Incredulidad

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Cynthia después de varios meses se había hecho presente aunque sin que su padre ni su esposo el señor Smith lo supieran, al encontrarme una carta suya donde me informaba de los últimos acontecimientos no pude evitar sentirme un tanto preocupada e incrédula por ella, seria el señor Smith un buen esposo para ella eso era algo que en mi mente daba muchas vueltas, me contaba que había visto a tía Vivien en Paris y que se alegraba de mi espera, pedía que la visitara en Londres apenas pudiera.

Al terminar de leer me apresure a responderla y enviarla ese mismo día, unos días después volvía a saber de ella y aquello me tenia un tanto contenta pues era el único alivio y las únicas noticias que tenia, me apresure a leer la carta hasta sus lineas finales, lineas que me dejaron abatida, Cynthia me confiaba sin querer hacerme daño haber visto a Lucrecia junto a Henry en Londres, mis dudas y temores se afianzaron, haciendo que tomara la decisión de regresar a la capital, se lo sugería a la madre de Henry que acepto no tan convencida pero si muy preocupada.

Pisar Londres me devolvió a la realidad, me envolvió en la frialdad y barrio con mis esperanzas, era un lugar al que no deseaba volver y que no me traía mas que dificultades, al llegar a casa nos recibieron sorprendidos pero nadie se atrevió a decir nada de nuestra intenpestuosa llegada, nos instalamos y esperamos en un ambiente de tensión del que no estaba al tanto. Horas después alguien se hacia presente en casa y yo muy inocentemente pensaba que se trataba de Henry, salí a recibirlo quedándome sorprendida en aquel mismo instante ante mi se encontraba Lucrecia, me miro y sonrió sin dejar su mueca burlona a la que ya llevaba años acostumbrada.

-Querida, me alegra verte aquí. Me abrazo sin recibir nada mas que una fría mirada de mi parte. -Madre estará feliz de verte, mírate..embarazada y feliz. Me examino con la mirada. -Te gustara conocer a Arthur tu sobrino.

Mis pensamientos apenas podían controlarse y mi boca buscaba que decir cuando lady Kathy nos interrumpió saludando a mi hermana con toda educación posible e invitándola a tomar algo y esperar, cosa que ella acepto dichoso con tal de tener tiempo para seguirme torturando.

Los comentarios mordaces de mi hermana no pasaron inadvertidos por la madre de Henry que se limito a tratar de cambiar de tema en todo momento evitando mi evidente incomodidad, estar a solas con ella fue un suplicio mientras mi cabeza ideaba todo tipo de pensamientos.

-Tranquila, Laura, deberías ser un poco menos obvia en tus sentimientos hacia mi. Sonrió- Me alegra verte al contrario que a ti yo si te estimo tanto a ti como a Henry los quiero mucho. 

Aquellas palabras solo me irritaron aún mas, escuchar su nombre de sus labios me enojaba, pensar que era amante de Henry me dolía. - Déjate de cordialidades Lucrecia y dime que estas haciendo en esta casa? Solté sin poderme contener, ella sin inmutarse se desplayarse como un gato muy cómodo y contesto: -Henry y yo tenemos asuntos que discutir. Tomo un sorbo de su té antes de continuar. - Creo que estas siendo muy ruda conmigo hermanita, sin embargo te perdono. Suspiro. - Sabes hace algún tiempo te deje una carta donde te regalaba a Henry sin embargo ahora me siento muy tentada a retirar mi oferta. Soltó mirándome atenta. -Creo que deseo una devolución. 

-Creo que estas en un error, te recuerdo que lord Uckermann es tu esposo y que tienes un hijo, una familia y una imagen que cuidar. Solté decepcionada de su desvergüenza.

-Hermanita, las mujeres debemos ser libres de elegir tanto como de cambiar de parecer. Esa imagen y esa familia me importan muy poco cuando mis deseos están de por medio.

Mi replica quedo acallada con la llegada de Henry que no pudo disimular su sorpresa al verme frente a el. 

-Querida. Saludo acercándose a mi lado. -No he podido creérmelo hasta verlo con mis propios ojos. Beso mi mano para después saludar a mi hermana con total tranquilidad.

-Lord Cavill podría hablar con usted en privado? Pidió esta ultima ganándose una mirada de desconfianza por mi parte y la aceptación por parte de mi esposo.

Los minutos se volvieron horas para mi y no pude disimular mi angustia hasta verla salir de mi casa. Entre sin esperar anunciarme y me encontré a un Henry muy tranquilo que ignoraba mis preocupaciones.

-Espero que se encuentre mejor de salud milord. Solté tratando de hacer conversación.

-Mucho mejor ahora que te veo, me siento muy contento de tenerlas aquí. Se acerco ofreciéndome tomar asiento en una silla cercana. -Te ves muy bien, creo que Yorkshire a hecho mucho bien contigo, puedo preguntar por que no fui informado de que vendrían? Pregunto antes de seguir escribiendo lo que sea que ocupara su tiempo.

-He recibido una carta de lady Cynthia Smith y he decidido visitarla. Comente.

-Su padre la caso con lord Smith después de todo. Comento mirándome. -No te preocupes por ella esta más segura que lady Lauren Mont Blanc. 

-Que has sabido de Laurie y de ella? Pregunte sin evitarlo.

-Querida tu hermano sigue siendo el mismo de siempre. Termino por decir. -Solo espero que tu padre no viva mucho para ver su degeneración. 

-No digas eso Henry. Solté un tanto molesta.

Una mueca cruzo por su rostro antes de tomar mi mano por encima del escritorio y apretármela. -Lo siento pero creo que Laurie nos ha decepcionado a todos. Smith por otro lado es un poco severo pero un hombre recto, creo que su esposa agradecerá ese cambio de planes algún día.

-Puedo preguntar que hacia Lucrecia aquí? Pregunte decidida.

-No debería decírtelo pero creo que dado que eres mi esposa y nos estamos haciendo confidencias te adelantare que vino a pedirme un favor. Termino diciendo.

-Que clase de favor? Pregunte inquieta.

-Uno que tiene que ver con lord Uckermann y su posición en la cámara, cariño es todo. Aquello me sonaba a mentira pues los hombres acostumbraban a hablar de esos asuntos entre ellos y no precisamente por medio de su mujer.- Que te parece si tomamos algo de postre. Pregunto.

Me acerque a el tomando el brazo que me ofrecía y saliendo hacia el salón.

-Últimamente creo que tu hermana a madurado y que Uckermann es una desgracia para ella, hasta la admiro por soportarlo. Comento mientras  tomaba una pastita. 

-Admiración? Repetí incrédula. -Que significa eso Henry? Pregunte tratando de no soltar la taza de mis manos.

Me miro sin saber que responder sorprendido por mi cuestionamiento.

-La admiras por las cualidades que posee? Pregunte un tanto mordaz.

-Tranquila cariño, créeme que prefiero tenerte a ti como esposa que a ella. Reconoció tratando de calmar el asunto.

-Me prefieres a mi de esposa y no a ella, por que te basta con que te lleve la casa y crie a tus hijos. Solté dejando la taza sobre la mesa y conteniendo mi llanto.

-No digas eso Laura. Ordeno enfadado. - Eres mi esposa, una cosa es la admiración otra el amor y otra los deseos. Soltó mirándome.

-Esta claro que yo no soy ni la que amas, ni la que admiras, ni siquiera la que deseas Henry. Comente.

-Quien te ha dicho que no te amo? Soltó molesto tomándome del brazo poniéndome de pie instantáneamente y apretando su agarre sobre mi. -Creo que necesitamos calmarnos. Dijo acariciándome donde antes había apretado. -A veces me fastidias querida. Susurro.- No te enfades Laura. Pidió mirándome.

-No estoy enfadada. Susurre con la voz en un hilo y tratando de ocultar mi tristeza. -si no me amas, pues no me amas y eso no tiene remedio. Termine por decir con la vista en la alfombra. 

Logre soltarme y salí del lugar sin prisa alguna ante su atenta mirada y sin que dijera absolutamente nada

Secreto de hermanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora