capitulo 10: La llegada de Elf...

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Las antorchas en los candelabros de madera negra: Estas eran cuatro y estaban sujetadas por cuatro brazos de metal, residían colgadas del techo y sobre el desnivel. Deslumbrando el rostro enfurecido de la elfina con ropajes de cuatro y cabello azulado con coleta de caballo trenzada, la cual se ladeo al inclinar la cabeza. Viendo el hocico del dragón purpura y sus ojos de iris rojizo, el mismo le estaba dando un abrazo ronroneando con ternura.


—Elfy.... Realmente te extrañe mucho. Yo quería decirte porque me fui de la Academia Skylanders, lo hice para poder salvar a mis padres, debo hacer muchas cosas para recuperarles, sentí que no era problema de nadie, solo de Eon y mío —contó Spyro de corazón, enseñando unos dientes afilados como navajas de gama blanca, mientras que hacia contacto visual con ella—. Perdón....


Stealth Elf con el ceño fruncido, se apartó del abrazo que le daba la fiera con las alas, esta las estiro dejando ver el cartílago amarillo por dentro, mientras que estaba distraído, sintió cuando le dio una patada en la pansa, "!boom¡" se escuchó resonar por todo el sitio, a la vez que la dragona de fuego. Tras haber acabado con todos los lobos negros, los cuales estaban en las tres filas de asientos, mientras que los cuerpos de estos; se convertían en más de ese polvillo negro con ojos rojos. Estos poco a poco desaparecieron al flotar en el aire, conforme subía los escalones hacia el desnivel.

Chiki pudo ver sorprendida el golpe que le dio a Spyro, colocando los ojos saltones dejo escapar humo de sus fosas nasales, conforme lo veía caer de lado en el suelo loza gravada, seguido Stealth Elf colocando una cara helada, se puso de brazos cruzados.


—¡eso por ocultarme cosas! ¡Me debes decir! ¡¿Qué quieres decir con el maestro Eon?! ¡Él está muerto! ¿Verdad? —. La elfina bajo la cabeza enseñando los dientes pensativos, pero con el ceño fruncido.


—Hay... Sabía que me ibas a pegar por esto, te tuve preocupada, lo siento —masculló el dragón púrpura en el suelo, mientras que sentía una mescla de emociones en su interior por un lado culpa, pero por otro alivio, debido a que ya no debía ocultárselo a una amiga.


Chiki haciendo unos gruñidos ariscos, dio unos pasos para ponerse al lado izquierdo de donde estaba acostado Spyro, extendiendo una pata para acariciarle un costado; giro la cabeza para mirar a Stealth Elf, enseñando los dientes afilados de forma fiera le gruño, dejo ver que eran de gama blanca y brotaban gotas de saliva trasparente—. ¡¿Por qué fuisteis tan mala con él bastarda?! ¡No hay razón de pegarle! ¡Se disculpó!


—Porque me tuvo noches sin dormir, tan triste por su partida, no sabía si estabas bien o te había pasado algo, fue lo peor que me hizo pasar —dijo la elfina enojada al respecto, mientras que miraba a la dragona de escamas rojas—, mira esa boca que tienes, no me gusta que me insulten de esa forma —. Extendió las dagas para dejar ver sus puntas blancas, pensando en darle un espadazo.

—¡Perdón! ¡A veces se me salen palabrotas de mi padre! ¡Cuando me enojan! ¡Y si tengo un motivo para estarlo! —gritó Chiki con el ceño fruncido, poniéndose en posición de combate, estirando las alas y las cuatro patas para concentrarse, manifestando chispas en su boca, mientras que enseñaba sus dientes afilados como navajas—. ¡Le diste un golpe! ¡Tú debes disculparte con Spyro!


—Eso ni hablar, porque se lo gano de forma justa —reputó Stealth Elf dando unos pasos para ver como la dragona de fuego la rodeaba, moviendo las dagas con mucha agilidad, dio un giro y se puso derecha—. No pelees contra mí, soy maestra con las dagas.

El regresó del Skylander Spyro: El sombrío teatro de Marionetas 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora