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  —Jack, necesito hablar con ella—Jack se volteó fulminandolo con la mirada.
—No te dejaré sola con ella—levanto su brazo y sin tocarlo lo alzó ahorcandolo
—Suéltalo—Lo arrojo contra la puerta y luego se cerró dejándome sola con aquel hombre.

¿Entonces era el los ojos azules que nos miraban aquella vez por la ventana?.

Se acercó lentamente.

—Puedo sentir tu miedo, puedo olerlo aunque te creas fuerte.
—No te tengo miedo, ni a ti, ni a el infierno.

—Yo solo quiero una cosa de ti pequeña—Me dijo devorandome con aquella mirada, me sentía presionada.

Aquel hombre se arrodillo, tocando con la yema de sus dedos mi piel, mientras yo soltaba un pequeño suspiro.

Jack, ven por mi, era lo único que podía repetir en mi mente una y otra vez. ¿Usaba la ley de a atracción?, claro que si.

Sus manos apretaron mis muslos mientras mi cuerpo y mente estaban inmóviles, aquel hombre me cargo, colocando mis piernas alrededor de sus cintura.

—Déjame por favor—Le pedí, pero aquel hizo caso omiso.

Pasó una de sus manos por el escritorio arrojando casi todo contra el suelo.

Que bestia

Me arrojo contra el escritorio y mi espalda sintió un gran dolor cuando hizo contacto con aquella madera.

—Te sacaré ese pequeño demonio de la forma más placentera—Dijo besando mi cuello mientras abría mis piernas y yo trataba de cerrarlas rápidamente.

Colocó una de sus manos en mi boca para que hiciera silencio, no podía moverme. Mentalmente quería asesinarlo, pero aquello era tan ridículo, no podía matar alguien que podría revivir de los mismos infiernos cuantas veces quisiera.

Mi respiración era forzada.

Mi corazón latía rápidamente.

Eché un vistazo a las pequeñas cosas que quedaban en el escritorio.

Había un pequeño bolígrafo negro que tenía su nombre, muy elegante por cierto.

Jack corrió para quitarlo, pero el bolígrafo tocó su cuello.

Sus ojos se tornaron a un color rojo, sus venas salían con claridad de su piel mientras el pegaba un fuerte grito y sus enormes manos musculosas tomaron mi cuello sin dejarme respirar, en su rostro se reflejaba lo mucho que lo disfrutaba.

Mis ojos hicieron contacton con aquella entidad de mi habitación, Bueno, Jack.

Levantando su mano provocando que aquella bestia que me lastimaba se retorciera y me soltara, corrí lo mejor que pude hasta llegar al cuerpo de aquella sombra.

Aferrandome a su cuerpo.

Su madre entró e intento controlar a la bestia de su esposo, pero hablabamos del diablo, no de cualquier persona buena que entraría en razón para no herir a su familia.

—Salgamos de aquí—Me abrazo y al abrir mis ojos los ojos de Jack me miraban con tristeza.
—Lo siento por todo—Susurraba mientra me apegaba más a su cuerpo.
—No soy bien recibida aquí—Dije bajando mi mirada al suelo.
—¿Quieres ver el “bar de Henry"—dijo haciendo comillas y asentí con una sonrisa.

Estaba apunto de ser asesinada por aquella bestia.

Caminamos por aquel pasillo dejando atrás a Henry con su esposa, adentro sonaban muchos ruidos, como si arrojará objetos contra la pared.

Mi primer orgasmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora