18. Abrazo (Meronia)

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18. Abrazo

—¡Pásamela a mí, Matt! —Grita Mello, corriendo para dejar atrás a su adversario y recibir el pase de su mejor amigo. Ahora solo debe anotar el gol, pero no controla su fuerza y termina pateando más fuerte de lo necesario, mandando la pelota a cualquier lado.

—¡Tenías la puta portería enfrente! —Le reprocha Matt a lo lejos.

Una de las maestras que está cuidando el patio principal les llama la atención, las groserías están prohibidas en la casa Wammy, por más que a los trece años ya se sientan "grandes" como dicen ellos.

La pelota fue a parar cerca de un árbol, Mello alcanza a ver los cabellos blancos de un chico, así que usando las manos como megáfono decide gritarle.

—¿¡Enano, pasas el balón!? —No hay respuesta y el rubio rechina los dientes. Otro motivo más para sumar a lista de cosas que no soporta de ese tonto.

—Está teniendo un mal día —dice una maestra apareciendo de pronto, justo cuando él estaba a punto de ir por la pelota—. Es el aniversario de la muerte de sus padres.

—¿Y a mí qué me importa? —Espeta frunciendo el ceño. La maestra suelta un suspiro, Mello tiene mal carácter y aparte de eso entre ellos existe una rivalidad constante, es solo que esperaba que el rubio mostrara un poco más de empatía.

—Podrías intentar ser amable con él e invitarlo a jugar.

—Yo, ¿amable con esa cosa? —Suelta una carcajada mientras se vuelve a amarrar el cabello, acto seguido va por el balón, dejando atrás a una maestra decepcionada.

Va todo el trayecto refunfuñando, él y Nate no son amigos de hecho hasta podría decir que es su rival, una rivalidad que no siempre es mutua y que pareciera venir solo de su parte. Pero es porque no lo soporta, hay algo en él que lo pone de mal humor, su mera existencia quizá. Hace mucho llegó a la conclusión que Nate es algo así como un robot, jamás lo ha visto reír, tener amigos o actuar como un adolescente normal, por lo que jamás podría ser su amigo. Sin embargo, al acercarse al árbol se queda paralizado, esa cosa está ahí sentada entre sus raíces mirando al cielo. Desde su posición a Mello le pareciera ver que algo cristalino le surca la mejilla ¿una lágrima? Imposible, Nate es un robot, los robots no tienen sentimientos por ende no lloran. No obstante...

—¿Te gustaría venir a jugar con nosotros? —Pregunta tras carraspear la garganta, haciendo lo que su maestra le pidió. El problema es que el otro lo ignora y Mello tiene la mecha muy corta—. Por eso es que le caes mal a todos, te crees mejor que el resto como para molestarte y hablarnos ¿no?

Recoge la pelota molesto y da media vuelta. Cree que lo que está ahí es solo el caparazón de lo que se supone es un ser humano, no obstante al escuchar detrás de él un fuerte sollozo traga saliva, sintiéndose incapaz de continuar al escucharlo llorar aún más fuerte.

El rubio escucha a lo lejos que sus amigos gritan su nombre, por lo que le da una patada al balón y les hace un gesto para que continúen sin él. Acto seguido devuelve su atención a Near.

—Oye... —carraspea la garganta, dibujando círculos con la punta del pie en la tierra— Lo que dije antes... no era cierto. Nos caes bien, bueno al menos a Matt le caes bien. —Lo último lo dice en serio, su mejor amigo es el único que no muestra algún tipo de rechazo hacia el enano, pero parece que sus palabras sólo empeoran las cosas ya que lo ve hundir el rostro entre las rodillas y gimotear más alto.

Mello entra en pánico y desesperado voltea a ver hacia todas partes, encontrando una delgada rama cerca. La recoge y con ella le da unas palmadas en la espalda, no sabe qué más hacer, apenas y se dan los buenos días cada mañana.

—Uhm, lo-lo siento... —murmura rascándose la mejilla— ¿Y si vamos a jugar?

De nuevo no hay respuesta, pero en esta ocasión no se encoleriza como la primera vez. En ese momento se da cuenta que aunque no le simpatice, lo aprecia como rival y prefiere verlo inmerso armando un rompecabezas de mil piezas en vez de llorando. No lo piensa, su lado más humano lo hace caer de rodillas en el suelo y envolver a Near en un abrazo. Tal vez no sea la persona indicada para hacer esto, pero un abrazo siempre reconforta cualquier corazón triste, incluso el de alguien que la mayoría del tiempo pareciera no tenerlo. 

FlufftoberWhere stories live. Discover now