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Abrí mis ojos con fuerza al sentir una mano apretar mis tobillos. Aquella Entidad estaba de pie observandonos detenidamente.

Y fue ahí cuando estaba de pie cuando recordé aquel infierno con entrada a la casa de Jack y muchas preguntas aparecieron en mi mente.

Hice caso omiso de aquel demonio.

Me coloque de pie y corrí a mi habitación cerrandola a mi paso, pero al entrar estaba ahí.

¿Qué demonios quiere de mi?

Su mirada tenía un brillo extraño que me hacía pensar muchas cosas.

-¿Qué quieres de mi?-Le dije mirándolo a los ojos.
-No me tienes miedo-dijo con aquella voz fuerte y ronca.

Era obvio que nunca me dio miedo, bueno, algunas veces si me daba terror, pero ahora no.

-Desnudate-Me grito.
Creo que el nivel de calentura que yo tenía era mundial. Siempre quería más.

Aunque sabía que entre más me tocará, entre más excitada me sintiera, el llamado orgasmo no vendría a mi.
Quité mi ropa.

Mi cuarto estaba oscuro, pero a pesar de aquella oscuridad podía ver su figura y los colores azul y verde intenso en sus ojos.

Se acercó lentamente y mi cuerpo se exaltó al sentir el tacto de sus dedos tocar mis hombros. Su mano paso por aquella marca que había dejado el padre de Jack, me dolía, pero el la acariciaba y me hacía sentir bien, a salvo, aunque nadie podría estar a salvo con una entidad maligna, bien estaba claro que estas cosas diabólicas no eran de Dios.

Sus manos tocaron mis pechos, Abrió su boca y su lengua me dejó impactada. Esto no era bueno, esto sería mi perdición. Su Lengua era tan larga, y la punta de su lengua tenía una división. Esto era macabro, Pero al sentir su lengua hacer contacto con mis pecho, cualquier pensamiento se borro de mi mente.

Sus manos subían y bajaban por mi cuello logrando que mi cuerpo se relajará, sintiendo que quería aquella lengua dentro de mi.
Sus labios se acercaron a los míos, me alejé con temor, pero el me acerco y nuestros labios se envolvieron en un beso lleno de fervor.

Esto me gustaba.

Sus labios bajaron hasta mi cuello, besandolos suavemente, bajando hasta mi ombligo y mi cuerpo se erizo.
Saco su lengua y comenzó a tocar mi vulva, su lengua entro en mi, jugando adentro mientras los gemidos inundaban toda la habitación, quería más.

Esa lengua...ohhh

Abrió más mis piernas y su miembro rozo con mi vulva, acariciandola.

Sujeto mis piernas colocandolas en sus hombros y fue ahí.
Al sentir su miembro sentía como volaba, mi cuerpo flotaba en el espacio, admirando las estrellas que nos iluminaban. Me penetro tan fuertemente que sentí que esa cosa me mataría. Entrando y saliendo rápido, Luego lento y sin poder respirar volvía hacerlo rápido.

Tomé control de la situación y lo tire a la cama mientras yo subía arriba de él. Moviendo mis caderas en círculos mientras lo tenía arriba de mi, una, y otra vez mientras que sentía que aquella bestia explotaría, apretando mis muslos con más fuerza y comenzaba a brincar encima de el, el era un pequeño trampolín mientras yo solo era una pequeña que sentía una sensación fenomenal al saltar, sin Parar, no quería, estaba cerca, estaba cerca de hacerlo.

Sus manos se colocaron en mi cintura para que no le cansará al brincar encima de el, sintiendo su enorme miembro dentro de mi, y mientras más rápido más sentía que llegaba a la meta.

Un grito eufórico salió de mis labios y mis gemidos se hicieron más fuertes, más constantes, ya venía. Un segundo y nuestros volcanes hicieron erupción.

Mi primer orgasmo había sido con el demonio de mí habitación.

Una sonrisa de felicidad se formó en mi rostro.

-Eso fue rápido-Dije y una risa soltó y mi cuerpo se erizo al escucharla, eso fue aterrador.

La noche de anoche. Vaya noche.
¿Por qué no podía sacarme de la cabeza aquellas escenas?, ¿y si realmente todo era producto de mi imaginación?. La verdad todo se sintió tan real, todo se sentía tan poderoso, era como si las fuerzas del infierno se apoderaban de nosotros.

Tal vez necesitaba ayuda de un psiquiatra.

En todo el día no encontré a Amber, quería hablar con ella, creo que era momento de terminar con esa parte de nuestra amistad que podía ocasionar confusiones entre nosotras. Pero no encontré ni un rastro.
Parecía que la tierra se la había tratado junto con Jack.

Decidí ir a la cafetería que estaba a unas cuadras. Vendían unos brownies como para morirse.

Al entrar estaba algo vacía.

Saque mis libros para estudiar mientras comía dulces. Y un fuerte dolor de cabeza me invadió cuando escuche gritos entrar por mis oídos, cerré mis ojos con brusquedad viendo a muchas personas quemándose en el mar de lava. Apreté mis ojos para intentar no seguir viendo aquello, pero cada vez todo se veía más claro.

-Aquí estas!!-Aquella voz me despertó de aquella visión.
Sus manos sujetaban mi rostro en un beso suave.

-¿Por qué no quieres mostrarme lo que hay en el sótano?-Le solté sin nisiquiera pensar que lo diría.
Su mirada mostraba tranquilidad.
-Un día de estos, ¿Si?-Me dijo de lo más tranquilo como si en su sótano tuviera las muñecas viejas de su hermana, pelotas, cajas con cosas viejas, herramientas, como en una casa normal, pero no era eso lo que había en su sótano.

¿Qué explicación podría darme a eso?.

Asentí mientras el brillo de sus ojos escandalizaban a los míos.
El podría decirme que el cielo era morado y aún así le creería.
-¿Es algo de lo que deba temer?-el soltó una risita
-No le tienes miedo a nada-dijo tocando mi mano y entrelanzandola con la suya.
-Eres tan raro que das miedo-Los dos reímos al mismo tiempo.

-¿Todavía te duele?-pregunto
dejando al descubierto aquella marca de la mano de su padre, sus ojos parecieron salirse al ver la gran marca.

Su mano había hundido un poco mi piel, como si su mano estuviera hecha de fuego dejando quemaduras. Esto era extraño lo sé, Jamás imagine que aquel hombre tuviera tantos secretos, pero sin embargo esto era lo que más me asustaba.

¿Con quien me estaba metiendo?

-Llévame al bar de tu papá-Reclame
-No creo que sea buena idea ir ahora, mejor vamos a tu habitación y limpiamos tu hombro-Dijo con firmeza.

Había buscado aquel bar noches antes y parecía no existir, era confuso.

Tomo mi mano y juntos caminábamos mientras solo escuchábamos a los autos, el viento chocar contra las hojas de los árboles, hojas secas crujir cuando nuestros zapatos las tocan. En cada paso que dábamos el volteaba su rostro solo para verme y sonreía.

Al estar cerca del edificio su celular comenzó a sonar.

-Ve caminando-Asentí y seguí mi paso mientras el se detuvo para atender su celular.

¿Quién sería?

No, no, no, yo no soy celosa.

Una brisa fuerte me detuvo, reteniendo todo el aire que entraba por mi nariz, como si pudiera ahogarme en ella, como si estuviera frenando mi paso.

Un segundo aproximadamente cuando el peso de un cuerpo choco contra el suelo. Un segundo en el que pude desprenderme de aquella entidad. Un segundo en el que corrí porque mis ojos habían visto de donde provenía aquel cuerpo. Un segundo en el que sentí que mi mundo se venía abajo. Un segundo en el que nuestras vidas se rompían y aquel lazo se desprendía.

Mi mente estaba en un estado de inmovilidad.

Corriendo por aquel césped.

Ahí estaba el cuerpo de Amber y de su cabeza salía un mar de sangre, sus ojos seguían abiertos, todavía vivía.
-No, no, no me dejes Amber-Su mano toco mi pierna mientras estaba arrodillada intentando encender mi celular, pero aquel no respondía. La pantalla estaba verde.

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Mi primer orgasmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora