El regresó del Skylander Spyro: El sombrío teatro de Marionetas 01

Capitulo 3: un agujero en el corazon

La luz de un tenue atardecer deslumbraba con delicadeza, varias islas de la Academia Skylanders, la cual estaba con puesta por dos campus: El interior componía varias islas pequeñas, orbitando alrededor de una gigantesca; donde se veía el majestoso castillo principal, en el exterior se encontraban varias islas grandes, estas estaban muy alejada del edificio y del campus interior, tanto que casi no se veían por lo esposó de las nubes en el cielo profundo.

En una de las isla que se encontraban en el campo exterior. Sentada en la baranda empedrada de un pequeño puente, el mismo unía una pequeña isla flotante con una enorme; se podía ver a una triste elfina, miraba al horizonte con sus ojos blancos como la nieve, la trenza de pelo azulado en su cabello, al igual que el ropaje de cuero café que llevaba puesto, fueron ladeados por el viento como el césped en las islas cercanas a la pasarela, mientras que se encontraban pensando en sus pesares, en la isla del lado izquierdo apareció caminando con sus gigantescas pesuñas negras, la silueta de una criatura robusta y un poco más grande que la elfina en altura, la misma la miraba mientras que suspiraba de forma depresiva.

«Entiendo cómo se debe estar sintiendo la Maestra Stealth Elf ». Pensó la bestia con cuernos de toro en la cabeza, mientras que sus ojos de iris azulado eran iluminados de medio lado por las luces del amanecer, giro el hocico para ver el horizonte, sintiendo como el pelaje en todo su cuerpo y sus ropajes antiguos, se ladeaban por el cálido viento; viendo al horizonte, desde el cual podía ver unas islas borrosas a la distancia. «Al no saber nada de su mejor amigo, se preocupa por él, entiendo ese sentimiento de desánimo».

—Espero que Spyro esté bien, no me había dado cuenta antes... —. Stealth Elf intentando no llorar, se miró la palma de la mano izquierda, la cual llevaba un guante marrón: este conformaba un par de dos. A pesar de que tenía los ojos aguados, cerró con furria la mano para volverla puño, intento aliviar el dolor que moraba en su corazón, diciéndose a ella misma:

—Siento un agujero en el corazón, Es algo que se fue con el dragón púrpura. La academia es la misma, pero no para mí, pero no puedo dejar que mis emociones me consuman.

—Yo te entiendo, Elf —escucho una voz conocida por la elfina—, ¿Esta bien si te digo Elf en vez de Maestra Stealth Elf?

Se escucharon unos pasos en el puente y al lado izquierdo de Stealth Elf, esta giró la cabeza a un lado para ver al tauro caminar a su izquierda, dando un leve pisar de sus pesuñas negras: estas poseían pelo blanco encima como si fuera un caballo. Escondiendo su cara de desánimo debajo de una expresión helada, denotado la musculatura muy marcada en su cuerpo, este era más alta que ella y robusto en comparación. El pelaje en todo su cuerpo era de color café, tenía un hermoso pelo de gama negra en la cabeza como si fuera un león, pero la parte trasera era largo y le llegaba a tocar la espalda, además que tenía unas patillas muy peludas y cuernos blancuzcos como de toro, también, se le podía ver el mismo noto oscurecido en el pelo de su pecho: el mismo se encontraba despeinado.

 Su hocico era iluminado de medio lado por las luces diurnas, al igual que el traje que llevaba: este estaba conformado por un taparrabos de piel de oso grisáceo con un delineado blancuzco alrededor, este le tapaba la entre pierna y el trasero, el mismo estaba sujetado con un cinturón de cuero café y una hebilla circular: forjado con metal, sobre esta se veían unos delineados en el frente: estos estaban hechos a mano y formaban un corazón con espinas. Además, tenía correas del mismo cuero que le bajaban por el cinturón del taparrabos: estas iban por parte delantera y trasera de sus piernas, estas sujetaban unos largos brazaletes metálicos que le tapaban los muslos y la parte delantera. En la parte de arriba de su cuerpo, llevaba una especie de suéter de cuero sin mangas.