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2:30 am. Esa era la hora que marcaba mi reloj de mesa. Acostada en mi cama solo observaba el techo intentando poder descifrar lo que estaba sucediendo. Quería mi orgasmo y debía intentar tenerlo ahora.

Pasé, quité mi enorme blusa de ni cuerpo arrojandola hacía el suelo, y baje mis bragas hasta quitarlas. Con la yema de mis dedos comencé a tocar mi clitoris y luego mi vulva, la vibración se aceleraba y quería más.

Agarre mi almohada y la coloque entre el espacio entre mis piernas sintiendo el bulto de la tela rozar con mi vulva mojada. Encima comencé a mover mis caderas rozando fuerte la tela conmigo, entre más dolor y calor sentía más caliente me ponía, quería más, más de esto.

Sentí unas manos empujarme hacía adelante colocando mi rostro con la cama y más me excitaba, sabía que esto no era normal.

¿Esto tendría consecuencias?

A la mierda!!

Sentí como paso su grande miembro por mi trasero y mi cuerpo se erizaba, quería que lo metiera ya, fuera lo que fuera lo quería dentro de mi ya.

Sujeto con sus dos manos mi cabello y no basto solo 1 segundo cuando me penetro el trasero con fuerza y solté un gemido.

-No pares por favor!!!!-Le pedía mientras lo metía y sacaba de mi haciendome jadear sin parar.

Le tenía miedo a muchas cosas, pero a esta bestia no.

Me gustaba la sensación de sentir su miembro adentro de mi, era como si fuera mágico, poderoso, me daba tan, pero tan duro que sentía que esta entidad me iba a desarmar.
Lo saco lentamente, cosa que me hizo sentir más excitación y deseo por esta cosa.

Me volteó y podía mirar sus ojos.
Tenía muchas cosas en mente para preguntarle, pero ahora solo quería que esa cosa o fuera lo que fuera me hiciera suya en un instante.

Paso su miembro por encima de mi vagina haciéndome cosquillas y una sonrisa coqueta se formó en mis labios mientras lo mordia.

Su mirada se dirigió a la ventana, lo que provocó que me hiciera seguir hasta unos ojos azules que nos observaban y al voltear a verlo ya no estaba.

¿Esto que era?

La fiesta de los demonios en mi habitación.

¿Por qué todos me dejaban caliente todo el tiempo?

Camino hacía mi salón de clase y percibí un olor a perfume de hombre que me había dejado anonadada.

Volteé y estaba aquel hombre de ojos azules, vestido de traje.
Se dio cuenta que lo miraba y se acercó a mi para saludarme.
Acercó su rostro para darme un beso en la mejilla, pero aquel beso se acercaba más al cuello, logro erizar mi piel.

-¿Cómo está señor Henry?-Me apresure a preguntar

-Muy bien linda, ¿Cómo van las clases?
-Bien, ¿esta buscando a Jack?-Le pregunté un poco tímida.

El abrió sus labios para contestar, pero unos labios tocaron mi cuello y supe que era el.

Jalo mi brazo y nos marchamos sin despedirnos.

-Eso es una falta de educación Jack-Le dije con un tono firme.

-Oye, ¿puedo preguntarte algo?-Le dije y se colocó al frente mío.
-Alguna vez has escuchado sobre los demonios que se alimentan de tu deseo sexual y se aprovechan de eso?-Le pregunté y el me sonrió con picardia.

-No, pero si tienes muchas ganas yo puedo ir a quitarte todo el deseo que tengas guapa-me dijo mientras colocaba su mano en mi cintura.
-Es en serio Jack

Mi primer orgasmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora