15. Almas gemelas
Light debe hacer un esfuerzo sobrehumano para no carcajearse con las sandeces que está leyendo, es una revista de esoterismo, no esperaba encontrar algo menos ridículo en ese lugar.
—No puedo creer que gastes tu dinero en estas cosas. —Deja la revista y toma otra de la mesita, están en la recepción o en el intento de recepción que han montado en esa casucha.
—Ya te dije que necesito una limpieza o algo, esta no ha sido mi semana —Responde Mello, viendo nervioso la hora en su reloj, no entiende por qué están tardando tanto en atenderlo. Convenció a su amigo que lo acompañara, pero éste va a matarlo si llegan tarde a clases.
El castaño continúa leyendo, cubriéndose los labios con los dedos para contener un poco la risa. Si no estuviera tan entretenido con la lectura, podría ponerse a pensar que con la pinta lúgubre que tiene el sitio, bien podrían haber entrado a un lugar del que no saldrán con vida.
Afortunadamente una mujer de avanzada edad aparece tras unas cortinas, portando una capa oscura con la capucha puesta que la cubre desde la cabeza hasta los pies. Les hace un gesto con los dedos para que la sigan, es entonces que Light duda, no porque esté comenzando a creer en todo esto si no porque nadie sabe su ubicación ¿dónde lo buscarán si desaparece? Sin embargo, Mello no lo deja echarse para atrás.
Cruzan las cortinas y entran a un sitio mucho más pequeño y oscuro, donde un fuerte aroma a incienso se hace presente.
—Has venido en busca de ayuda, ¿verdad? —Habla la anciana con voz carrasposa mientras mueve las manos sobre una bola de cristal.
—¡Sí, sí! —Responde Mello al instante, luciendo sorprendido.
Light no puede evitar poner los ojos en blanco, no puede creer que su amigo piense que eso es magia, solo le hizo una pregunta bastante obvia a la cual se le añaden algún par más.
Luego de un breve interrogatorio, la mujer se pone de pie y toma un puñado de lo que Light cree que son ramas secas y comienza a pasarlas por todo el cuerpo del rubio, sin omitir nada. Arruga un poco la nariz, imaginando que esa cosa que le están pasando a Mello muy cerca de la cara debe haber pasado por el trasero de quien sabe cuántas personas.
—Cierra los ojos de nuevo y dime cómo te sientes. —Pide la mujer mientras mueve de un lado a otro un sándalo encendido por toda la habitación.
—Liviano... —Murmura.
El castaño es escéptico a estas cosas, para él todo tiene que ver con la sugestión. Si Mello cree que esto es lo que necesita para deshacerse de las malas vibras, es obvio que se sentirá mejor.
—¿Y tú estás interesado en algún servicio? —Pregunta la anciana luego de haber vuelto a su puesto.
Light está a punto de negarse, sin embargo Mello se le adelante.
—¡Sí! Léale las cartas, el futuro o algo —pide el rubio tomando a su amigo del brazo para acercarlo a la mesita de la señora—. Hace tres años empezamos la universidad juntos y jamás le he conocido un ligue, no es mi tipo, pero mírelo —lo sujeta del rostro, apretándolo un poco— ¿me va a decir que no está como para comérselo a diario?
—¿Qué estupideces hablas, Kheel? —Light le aparta la mano fastidiado— Paga y vámonos.
La anciana sonríe al ver al escéptico castaño dar media vuelta, así que antes que cruce la cortina, agrega:
—Tu alma gemela ya apareció en tu vida.
Mello sonríe emocionado, contrario a Light, quien regresa sus pasos sin poder contener una carcajada. Le hubiese creído todo lo que le hizo a su amigo, pero eso último solo demuestra que es pura charlatanería. Él nunca ha tenido, ni tiene novio para que diga semejante idiotez.
—No dije que existiera en tu presente —continúa la anciana como si le hubiera leído el pensamiento—, existió en tu pasado y muy pronto te reencontraras con ella.
El castaño menea la cabeza y sale de ahí, siendo seguido por Mello unos segundos después.
—Espero que no lleguemos tarde a clases. —Comenta Light una vez están en la calle, los ojos levemente entrecerrados, el sol le molesta luego de haber estado tanto tiempo en un cuarto tan oscuro.
—Lo peor es que tengo hambre, ¿no tenemos tiempo para ir a comer?
—No solo el tiempo es el problema, no tengo dinero. Solo traigo lo de los pasajes.
—Uf, cuanta pobreza. —Mello se entrelaza los dedos detrás de la nuca mientras siguen caminando hacia la parada de autobuses.
—Somos universitarios, ¿qué esperabas? Y aún así te pones a gastar veinticinco dólares en una limpieza, yo podría haberte pasado unos manojos de cilantro y te cobraba más barato.
Ambos continúan caminando mientras ríen y charlan, hasta que un sujeto pasa al lado de ellos.
—¿Light?
Los dos amigos se detienen y voltean, encontrándose con un muchacho bastante delgado de cabello oscuro.
—Uhm, ¿te conozco?
—¡Sí! ¿No me recuerdas? ¿Elle? ¿El campamento de verano en Estados Unidos?
El castaño abre los ojos de par en par, un sinfín de recuerdos vienen a su cabeza. Tenía siete años cuando sus padres lo enviaron a un campamento fuera del país, ahí se hizo amigo de varios niños de diferentes nacionalidades, pero en especial con un niño británico bastante inteligente.
—¿¡Elle!? Wow, te recuerdo tan diferente. —Es un poco más alto que él mientras que en aquel entonces lo recuerda mucho más bajito y rellenito. No obstante, esos ojos enormes junto a su piel pálida y cabello exageradamente negro son inconfundibles.
—Tú en cambio estás igualito. —Lo mira de pies a cabeza. Eran unos niños cuando se conocieron y si bien es cierto que sus facciones siguen siendo casi las mismas, puede decir que a Light le sentó demasiado bien la pubertad.
—Es... me parece increíble que estés acá. —Sonríe nervioso, quizá porque aún no termina de asimilar habérselo encontrado luego de tanto tiempo.
—Estoy aquí desde hace un año por un intercambio —encoge los hombros, sin apartarle la mirada en ningún momento.
Light se acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja, sin entender por qué acaba de hacer un movimiento tan cursi.
—Bueno —Light carraspea la garganta, sintiéndose confundido, no tiene sentido que esté tan nervioso por un muchacho que no ha visto en los últimos quince o dieciséis años—. Debo irme... —se apresura a decir, evitando verlo demasiado.
—Sí, yo también. Nos estamos hablando, ¿te parece?
El castaño asiente y es entonces que Mello, quien ha sido ignorado todo este tiempo, comienza a fingir tos.
—Coff coff el teléfono.... Coff Coff pídeselo.
—Que tonto soy —Elle se lleva una mano a la frente, meneando la cabeza— Cómo voy a llamarte si no tengo tu número, ¿verdad?
Ambos intercambian números telefónicos y se despiden de nuevo, tomando caminos distintos.
—Parece que alguien te movió el piso... —Comenta Mello, retomando el andar junto a su amigo.
—Está guapo, ¿no? —Responde Light con una sonrisa bobalicona mientras va viendo hacia atrás, agitando despacio la mano al igual que Elle, hasta que ambos se pierden de vista.
—Y entonces... ¿no que estas cosas no existían?
—Solo fue casualidad. —Devuelve la vista al frente, fingiendo un semblante apacible mientras que su corazón late como nunca antes lo ha hecho.
No cree que esto haya pasado por lo que dijo la anciana, pero tampoco le molestaría que Elle fuera su alma gemela.
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Flufftober
FanficBienvenidos al #FluffTober organizado por la pagina Es de Fanfics. En este libro se irán agregando pequeños oneshots diarios sobre el universo de Death Note. El género es yaoi/BL como todas mis historias y a continuación irán encontrando la lista de...