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Mis ojos se abrieron con brusquedad sintiéndome observada, mire hacía el reloj. Eran las 3:00.
Mi cuerpo estaba en completa desnudez, mire hacía la silla de mi escritorio y ahí estaba, observándome sentado.

¿Debía tener miedo?, Solo me causaba fastidio, pero llegaba a pensar que tal vez este era un incubos. Era raro porque los incubos entraban en tus sueños haciendo que fuera una pesadilla donde te torturaba sexualmente, donde hasta podía matarte, pero este parece que solo le gustaba mirar, pero, ¿y si primero mira lo que le excita para luego acabar conmigo?.

El quería jugar, y yo también quería jugar, entonces haría que se excitara tanto con mi deseo sexual hasta mostrarse como es, y si quiere acabar conmigo, pues adelante.

Mis piernas estaban cerradas, pero las movía con sensualidad, abriéndose lentamente. Sus ojos me devoraban con la mirada, no sabía si eran deseos de matarme hasta ver mi sangre correr por el suelo, o matarme de la forma más deliciosa con gritos de placer.
Todos decían que era fácil, que te llevaba a la punta del cielo y podías tocar las nubes, y otros, otros decían que te llevaba a el infierno, podías quemarte de excitación, pero nunca lo creí tan verdadero.

-Déjame tocarte con la punta de mis dedos-Decía aquella sombra tenebrosa, pero que con aquellos ojos que iluminaban mi habitación. No sabía si sentir miedo o excitación en aquel momento.
-Hablas-intente acercarme para tocar su muslo, pero en un cerrar y abrir de ojos había desaparecido.

Mientras más intentaba entender que era, no lo entendía.
El cerrojo se abrió y tape mi cuerpo con la sábana rápidamente. Era Amber.
-No puedo dormir-Me dijo adentrándose a la cama y se dio cuenta de que estaba desnuda.
-TE ESTABAS MASTURBANDO!!-dijo sin dejar de reír y comencé a reír un poco apenada.
-Tranquila yo también lo hago, pero no sé, últimamente no he podido Tener un orgasmo cuando me masturbo.
Las dos reímos. Me levante para colocar mis panties y un brasie y regrese a mi cama.

Hoy era el cumpleaños de Harry. El moreno más atractivo de la universidad. A veces no sabía si quería ser Amber por Harry o si quería ser Amber. Los dos eran la pareja más perfecta que había visto, aunque por la manera en que mis labios se unían con los de Amber y por esas sonrisas, podía asegurar que no se sentía la misma conexión a como cuando besaba a su guapísimo novio.

-Vienes conmigo-Me dijo Jack apretando mis manos.
-Voy sola porque yo nací sola, no acompañada-Le dije sacandole la lengua.

Me coloque un vestido rosa de seda, mis collares como accesorios y mis converse negros. Deje mi cabello mojado. Mi cabello era liso en la raíz y ondulado en las puntas, no tenía tiempo para plancharlo, maquille solo un poco mi rostro y listo.
-Te ves muy linda, Pero me gusta más cuando....-iba a terminar de hablar, pero permaneció en silencio.
Estábamos algunos en un círculo jugando el juego más pendejo del mundo, bueno, cabe recalcar que cuando era jovencita si me gustaba este juego, Pero ya ha pasado de moda. Deberíamos actualizarnos un poco y crecer.
Amber estaba alfrente mio, mirándome mientras mordia su labio inferior.

Joder!!!! Se veía tan alucinante.

La botella giro y me sorprendí cuando cayó a mi dirección.

Mi primer beso con Jack lo había imaginado de otra forma, en otro lugar, en otra situación, no en un simple juego en el que realmente no sabía si el de verdad quería hacerlo.

Me acerqué un poco, el se acercó más. Los ojos de Amber estaban sobre mi.
Sus hermosos tonos de ojos azul y verde brillaban con mucha intensidad, sus labios decían mi nombre, me llamaban, me tentaban. Sus labios eran tan rojos, y el frío los ponía aún más rojos.
Se levanto, me extendió su mano para que me levantara, lo miré y le hice caso ante su petición.

-Nuestro primer beso no será enfrente de ustedes-dijo y mis mejillas se ruborizaron, mi cuerpo sintió una electricidad.
Todos quedaron en silencio, asombrados y Amber solo fruncia el ceño.

Sujete su mano y lo seguí hasta la puerta. Una sonrisa en su rostro destellaba en todo el lugar.
-¿Qué fue eso?
-Eso fue la verdad-Me dijo caminando a mi lado sin soltar mi mano, no sabía a dónde me llevaba, pero no quería soltarlo.

Y si, fue ahí, fue ahí bajo la luz de la luna, fue ahí, iluminados por las estrellas, en aquella oscuridad de la calle, en aquel silencio donde sólo se escuchaban nuestras respiraciones. Se volteó hacía mi sin pensarlo, sujeto mi rostro con sus manos frías, sus labios se movieron a el compás con los míos, la textura de sus labios, su lengua.
No sé qué era pero me tenía bajo un Hechizo del cual no quería reaccionar nunca, mi corazón se aceleraba con más rapidez, nuestra respiración era pareja, los latidos de su corazón estaban sincronizados con los míos. Un beso suave, pero maravillosamente la cosa más exquisita del mundo.
Separo lentamente nuestros labios, acercando su nariz hacía mi cuello, oliendolo y suspirando, lo que provocó que mi piel se pusiera de piel de gallina.

¿Se vería mal si mi cuerpo pidiera llevarlo a mi habitación?.

Con mi mano sujete su rostro volviéndolo acercar a mi, pegando mi cuerpo contra el suyo, mis pechos tocaban todo su torso, y el vapor de mi cuerpo salía por mis orejas. Ahora este era un beso lleno de fervor. El presionaba con más fuerzas mi cuerpo y si, podía sentirlo, el estaba tan duro, pero tan duro que me excitaba aún más. Vibraba, vibraba tanto.

Coloque mi mano en su miembro, tocandolo, subiendo y bajando, el levantaba su rostro mirando el cielo, sus venas parecían que se saldrían. Ahora me imaginaba tantas escenas obscenas en mi cuarto con el chico que me gustaba.
-Vamos a m...-No pude terminar porque una voz se hizo presente y tuve que quitar mi mano de el rápidamente.
-Amber te busca, no quiere que yo la lleve, quiere irse contigo-Yo asentí y mire a Jack quien me sonreía.
-Yo las llevo, no te preocupes-Chocaron los puños y Harry se marcho entre la oscuridad.

Jack se acercó a mi y me dio un beso suave y luego me dio un poco en mis labios.

Amber no había dicho nada en todo el camino, solo nos miraba y fruncia el ceño.

Jack tenía una mano en el volante y la otra en el muslo de mi pierna izquierda, acariciándole.

Al llegar Amber lo fulmina con la mirada y entra a la habitación mientras Jack parece haber quedado encantado con mis besos, no quería desprenderce de mis labios.
-Nos vemos-Me dijo con una sonrisa y se la devolví.

Amber me esperaba en la mesa.
-Siéntate, tenemos que hablar como las amigas que somos-Me dijo pasando su mano por el cabello.

Se había puesto una bata de seda morada que le quedaba muy bien.
Me senté al frente de ella.

-¿Siempre te ha gustado cierto?, a pesar de que estamos juntas desde hace 1 mes?-Me dijo un poco molesta.

Amber era la mujer más hermosa que yo había podido conocer en mi vida, aparte de lo atractivo que era. Era de esas amigas que cuando te dicen que de verdad estarán en las buenas y en las malas, estará.
Asentí un poco triste.

Note que quito el cruce de piernas que tenía, fue abriendolas lentamente de una forma tan sensual.

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Mi primer orgasmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora