CAPITULO 11: LUCHA Y LLEGADA A LA CIUDAD

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Se sentía una aura pesada en el sombrío bosque, donde se escuchaba el resonar del viento, el cual hacia mover las ramas de los árboles, cuyos tocones estaban siendo iluminados por la luna en el nublado y oscurecido cielo.

La guardiana del agua poseía una expresión de furia, debido a la criatura no muerta, notando como su piel azul pálido era iluminado de forma dispareja, dejando denotar las venas que le recorrían por el cuello y cuerpo, la contextura de su cuerpo era tan delgada que mostraba sus costillas, poniendo una de sus pesuñas negras adelante y la otra atrás se puso en posición para atacarla con las armas blancas que llevaba en ambas manos, emprendiendo la marcha con rapidez giro como un remolino para intentar darle con las hojas. Sim embargo, la guardiana del agua respondió al brincar hacia atrás, moviendo las alas para evitar sus golpes, mientras que el corte que tenía en la parte izquierda, seguía sangrando de forma leve, las gotas se espacian por el lugar, girando a la izquierda, cuando el ente detuvo el ataque porque estaba mareado por dar tantas vueltas, moviendo la cola, le atravesó el pecho con la pequeña daga de metal: esta residía en su punta, escucho como la criatura hacia rugido bestial, acorde era manchada por una sustancia de color rojo oscuro; la cual apestaba a descomposición, esto hizo que la dragona retirara el arma blanca para dejarle un agujero en el pelo de su pecho de este; broto un poco más de ese líquido espeso, cuando se desequilibró por el golpe. Aprovechó para ponerse de espaldas y darle una patada doble a la bestia con rasgos de caballo, dándole duro en el pecho y haciendo brotar de sus fauces más de ese líquido rojizo; el cual se esparció en el suelo como gotas, embarrándole la boca con ella, a la vez que salía volando por los aires.


"¡Pun!" se escuchó cuando Morfataur se estampo en la copa de un árbol cercano a Naira y Aries, seguido se escuchó el grujido al romperse, después dejo de afincarse, haciendo que quedara sentada en el césped, mientras que el líquido carmesí brotaba de su fauces de caballo; debido al fuerte golpe le había roto algo, la misma quedo con los ojos blancos totalmente abiertos, mientras que Naira miraba que este ya no se movía, la misma dejo escapar un suspiro aliviado. Luego miro la daga en la punta de su cola con una cara asqueada—. ¡Asco! ¡Esa sangre huele a descomposición! Se quedó pegada en mi cola, ¡odio esto! —conto algo más calmada, bajando la daga para estirarla, ignorando el hedor que había en el ambiente; el cual le repugnaba, girándose para ver a Aries, el cual se encontraba sentado cerca de un árbol, el mismo solo la miraba con seguridad—. Lo hice, te dije que podía.


—No voy a dudar más —aclaró la fiera de escamas grisáceas y placas negras, la cual ladeaba su cola de forma leve; este decidido, miro a donde se encontraba el horrendo ser humanoide, el cual llevaba puesto la especie de taparrabos hecho de tela negra, la cual, solo le cubría la parte delantera de la entre pierna; notando que en la parte de abajo poseía unos hoyos causados por desgarres, el mismo era sujetado por la cadena que actuaba como cinturón con una hebilla del mismo metal, mientras que el helado viento movía la tela del ropaje, al verle parpadear puso una cara pasmada, sudando de los nervios, pudo ver como la bestia humanoide con partes de su piel grisácea desgarrada, la cuales dejaban ver parte de la carne que conformaba su cuerpo, doblaba las piernas para impulsarse y levantarse, a la vez que chorros de ese líquido rojo oscuro salía de agujero que le hizo en el pecho la dragona de agua y de sus fauces, esta extendió las armas blancas en sus manos, doblando la espalda, señalándole adelante para que le vea—. ¡No cantéis victoria! ¡No está vencida!


—¡¿como?! —. Naira se dio la media vuelta, al hacerlo puso unos ojos abiertos como platos, dejando ver el iris azulado en estos, al abrirlos de sorpresa hizo un gemido, frunciendo el ceño al respecto—. ¡no esta muerta! —Concentro sus poderes elementales para dispararle un cañón de agua, la cual salió de sus fauces, pero este al acercarse a la bestia la misma hizo una "x" al cubrirse con las dos armas blancas, la misma fue arrastrada unos metros por el disparo, desprendiendo nubes de polvo que desaparecieron al poco tiempo en el aire, cuando la dragona detuvo el ataque, jadeando cansada por haber usado mucha energía, debido al potente ataque—. Mi agua... No es lo suficientemente fuerte..... Para vencerla.... ¿Qué hago ahora?

El regresó del Skylander Spyro: El sombrío teatro de Marionetas 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora