22. Mirar el atardecer (MikamixLight)

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22. Mirar el atardecer

Light se muerde el labio ansioso cuando se para frente al espejo de su habitación, lleva más de media hora buscando el atuendo perfecto y conforme el tiempo pasa el cosquilleo en su estómago se incrementa. Siempre ha sido alguien que se preocupa por su aspecto y tiene un estilo bastante clásico, por lo que elegir la ropa adecuada nunca ha sido un problema, pero hoy está demasiado nervioso.

Hace unos meses comenzó a trabajar en un despacho de abogados y tuvo la suerte que le hayan asignado como superior a Teru Mikami. Pronto se dio cuenta que el hombre es bastante inteligente y demasiado bueno en lo que hace, además que siempre tenía temas de conversación que él encontraba interesantes. No fue nada difícil congeniar con él y con el tiempo comenzó a sentirse cada vez más atraído hacia ese abogado, y un buen día no hace mucho éste lo invitó a salir.

Mikami es todo lo opuesto a cualquiera que haya conocido antes. Perdió la virginidad en su adolescencia con un rubio malhumorado que a la vez fue su mejor amigo por años, hasta que la vida los llevó por caminos diferentes. En los primeros años de universidad conoció a unos gemelos bastante despreocupados al punto de no tener ningún problema en compartirlo, de hecho podría decir que hasta se enamoró de uno, pero eso quedó atrás cuando se cambiaron de universidad sin tener la decencia de al menos despedirse. Todo siempre fue pasajero e intrascendente.

A sus veintisiete años ya no quiere nada a medias y ni siquiera es algo relacionado con la edad, es solo que en estos pocos meses junto a Mikami descubrió un mundo nuevo. Nunca antes había recibido flores, mucho menos despertarse cada mañana con la sorpresa de tener un mensaje de buenos días y también con otro cada noche deseándole dulces sueños. Ha descubierto lo significativo que puede ser un simple «¿ya comiste?», «¿cómo amaneciste?», «avísame cuando llegues». Nunca había sido alguien a quien le gustaran este tipo de cosas, o más bien no se había dado cuenta que lo era hasta que lo conoció.

Es por ello que la idea de una segunda cita con ese hombre que despierta tantas cosas en él lo tiene nervioso. La primera cita fue un desastre según Mikami, pero él se divirtió mucho, aún así al día siguiente acordaron que la próxima cita sería organizada por Light.

El castaño se pregunta si el pelinegro estaba igual de nervioso esa vez, porque él siente que en cualquier momento dejará de respirar por la presión.

De pronto su burbuja de pánico explota cuando alguien llama a la puerta. No sabe si le molesta que lo interrumpan o si agradece a quien sea que esté allá afuera por no dejarlo seguir hundiéndose en su ansiedad, aun así abre la puerta con cara de pocos amigos, encontrando a su madre y a su hermana menor.

—¿Aún no estás listo, hermanito? —Sayu entra a la habitación sin pedir permiso, observando hacia todas partes con sus ojos marrones— Tu cita vendrá en cualquier momento.

—Vaya... este muchacho sí que te tiene mal, hijo... —Sachiko sigue los pasos de su hija, solo que en su caso no sabe cómo asimilar todo el desorden que hay.

—Te prometo que lo recogeré todo cuando vuelva. —Asegura Light, acercándose a su progenitora para darle un beso en la frente.

—Mira mamá, Light hasta compró ropa interior nueva. —Toma unos bóxers que encuentra sobre la pila de ropa y los estira mostrándoselos.

—¡Eso no es cierto! —Está demasiado rojo cuando va hacia ella para arrebatarle la prenda— ¡Dame eso! ¡Mamá, dile que se salga de mi habitación!

Sachiko menea la cabeza sonriendo al verlos que comienzan a molestarse como si fueran unos adolescentes, pese a que ambos ya pasan de los veinte.

De la nada el timbre principal suena, provocando que los dos hermanos se queden quietos en medio de un jaloneo.

FlufftoberWhere stories live. Discover now