48 ¬narrado

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Sana POV.

Faltaban pocos días para volver a Corea, y después del día de compras en compañía de la madre de Tzuyu y de aquella larga noche, Tzuyu se encargo de llevarme a recorrer cada lugar de Taiwán del que pudiéramos disfrutar mutuamente, este día en común vestiamos ropa en conjunto que no era nada más que el mismo suéter tejido rosado que compre pensando en ambas, a Tzuyu le había encantado el detalle y pude jurar que mi corazón casi se derretia cuando alago la prenda puesta en mi y sugirió tomarnos una foto que pronto paso a ser su fondo de pantalla en su teléfono.

Sin duda tengo a la mejor novia del universo entero.

El lugar estaba lleno de turistas por lo que me aferraba con fuerza del brazo de mi novia para no terminar perdida entre todo ese gentío, Tzuyu me cuido de los empujones y siempre encontraba un camino por el cual pudiéramos escabullirnos con facilidad.

— Esto es el templo de los deseos... —dijo mi novia una vez que llegamos al dicho lugar, la gente delante nuestro hacia una fila para poder pasar.

— ¿Por qué se llama así? —cuestione mientras me ponía en puntillas para lograr ver más allá.

— En la entrada del templo nos entregarán una tabla, entonces ahí podemos escribir algún deseo o sueño... Y si lo anhelas demasiado, se cumplirá... —explicó con una sonrisa de orgullo, reí con ella y me incline para besar su hombro y enlazar nuestras manos.

La espera en la fila no fue mucha, pues cuando menos lo pensábamos ya estábamos cerca de entrar.
Mire como mi novia se acercaba para tomar una de las tablas, yo hice lo mismo sabiendo muy bien lo que escribiría en ella, cuando termine me encontré con Tzuyu mostrandome lo que había escrito; mi nombre estaba escrito en ese trozo de madera y mis mejillas no tardaron en sonrojarse.

— Tu eres mi deseo, mi sueño y mi anhelo, Minatozaki Sana —apiló la tabla con las demás, junto sus manos y cerró los ojos con fuerza.

Sentí una gran emoción acumulándose en mi pecho al instante, incluso mis ojos se llenaron de lágrimas por lo mucho que Tzuyu me hacía sentir especial. No podía creer que alguien como ella me viera como si fuera la única chica del planeta.

— ¿Qué ocurre? —se acercó a mí con las cejas fruncidas y un adorable puchero, acuno mi rostro y trazo mis mejillas con sus cálidas manos.

— No sé que hice para merecerte... —susurre bajando la mirada.

La abracé con toda mi fuerza, escondiendome en su pecho.

— Te amo

Después del emotivo momento y que Tzuyu se uniera a mi en lágrimas logre dejar la tabla justo encima de la suya, Tzuyu no fue capaz de verla ya que algunas otras personas empezaban a vernos mal o apurarnos por estar básicamente atravesadas.

Pero no era necesario que lo hiciera, yo solo había deseado que Chou Tzuyu permaneciera en mi vida por siempre.

Antes creía que eso del amor era algo tan complicado que nunca lograría descifrar, a aveces envidiaba la felicidad que algunos de mis amigos compartían con sus parejas, me preguntaba constantemente si algo así podría pasarme.

Me preguntaba si podría encontrar a alguien que me diera ganas de vivir, quien se esforzara y me amara y que claro borrara toda pizca de dolor que alguna vez alguien en le pasado me hizo sentir.

Y aunque lo dudaba, por fin llegó, tal vez no fue de la forma más linda y romántica como todos quisieran pero sin duda había sido peculiarmente especial; un mensaje que por error llego a ella.

De todas las personas que pudieron haberlo recibirlo, agradecía eternamente que esa fuera Tzuyu.

Parecía algo así como un milagro.

Después de ese largo recorrido nos decidimos por ir a comer a una cafetería cercana.

Mi novia estaba tan distraída viendo el menú y yo solo... Yo solo podía estar ahí, admirando cada pequeño detalle de su ser.

Desde sus mejillas abultadas hasta escuchar sus pequeños balbuceos, entonces comprendí que todo eso no era un milagro.

Más bien, Cho Tzuyu era mi milagro.

— ¿Qué tanto me miras? —cuestionó riendo, sacandome de mis profundos pensamientos.

— Lo siento, me perdí por un momento —reí.

— ¿Ah si? ¿Te hago perder la cabeza? —se burló, me fue inevitable no poner los ojos en blanco y acariciar su mano por encima de la mano.

— Sip, me tienes locamente enamorada...

— Mmm, estamos igual entonces, también estoy locamente enamorada de mi

— Lo arruinas —me enderece y escuche su pequeña risa.

— Sabes que bromeó y también sabes que estoy muy enamorada de ti —sonreí antes sus tiernas palabras y asentí, dándole toda la razón.— ¿Y qué era eso que te hizo perderte por un momento?

— Pensaba en esto, en nosotras... —Tzuyu sonrió, dejándome ver esos hermosos hoyuelos— Nunca sabre como agradecerte que me hayas escogido a mi...

— Creo que hay una manera...

— ¿Si? ¿Cuál es?

— Sonríe por mí...










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Disculpen, sé que esto no es lo mejor jejjeje TT

desconocido. [satzu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora