33 ¬narrado

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— Entonces... Hay alguien, —vaciló jugando con la punta de sus pies— solo lo dije para estar seguro.

— Si, hay alguien —menciono evitando la intensa mirada— creí que lo sabías, Mina me enseñó los mensajes que le enviaste donde le preguntabas todo ya que habías visto mis fotos con ella...

El chico soltó un sonoro suspiro y Sana presionó sus labios incomoda.

— Por cierto, deja de molestarla. Se supone que esto fue un problema nuestro...

— Si, lo siento...

Siguieron platicando solo alrededor de 20 minutos, la verdad era que no había mucho que decir y el ambiente se volvía cada vez más tenso entre ambos, Sana estaba tan incomoda teniéndolo a un metro de distancia, por lo que no mucho después tomaron la decisión de terminar con esa reunión la cual no llegaba a ningún punto.

La japonesa soltó un suspiro cansado una vez que estuvo dentro de su auto, dio una última al chico que se despidió con una vaga señal la cual correspondió sin ganas.

Condujo a través de las calles escuchando algunas canciones desoladas, sintiendo pena en su interior.

Le había mentido a Tzuyu y la culpa seguía consumiendola, sabía que tenía que decirle, pero no estaba segura de cómo lo tomaría y eso le asustaba.

Cuando por fin estuvo dentro de su departamento se despejó de sus zapatos y sus prendas extras para poder dirigirse a la cocina, donde escucha murmurós y algunas risas, una de ellas le resultó ser bastante conocida por lo que frunció las cejas y se adentro aún más con un leve entusiasmo.

No pudo evitar sonreír con emoción mientras se preguntaba asi misma, ¿qué hacía Tzuyu en su hogar?

Llegó hasta el comedor donde se encontraban sus amigas siendo acompañadas por esa hermosa chica alta que ya la tenía bastante loca.

— Hola —canturreo con una sonrisa, llamando la atención de todas las presentes.

— ¡Sana! —Nayeon chillo al lado de Mina, abriendo sus brazos para poder apresarla entre ellos con fuerza.

Y es que en tan poco tiempo Sana se había ganado el cariño de la mayor, al parecer su ternura lograba dominar a los demás bastante bien.

— Que sorpresa —se separó de la coreana para luego dirigirse a Tzuyu, alzándose de puntillas para besar su mejilla.

— Por favor, no te avergüences Sana, así no es como saludas a Tzu —dijo Momo haciendo reír a todas.

— Momo, por favor... —Tzuyu interfirio, colocando un mechón de cabello de Sana detrás de su oreja para luego besar la frente de la chica.

Sana le lanzó una mirada rápida a Mina, está última solo curveo los labios sintiendose mal, pues después de todo ella también era parte de esa incomoda situación.

Comenzaron a convensar, Sana tratando de distraer su mente con lo que sus amigas decían pues en cualquier momento su mente engañosa podría salir a decir toda la verdad a la chica a su lado que la miraba con tanto amor.

Alzó la mirada para poder encontrar la de Tzuyu, ambas se sonrieron y guió su mano hasta su mentón para darle una suave caricia. Notando el fuerte sonrojo por parte de la menor.

— Iremos por algo de comida, ¿se quedan? —habló Nayeon abrazando a la chica de lunares por la cintura.

— Las acompañó —Momo alzó la mano, dando pequeños saltos.

— Vayan ustedes...

— Ok, no tardaremos mucho... Así que no se distraigan haciendo otras cosas...

— Nayeon, callate... —reclamo Mina dándole un manotazo en el hombro.

— Adiós...

Cuando la puerta se cerró, Tzuyu en un rápido movimiento sujeto la cintura de la más baja para hacer que girará en su propio eje y así poder capturar sus labios en un beso que rápidamente le arrebato un suspiro, Sana subió sus manos hasta su cuello y la abrazo para darle un poco de profundidad a esa acción.

Pero cuando el aire les empezó a faltar se vieron en la obligación de separarse, con sus respiraciones jadeantes y las mejillas ruborizadas, Sana acuno el rostro de la menor y trazo sus mejillas con sus pulgares con cariño.

— ¿Qué haces aquí?

— Quería esperar a que llegaras... Para poder verte... En verdad te extrañaba mucho... —el brillo en su mirada no paso desapercibido en la mayor, haciendo que empezará a sentir un nudo formándose en su estómago.

— También te extrañaba mucho...

La abrazo y colocó su oído contra su pecho, escuchando el suave golpeteo de su corazón, exhalo con calma una vez que logró relajarse.

— ¿Tienes mucho tiempo esperando?

— Tal vez una hora, —alzó los hombros— ¿Cómo está Jihyo?

La nipona frunció el ceño mostrando confusión aún más cuando Tzuyu solo soltó una risa algo escandalosa. Luego recordó aquella tonta excusa que había usado para poder ir a verse con Key.

— Oh, ella está mejor... Salimos y platicamos un poco, ahora está en casa de sus padres...

— Que extraño, según Momo y Nayeon, Dahyun la invitó a salir... Creo que llamo su atención. —presionó suavemente sus labios — No importa, me alegra que estés para apoyarla en cualquier momento —dijo pasando una de sus manos por su mejilla para darle una caricia reconfortante.

Sana mordió su labio y volteo hacia otra parte, seguía habiendo algo que por sobre todas las cosas la mantenía algo confundida.

— Si, haría cualquier cosa por ella, de hecho haríamos todo solo para protegernos.

Hasta mentir...

— Jihyo... Ella mencionó que se había encontrado con Key... No dio muchos detalles, solo que tenía un ojo morado y que la razón fue porque una chica alta lo golpeó.

Tan solo con esa mención fue suficiente para que la mano de Tzuyu se convirtiera en un puño y su mandíbula se tensara, rechinando sus dientes con rudeza.

Después hablaría con Jihyo para que le ayudara con su estúpido plan, pero por ahora se encargaría de no estropear todo lo que ella y Tzuyu empezaban a construir poco a poco juntas.

— Solo dire que lo merecía, se atrevió a hablar de ti a tus espaldas... y no fueron cosas lindas precisamente —relamio sus labios y cruzó sus brazos sobre su pecho.

— Y agradezco mucho que me defendieras, pero, ya sabes pudiste decírmelo...

— ¿Decir que? Ahora sabes que fui yo, no puedo mentir ni regresar el tiempo para evitar dejarme llevar por mis tontos impulsos —dijo tomando distancia de la otra y bajando la mirada con vergüenza.

— No me molesta —balbuceo tratando de tranquilizarla—solo que me hubiera gustado que lo mencionarás...

— Solamente sucedió, fue algo involuntario... —alzó los hombros y la mirada para conectarla con la de Sana— pero te dije que si lo veía iba a hacerlo, aunque... sinceramente después me dio algo de miedo

— ¿Miedo de que, Chewy? —hizo un puchero el cual tembló.

— De que esto mismo sucediera y te molestarás —gruñó, pasando sus dedos por su cabello con estrés— no lo se... Tal vez entonces irías a ver como estaba y... entonces te quedarías con él

Sus ojos se cristalizaron, la más baja sintió su corazón encogerse, porque justo sucedió lo que ella temía, pero de algo estaba segura y es que no lo elegiría a él, no otra vez

— No me iré con él, Tzuyu, él me ha hecho mucho daño... Ahora tengo a una persona mucho más hermosa que está aquí para mi, que me quiere tanto y me lo ha demostrado mucho.

Colocó sus manos en su mejilla, notando como la taiwanesa se relajaba con esa simple caricia.

Volviendo a cortar toda distancia entre ellas.

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desconocido. [satzu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora