🦉 BETWEEN US 🐺 | Bokuto Kōtarō & Kurō Tetsurō

II

— Kozume-kun. —lo llamó en un tono impaciente el profesor de biología.

   El nombrado separó sus ojos de la pantalla de su teléfono celular, en el cual se vislumbraba la imagen inicial del videojuego con el que tenía planeado entretenerse en la media hora de almuerzo.

— ¿Mh? ¿Si? —cuestionó el rubio, confundido de que el profesor aún quisiera algo de él cuando su tiempo de dar clases ya había acabado.

— ¿No me oíste? —la expresión en el rostro de su profesor era más de desaprobación que de molestia—. Dije que ayudarás a Mori-chan a llevar estos modelos de vuelta al depósito.

    Kozume entonces comprendió la situación que tenía frente a él y la razón por la cual su compañera de clases se encontraba de pie junto a su profesor, sosteniendo entre sus manos una de las cajas que veía contenía algunos de modelos a escala de los órganos del cuerpo humano que habían utilizado para la lección.

   Se levantó de su asiento, tras cerrar el juego que aún no había podido iniciar, y regresó su celular al bolsillo en su pantalón.

   De camino al deposito, el cual quedaba básicamente del lado opuesto a su salón y dos pisos más arriba, Airyn sintió que debía entablar una conversación con el chico, o al menos agradecerle, o disculparse, ya que había sido obligado a interrumpir su tiempo libre solo porque ella no pudo sostener las dos cajas a la ves.

   El representante de la clase, que se había encargado de traerlas, había sido llamado por el vicedirector minutos antes de que terminara la clase y el profesor la había tomado a ella para la tarea de regresarlas, cuando la vió pasar frente a su escritorio. Aunque en realidad Airyn quería ir a la cafetería, al haberse olvidado su almuerzo en casa, no pudo negarse ante la petición de un profesor.

— Ahm. ¿Kozume-san? —ella lo miró de reojo, tras llamarlo y pedir por su atención, al dudar en que, tal vez, su compañero no quisiese escucharla hablar en primer lugar.

— ¿Hm? —el chico musitó simplemente en respuesta, inexpresivo, observando al frente mientras caminaban lado a lado.

   La chica eligió un mal momento para cuestionarse internamente por el comportamiento de Kozume.

   Se habían conocido hace un año, al encontrarse en la situación de estar ambos en la misma clase, y eran contadas con la mano las veces que habían hablado directamente entre ellos. Airyn pensaba que Kozume tenía una personalidad introvertida, tímida y calmada. Ciertamente era bastante callado y reservado, y no solía expresar sus opiniones en clase.

   A pesar de su modesta personalidad, Airyn lo había visto jugar al voleibol y pensaba que él era alguien bastante hábil en ese deporte, con un extraordinario sentido del juego y habilidades técnicas que le permitían coordinar con sus compañeros. Según escuchó, esa fortaleza era lo que compensaba su leve falta de poder, velocidad y resistencia, algo que no había logrado detectar por su cuenta hasta que se lo mencionaron.

— ¿Qué tal van las practicas con el equipo de voleibol? —le preguntó Airyn, finalmente.

   Ella misma se sorprendió al escucharse a sí misma entablando una conversación ajena de la situación en la que estaban, de camino al depósito.

— Bien, supongo. —mencionó Kozume, a la vez que se encogía de hombros, inseguro de su propia respuesta dudativa.

— Ya veo. Gracias por ayudarme, por cierto.

— Sólo lo hago porque el profesor Mineta lo pidió... —le dijo, girando la cabeza hacia el lado contrario desde donde ella lo miraba.

   Airyn solo asintió, antes de dirigir su mirada al frente. Sabía que no había sido intencional en Kozume el ser brusco o grosero al cortar de tal manera su gratitud, pero, aun así, deseaba poder conocer y comprender su razón de ser tan tímido, aún a pesar de estar en la misma clase desde hace un año. Y creyó que si no lo veía tan directamente a la cara, él no se sentiría tan incómodo.