XVI

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— Aún no puedo creer que estés aquí. —reafirmó Kenma por tercera vez, mientras movían los bancos del salón 2-D hacia el salón al final del pasillo.

   Al oírlo hablar de nuevo, Airyn se giró y sonrió.

— Si sigues diciéndolo, pensaré que éstas molesto por el hecho de que estaré contigo los próximos siete días. —le dijo ella, a modo de broma.

— Me sorprende más el hecho de que ya estés en un club y, aún así, quieras ser la asistente de repuesto para los eventos importantes. —Kenma suspiró— Aunque, bueno, es tu decisión.

— Pues, al principio pretendía hacer ésto para compensar toda la ayuda que recibí de Kurō-senpai, aún a pesar de que él tenía sus propias obligaciones... Pero, ahora, deseo también poder ayudarlos a entrenar. Y mejorar todos juntos. —admitió.

— Hmm~. —musitó tan sólo el rubio, antes de pasar al salón contiguo para seguir moviendo bancos y sillas.

— ¡Oi, Kenma! ¡No holgazanees! —le dijo Yamamoto, mientras sacaba dos sillas del lugar.

   Una vez limpio y acomodado los dos pisos que utilizarían en el edificio principal, junto con el comedor y los baños, el equipo se reunió en el gimnasio número 2.

   Era pasado el medio día, cuando los muchachos se dedicaron a calentar sus músculos y practicar sus jugadas, para así estar preparados antes de que los otros equipos llegaran.

   Airyn recordó que no había vuelto a hablar con Bokuto desde hace una semana y media. Y aunque pensó en escribirle varias veces para contarle de su nuevo puesto como asistente de repuesto, creyó que sería una buena idea sorprenderlo y ver su reacción. ¿Lo creería? Había pasado de aprender a recibir un balón, a asistente de un equipo.

   Su padre al principio no estuvo muy de acuerdo con esa ayuda que les brindaría su hija, debido a lo sumamente ocupada que luego ella estaría. Sin embargo, su madre terminó por convencerlo, señalando el repentino interés de Airyn hacia un deporte físico. Aunque, por lo pronto aun no lo llevase a la práctica, tal vez si lo hiciese a futuro.

— Esto... ¿Naoi-sensei? —lo llamó la chica al acercarse.

— ¿Todo en orden, Mori-san? —le preguntó amablemente.

— Si. Sólo quería preguntarle, ¿qué es lo que debe hacer un asistente exactamente? ¡Es decir, sé que debo ayudarlos!... Pero, ¿cómo?

— Ah. No te preocupes. Tú sólo procura observar a los chicos. Mh. ¡Ah! Puedes anotar sus jugadas improvisadas, pero eficaces, en esta tablilla —le tendió una tablilla de madera con algunas hojas y un bolígrafo—. Luego, solo tienes que preparar sus botellas de agua. Tenerlas listas y distribuidas para cada uno de ellos... Ah, y si alguno se lesiona, puedes traer el botiquín de primeros auxilios. Aunque, con el spray analgésico suele ser suficiente... ¡Eso es todo! ¿Verdad que es sencillo?

   Ella asintió y luego volteó hacia los jugadores. Eso de anotar jugadas parecía ser lo único difícil, dado que no conocía los nombres técnicos de la mayoría de los movimientos. Por lo pronto, podría orientarse con algún dibujitos de todos ellos.

   Luego de algunos minutos, la primera escuela invitada llegó. La preparatoria Shinzen, ubicada en la Prefectura de Saitama. Y, casi al mismo tiempo, la preparatoria Ubugawa, de la Prefectura de Kanagawa, entraron justo después que ellos.

   Los jugadores intercambiaron saludos amistosos. Y los capitanes se encargaron de agradecerle a Kurō por el recibimiento de su equipo en su cancha y en su escuela.

   Airyn notó luego que ya no era la única chica allí presente. Y eso la puso aún más nerviosa.

   Por un lado, con el equipo Ubugawa llegó una joven pelinegra con dos coletas, vistiendo una poco discreta camiseta amarilla. Por otro lado, la chica en Shinzen era de cabello castaño, recogido en una coleta baja y de lado, la cual caía sobre uno de sus hombros. Su camiseta era de color grisáceo y llevaba mangas remangadas hacia arriba.

🦉 BETWEEN US 🐺 | Bokuto Kōtarō & Kurō TetsurōDonde viven las historias. Descúbrelo ahora