

- Tranquila linda, no llores, descuida...

Con desesperación agarré su camisa entre mis manos, y enterré mi rostro entre su pecho.

Llorar se sentía tan liberador...

ɴᴜᴇꜱᴛʀᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora