Cap. 6 ¿Dudas De Mi?

160 15 0
                                    

Volví a mi casillero por unas cosas que se me habían olvidado, mientras que Setsuna me esperaba en la salida de la escuela. Pero no lograba encontrarlas, así que fuí al salón, donde por última vez recuerde verlas, a ver si ahí se hallaba. Por fin las hallé y justo cuando iba a salir entro Yuri y cerró la puerta.

—¿Qué quieres, Yuri? Qué sea rápido, Setsuna está esperándome y sabes como es cuando tardo de más. — indique guardando mis libros en la mochila.

—Towa, debemos hablar sobre el tipo llamado Riku — dijo con seriedad qué hasta se me hizo raro.

—Ah, Yuri ya te dije que él no tiene nada que ver con esto — advertí hostil. No quería que metieran a Riku en este embrollo.

—Akemi me dijo que no es un chico normal. Logró... herirlos esa vez... — Sus palabras me confundían ¿Cuál vez? ¿Cuando lo lastimaron? — Pese a que se veía indefenso jamás pensaste porque Akemi no había terminado con su vida. Sabes como es ella, no juega con su comida — En ese punto tenía razón, no lo había pensado hasta ahora. Ella tenía el arma en mano, no había porque no terminar con Riku.

—Ya me voy, Yuri — Me dirigí a la puerta y la abrí un poco, sin embargo, Yuri la cerró —¡Oye!

—Ten cuidado, Towa —aconsejó y se fue.

Ya iba otro qué igual me advertia de Riku. Esto ya no era normal, una persona esta bien y más cuando es Setsuna o mis amigos, ya que son sobreprotectores otra razón por la cual no he tenido novio, pero que Yuri también lo diga... Me hace dudar un poco ¿debería alejarme? Aun así no podría ya que él es mi tutor, que ironía. Pero la idea de romper lazos con Riku me causaba tristeza.

—¿Señorita Towa, está bien? No se ve concentrada.

—Ah... Sí, sí estoy bien.

Me hallaba estudiando con Riku, pero él tenia razón no estaba centrada. Mi cabeza se concentraba en otras cosas ¡Ah! Demonios. Debía pensar en mis estudios no en idioteces.

—No lo creo... Tomaremos un descanso, puedo intuir qué no ha entendido nada de lo que expliqué. — comentó con un tono pícaro. Me tapé la cara con las dos manos.

—Lo siento — Bajé la cara.

—Calma — Me regaló una sonrisa — Sabe que mejor haremos otra cosa. Venga— tomó mi mano y hizo qué lo siguiera.

No sabía a que lugar buscaba llevarme o que haríamos. Esto era sospechoso, no entendía a la perfección. Después de caminar un tiempo llegamos a un pequeño café, donde Riku hizo qué entrará al abrir la puerta perritos llegaron de la nada.

—Ay, que bonitos — Mis ojos brillaron y comencé a acariciarlos.

—Ay, joven Riku. Hola — desvío la mirada hacia mí — Oh, trajo a su novia.

—No somos novios — respondimos.

—Ay, mi error, lo siento. Es que normalmente al joven Riku no se le ve con chicas — la señorita se rio.

—Me lo han dicho — hablé y una gota de sudor empezó a resvalarse por mi nuca.

Nos sentamos en un balcón con vista al lago, donde los perritos nos siguieron y los empecé a acariciar a todos, parecía niña pequeña.

—Riku qué me digan que casi no  te ven con chicas ya me está causando intriga — indiqué —¿Qué paso?

—Bueno, señorita, eso se debe a que antes iba a una escuela sólo para hombres — dejé a los peritos y me senté para tomar mi bebida.

—Oh, tiene sentido... — un perrito negro salto a mi regazo y empezó a lamer mi cara. Reí un poco.

—Veo qué le agrada... — dijo Riku apoyando su mejilla en la su mano y me observó con una sonrisa coqueta qué provocó un pequeño sonrojo por mi parte.

—Es muy tierno y lindo — confesé en un tono melancólico.

Riku al parecer se sorprendió e interrogó qué pasaba.

—Nada, solo recordaba el pasado.

—¿Tuvo un perro?

—Sí, cuando cumplimos 4 años nuestro padre nos regalo uno igual a este. Quería que aprendieramos a compartir por eso sólo nos dio uno, no obstante, un día de lluvia hubo truenos muy fuertes. Nosotros no estábamos en casa y cuando llegamos él ya no estaba. Queríamos ir a buscarlo, pero papá no lo permitió y él tuvo que ir en medio de la lluvia ja, ja fue la primera vez que hizo algo como eso... — calmé un poco mi risa y proseguí— Lo buscamos por días y jamas lo hallamos. Fuimos lágrimas toda una semana que ni siquiera nuestros padres sabían como calmarnos, incluso nos ofrecieron otro perro, sin embargo, no deseábamos otro sino el mismo... Y esa es una razón por la cual no tenemos mascotas.

Antes qué Riku comentara algo yo hablé.

—De hecho, es demasiado parecido — lo observé más de cerca y me dio un beso de sorpresa. Sonreí.

—Ese es un Tora Inu, todos los perritos están a la venta. Si lo quiere puede comprarlo.

—¿En serio? — pregunté con emoción —¿Cuanto es?

—¥171, 525.

—Bien — Busqué en mi mochila, sin embargo, no traía el dinero ¿Dónde estaba? Me puse sombría — Me han robado.

—¿Le quitaron el dinero? — interpelo Riku asombrado.

—Sí, demonios... Ya veré que hacer con Setsuna, — observé al perrito —pero volveré por ti — lo Bajé de mis piernas.

Terminamos nuestras bebidas y nos dirigimos hacia mi casa. Me despedí de Riku y una vez más me disculpe por desperdiciar su tiempo, pero según sus palabras para él no fue tiempo perdido. Al entrar Setsuna ya estaba esperando respuestas del porque llegué tan tarde.

—¿A dónde fueron?

—Bueno, fuimos a un café de perritos podríamos decir — respondí con nervios.

—¿Cómo una cita? — Alzó una ceja con su mirada pícara.

—¡No! ¡Setsuna, por favor! Sabes que no tengo intereses amorosos en él, sólo es mi amigo.

—"Mi..."

—¿Eh?

—Ocupaste "mi" ya no "un",significa que su relación ha crecido— indicó cruzando los brazos.

—Eso no tiene nada que ver — Subí las escaleras para ducharme y, posteriormente bajé con Setsuna para cenar. Cuando apenas íbamos a comenzar el timbre sonó y fuí a abrir, pensé que habría alguien afuera, sin embargo, solo había una caja de regalo. La observé con curiosidad, Setsuna se acercó a mí y cuestionó.

—No tengo idea de que es— aseguré metiendo la caja.

Cerramos la puerta y abrimos la caja de regalo, realmente no teníamos idea de que contenía, los olores en ella se mezclaba demasiado. Cuando Setsuna alzó la tapa un Kai Ken salió de él y me beso la cara.

—Eh, ¿¡eres tú?! — lo miré con detenimiento y me di cuenta que se trataba del perrito de la cafetería, pero ni lo había pagado ¿Por qué termino aquí? —¿Traé nota la caja?

—Sí, toma — Me entrego una pequeña tarjeta.

"Aceptelo como un regalo"

—Riku... — susurré.

—¿Qué pasa, Towa? —levanté la mirada y Setsuna ya tenía en brazos al perro.

—Nada— Me levanté y empezamos a encargarnos de Tora Inu, que nos olvidamos de cenar.

Hasta ahí por ahora no se cuando subiré el próximo episodio pero será pronto, ténganlo por seguro.

Stuck In The SameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora