IV

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— ¡Kenma-kun! —lo llamó Airyn, al mismo tiempo que se encaminaba hacia su asiento en frente.

   El nombrado saltó nervioso en su asiento. Luego, se giró, de un modo tan incómodo, que parecía como si su cuerpo se hubiese hecho de hojalata de pronto.

   La chica le sonrió.

— Almuerza con nosotras. —le indicó, incluyendo también a una de sus compañera, Sasaki Mei, que iba detrás de ella. Ambas llevaban sus bentos en las manos.

— Estoy bien aquí, Airyn... —le dijo, volviendo a girarse para intentar enfocarse en el nuevo videojuego de su consola portátil.

— ¡Vamos, Kozume-kun!... —le insistió Mei, sorprendiéndolo cuándo ésta dejó caer su caja de bento sobre su banco.

   Airyn tan sólo la observó. La última semana, había intentado de varias maneras acercarse cada vez un poco más a su solitario compañero. Sobre todo cuando Yamamoto lo dejaba solo durante el almuerzo, simplemente porque decidía reunirse con sus otros compañeros, o se iba con ellos a la cafetería para poder apreciar desde lejos a las demás chicas. Airyn creía que comer juntos era el siguiente paso para acercarse a Kenma.

— ¿Qué tal si almorzamos en la azotea? —le sugirió Mei, prosiguiendo— Oí que ahí no va casi nadie. Salvo los emos y los que se creen lobos solitarios en la escuela... Oye, ¡me sorprende que tú no estés allí! —ella río a carcajadas.

— ¡¡O-Oye!! ¡Eso fue grosero y cruel, Mei-chan! —le dijo Airyn, avergonzada por el comentario de su amiga.

   Mei se calmó, justo después de actuar como si se limpiase una lágrima inexistente de su ojo.

— Perdóname, Kozume-kun. Sólo intentaba ser graciosa.

— No me importa.  —le dijo Kenma, concentrado en el juego entre sus manos.

— Ya veo... ¡Me agradas! Oye, sé mi amigo también. —le dijo Mei, sonriendo felizmente ante su codiciosa idea.

— No, gracias. —le respondió, sin mayor dificultad.

— ¡¡¿Ha?!!... ¡¿Qué significa eso?! —le gritó Mei, verdaderamente molesta por su actitud y por el rechazo tan directo que le había dado.

— Estoy bien así. —le respondió por segunda vez.

   Enojada, Mei recogió su bento y le dio la espalda. Kenma ni siquiera se inmutó, habiendo sido absorbido por completo por el videojuego.

— Como sea, yo tampoco quería almorzar contigo. ¡Sólo lo hacía porque Airyn-chan me insistió! —le contó una pequeña mentira, ya que había sido ella quien le insistió a Airyn para que la llevara a almorzar con ellos y no la dejara sola. Así que se dirigió a su amiga—. Supongo que te veré luego.

   La de cabello corto se fue, ahora más que dispuesta a comer sola en la cafetería si era necesaria. Su curiosidad por el reservado Kenma no lograría superar su orgullo dañado.

— Kenma-kun. —lo llamó Airyn, ubicándose frente a él.

   El pequeño sonido de una explosión virtual surgió de la consola del chico, seguido de una canción de victoria. Solo entonces, el nombrado bajó su juego y la miró inexpresivo.

   La chica sonrió, ganando así algo de confianza para insistirle con lo de almorzar juntos. Con un movimiento de manos, le señaló su caja de bento envuelta en una seda rosa.

— ¿Qué dices? —le preguntó ella, de manera sugerente.

— No tengo hambre. —le respondió Kenma, instintivamente movimiento sus dedos para programar la siguiente partida.

🦉 BETWEEN US 🐺 | Bokuto Kōtarō & Kurō TetsurōDonde viven las historias. Descúbrelo ahora