♡ Kazutora es un chico cualquiera, otro adolescente más. Lo mismo con Chifuyu. La diferencia es que son trans. Por eso no se les toma por lo que realmente son.
Un día sus caminos se cruzarán, iniciando una bonita y complicada historia.
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! Menció...
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No podía dormir. No después de todo lo que había pasado ese día. Lo estaba sobrepensando todo. Entonces a Baji le gustaba Chifuyu? Y que había de Chifuyu? Tendría miedo de salir del armario con él? Pasaban los minutos y se hacía las mismas preguntas una y otra vez.
Notó movimientos a su lado. Miró en esa dirección y vio al rubio sentado en la cama, con la mano en la cabeza. Se levantó rápidamente.
-Sucede algo Chifuyu?-
-Me duele la cabeza. Mucho- suspiró
-Dónde tienes las pastillas?-
-No hace falta que te levantes tú, iré yo-
Dijo esto y se levantó de la cama. Le dio una fuerte punzada en la cabeza. Kazutora encendió la luz y le acompañó. El rubio sacó las pastillas y se dirigió a la cocina a por un vaso de agua.
-Esto...recuerdas lo que te pasó?-
-Sí. Me emborraché porque Baji se me declaró- el alto se sorprendió por tanta sinceridad y se preguntó si seguía ebrio o no
-Ah...de verdad?- fingió sorpresa -Y cuál es el problema? Qué opinas tú?-
El rubio tomó su pastilla silenciosamente. Kazutora llenó un vaso de agua para él, esperando la respuesta del contrario. No dijo nada, solo le tomó del mentón, acercándole a su cara.
Le acercó para finalmente posar sus labios encima de los suyos. El de mechas se quedó tieso. Sus ojos se abrieron tanto que parecía que se le iban a salir. De la sorpresa, se le cayó todo el agua por la mesa.
Al mismo tiempo, el rubio estaba tranquilo, besando al más alto y disfrutándolo. Movía lentamente sus labios, sin esperar si quiera que le correspondieran. Solo le estaba besando y ya.
Después de unos segundos se separó, encontrando a Kazutora muy sorprendido y completamente rojo. Le temblaba la boca, esa que acababa de besar.
Siguió callado, solo le sonrió y acarició suavemente la sonrojada mejilla contraria. Y se dio la vuelta, caminando a su habitación.
El mayor seguía ahí parado, totalmente paralizado. Cuando volvió a la realidad de lo primero de lo que se dio cuenta fue de que había tirado todo el agua, así que se puso a limpiarla. Y mientras pensaba. Chifuyu seguía ebrio, si no no le habría besado. Para él era un suceso importante pero para el rubio era un simple beso que sucedió mientras no estaba en todos sus sentidos.
