Parte 2

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Entre estas apareció una enorme bestia antropomórfica, la misma con un destello, pasó de ser una enorme flama amarillenta a una criatura. El guardián del fuego denoto sus ojos de reptil de color azulado como gema, unos cuernos largos y retorcidos en su cabeza, también tenía el hocico fornido de un macho, la misma dejo ver su largo cabello grisáceo como sus cuernos; estos sobre salían de su melena. Dando un paso hacia atrás al ver a la fornida criatura, apreciando que esta tenía pelo de color negro en la parte superior de su abdomen y en la entre pierna, tragando saliva ignitus no dijo nada, debido a la cara helada que poseía la entidad oscura; el mismo enseñaba unos dientes afilados como navajas, apartándose con cuidado; debido a que le daba algo de miedo, pensando que le iba atacar en cualquier momento.


—Gracias... Por ayudar a Spyro, sabía que eras un buen apoyo —conto la bestia entre rugidos leves, afincando sus puños en el suelo, a la vez que enseñaba sus formidables alas de dragón con cartílagos rojizos por dentro y escamas negras por fuera; ladeando su larga cola, la cual poseía el mismo pelaje blanquecino que el resto de su cuerpo y una especie de estoque de metal azulado—. Yo nunca podría decir esas palabras que dijiste, me inspiraron de verdad.


—Entiendo, dime ¿qué quieres decir con: "sabía que eras un buen apoyo"? —quería saber el enorme guardián del fuego, dejando de lado el miedo a la bestia, viendo como esta daba unos pasos con un pisar de sus cuatro patas: a pesar de que tenía manos, se le acercó para verlo directamente a los ojos haciendo contacto visual e incomodándolo, esto hizo que inclinara el cuello hacia atrás para alejar su hocico de ella—. Si... Dime...


—Es porque yo me tome la tarea de traerte aquí, uniendo tus sueños con el de Spyro, sin mí, no estarías aquí —conto el demonio con un tono grave, dejando escapar unas nubes amarillentas de sus fosas nasales, poniendo una leve sonrisa o intentando esbozar una al mostrarle los dientes, pero lo único que lograba es dar más miedo por forzarla—. Por eso... Pienso que es correcto que te vayas con un regalo... creo que los mortales hacen eso...


—Si... Claro —conto Ignitus algo inseguro, trago saliva de los nervios, dando un paso hacia atrás se alejó un poco del ente, el mismo dejo de verle y bajo la mirada, después con el cuerpo semi-iluminado por las luces de las espectrales auroras, esta se puso sobre sus dos gigantescas patas, alzando la mano izquierda chasquido los dedos para hacer aparecer un collar en su cuello. Ignitus al sentirlo, decidió verlo con inseguridad, encorvando su largo cuello: observó que estaba hecho con una larga cuerda negra, además poseía tres enormes colmillos blancos como pendientes, la parte inferior de estos estaba ennegrecida y habían algunas gotas; ya secas de sangre, este olía a muerte haciendo que pusiera una cara asqueada—. Es repugnante en todo los sentidos, ¿Qué es esto?


—Es un collar que hice con una bestia que degollé en mi mundo con mis garras, es una muestra de gratitud, es lo que tengo entendido que hacen los seres de este mundo, entonces, consérvalo es tuyo —comentó la bestia con ojos de reptil azulado y moviendo la cola de forma leve, dando unos pasos se giró para mirar al pobre dragón púrpura, el cual yacía tirado de lado con la boca abierta y los ojos abiertos, denotando el hecho de sangre que tenía debajo—. Ahora voy a hacerle un favor, si se mantiene muerto aquí, este lugar desaparecerá y nunca lo poder traer de vuelta.


—¿Por qué un ente maquiavélico como tú le interesaría ese dragón? —preguntó Ignitus algo inseguro, sin bajar la guardia pego las alas de sus costados, escondiendo el cartílago amarillento por dentro de estas—. ¿Qué buscas?


—En pocas palabras... Busco volver estar completo... —. La criatura humanoide con pelaje blanco y frondosa melena grisácea como los dos cuernos que tenía sobre esta, poniéndose delante y cerca de la pequeña fiera, pisando el charco de líquido espeso, alzando la mano izquierda de forma leve, antes de chasquear los dedos, continuó—: Ahora Ignitus... Debes irte, esto es algo personal.

—¡¿Irme?! ¡¿Ahora?! —replicó el enorme guardián del fuego, dando un pisotón con la pata delantera, desquebrajo una de las losas del suelo—. ¡No quiero irme! ¡Quiero saber! ¡¿Qué quieres de Spyro?!

—Sé que me crees una bestia malvada, debido a mi sangre y todo lo que has visto, aunque sean verdad... Cuando llegue a este mundo... Fui deslumbrado por su belleza —aclaro el demonio con una voz suave—, un poco de esa luz, la cual mora dentro de todas las bestias de este mundo, llego hasta mi..... Ahora quiero protegerlo porque ahora es mi mundo.

—No entiendo.... —. El enorme dragón de fuego alzo la ceja de duda, mientras que sus escamas rojas y hocico eran iluminados por las luces; viendo la espalda del enorme ente, el cual tenía la mano levantada, este al escuchar como chasqueaba los dedos—. Debo saberlo.... —susurró, antes de derrumbarse en el suelo inconsciente, cerrando los ojos todo se puso en negro.

—No temáis... —escucho la voz del ente resonar en la nada.


De repente. Ignitus abrió los ojos dejando ver el iris rojizo en ellos, dándose cuenta que estaba acostado en su camastro, el mismo era una enorme sesta de terracota rojiza con rebordes dorados en los contornos; estirando las patas delanteras y traseras hacia adelante, sintiendo con el cuerpo el enorme cojín blancuzco de este, se puso derecho, acostándose mal en la cama, alzando el hocico miro los pilares que sostenían el techo de piedra caliza, el mismo era alto para que un dragón de su tamaño pudiera caber sin problemas en su alcoba: habían tres pilares de mármol blanquecino, alejados y a los lados de la entrada de su cama, moviendo la cola de forma leve. Pudo ver las antorchas que estaban a los lados de unos enormes estandartes en las paredes: estos eran rojos y poseían el símbolo de fuego en el centro, los mismos eran de gama amarillenta, enseñando los colmillos afilados en sus fauces al bostezar, al ver que todo estaba callado, debido a que aún muy era de noche en el templo del dragón, susurró—: ¿Eso era solamente un sueño o fue real? —. Alzando la mirada pudo ver la luna reflejada en el enorme tragaluz de cristales, estos eran de diferentes colores; este se encontraba en el techo alineado con su cama, levantando una ceja de forma pensativa, alzo la cabeza, sintiendo que algo le colgaba de su cuello; curioso hizo un rugido, a la vez, que lo encorvaba para verlo. Puso unos ojos pasmados al descubrir que era el collar que le había dado aquel demonio, enseñando los dientes afilados de forma leve—. Esa aventura con aquel dragón era real, ¡no puede ser! ¡Esta solo con esa cosa horrorosa! Espero que Spyro esté bien. Por favor. Ancestros del fuego, cuiden al pequeño púrpura del mal.


Después de asegurarse de que no había nada en el cuarto, el viejo guardián volvió a dormir, inclinando el cuerpo a un lado y pegando las alas; cerrando los ojos de forma leve, al cabo de un rato escucho una voz de ultratumba en sus sueños—. Despierten.... Los elementos guiados por la luz, son la llave a la destrucción, guardianes... Busquen... Al elegido por la luz celeste... —. Mientras se veía una luz rojiza en el cielo nocturno, las nubes la rodeaban de forma suave, mientras que dejaba ver un ambiente lúgubre con olor a sufre, debido a que habían unas bestias raras en el cielo, estas solo se veían como sombras con ojos de reptil rojizo. Ignitus junto a los demás guardianes contemplaban como la isla perdía poco la vida, las plantas del bosque se pusieron extrañas de colores verdes apagados y empezaron a manifestar unas raíces rojizas, parecidas a un hongo que se iba estirando—. Solo él puede detener al silencio... Arreglando una equivocación del pasado.


—¿equivocación? —. El enorme dragón rojo se despertó alterado, regresando a la realidad de golpe, a la vez que sudaba de los nervios, se tocó la cabeza con la pata delantera, poniéndose derecho nuevamente, sintiendo el colchón con el cuerpo—. Otra vez... Ese confuso sueño, ¿Siento como si algo malévolo tratara de despertar? ¿Realmente existe ese aliado de la luz? ¿Quién será...? ¿Quién es nuestro enemigo?

El regresó del Skylander Spyro: El sombrío teatro de Marionetas 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora