Pov. Towa
—¿Por qué deben irse de nuevo? —Cuestioné viendo a nuestra madre.
—De verdad, lo siento, niñas. No sabíamos qué habría más problemas, pero en cuanto se resuelvan volvéremos — Se disculpó nuestra madre con voz melosa, en su mirada podiamos ver la tristeza.
—¿Cuánto tardarán, madre? — Interrogó Setsuna.
—Mm, no puedo darles un tiempo exacto, niñas — confesó suspirando. Las dos asentimos y no preguntando más cosas ni nos quejamos —Setsuna, por favor, cuida a tu hermana —Ella asintió y yo quedé boca abierta. Se supone que era la mayor —No lo tomes a mal, mi Towita, es sólo que pronto será luna nueva — aclaró mi madre tocando mi cabeza— No se metan en problemas.
Mamá subió al auto, nos despedimos de nuestros padres y posterior entramos a la casa.
Pasaron pocos días y llegó el día de luna nueva, como siempre permanecí en casa. Realmente eso no me molestaba tampoco es como si saliera tanto, además tenia tarea qué hacer.
—¿Estas segura que te quedas sola? —Preguntó Setsuna en la puerta.
—Sí, calma. No haré nada, puedes ir a divertirte — dije acostada en el sofá viendo la tele.
Pude observar qué Setsuna lo dudo por un tiempo, pero termino tomando mis palabras y se retiró. Ahora sólo quedábamos Peonía y yo solas en la casa, bueno, aun así no era tan malo.
Llegó la hora de comer de Peonía, pero no encontré su alimento o más bien seguramente no había.
—Ay... Demonios —Pensé —Peonía, sé paciente. Iré por tu alimento —indiqué tomando mis cosas —No hagas ningún desastre —ordené y ella ladró qué tomé como un sí.
Observé la hora y todavía no era tan noche, pero no había gente en la calle, cosa que me pareció extraña. Sin embargo, no le tomé importancia y seguí caminando, de todas formas. Aunque estuviera en mi forma humana aun podía protegerme, tenía uno que otro movimiento por si intentaban robarme.
Cuando ya estaba a una cuadra de llegar a la tienda, de repente las luces se apagaron y alguien me tomo los hombros por detrás y me tiro al suelo.—Ay — toqué mi nuca. Eso había dolido.
—¿Esta es la chica? ¿Estás seguro? —Observé a las dos personas, no entendía de que hablaban, seguramente se habían confundido.
—Mm... él vendrá si es la correcta— Hizo una seña y el otro muchacho se acercó a mí ¿qué trataba de hacer?
Sacó un cuchillo y se abalanzó hacia mí, lo esquivé apenas. Antes qué me volviera a atacar un individuo lo detuvo.
—¡Te lo dije! — comentó el de atrás con una cara de pavor.
Mi salvador le dio una patada al contrincante haciendo qué diera unos pasos hacia atrás.
—Fuera de aquí — pronunció y las dos personas salieron corriendo, parecían realmente asustados como si hubieran visto a un fantasma ¿tanto miedo causaba Riku?
Él volteo y me regalo una sonrisa. Me tendió la mano y yo la tomé, me ayudó a levantarme.
—Lo siento, señorita ¿se encuentra bien?
Me sacudí el polvo y afirmé a su pregunta.
—¿Quiénes eran?
—Am, unos viejos amigos.
Alcé la ceja y Riku al parecer detectó mis sospechas, razón por la cual debíamos cambiar el tema.
—Oh... Su cabello... —Se acercó un poco y lo tocó, me sonroje y sin darme cuenta ya me había cambiado el tema.
—E-este...
—¿Qué paso con su bello color plateado, mi princesa? —Me observó y levante la mirada.
—Los días de luna nueva... pierdó mis poderes — contesté desviando un poco la mirada y rascando mi nuca.
—Ah, ya veo... —Hizo una pausa y volvió a sonreír —Le queda hermoso —Mis ojos se abrieron un poco y mis mejillas se sonrojaron.
Antes qué dijéramos una palabra más, fuimos interrumpidos. Riku se colocó frente a mí.
—Oh, Riku ¿estás aquí?... —Se asomó y me vio—Al parecer los rumores son ciertos después de todo — Era un señor de hombros anchos, alto, con un cabello algo alocado, bien vestido y con una cimitarra en mano.
—Totetsu—habló con autoridad.
—Kyuki quiere a la chica, aunque tengo el presentimiento qué no la tendré fácil ¿no?
—Hmp— Riku tocó su arete y una espada apareció en su mano ¿acaso pelearian? —Señorita, por favor, quédese atrás. No tardaré —Me sonrió e hize caso.
Su batalla comenzó, parecían tener el mismo nivel, no obstante, algo me decía que Riku se estaba conteniendo. Mi pregunta era ¿Por qué? No había razón alguna.
La cimitarra de la nada se dirigió hacia mí, ni siquiera pude perservir de donde provino, fue tan rápido como una bala. Ya estaba muy cerca de mí como para esquivarlo, simplemente cerré los ojos esperando el dolor del impacto, sin embargo, no llegó sino que...
—¡Riku! —Me acerqué a él y ayude a apoyarse — Aguanta.
—Estoy bien, señorita ¿usted... está herida? —habló con un poco de dificultad, negué con la cabeza.
Cuando volteé ya no estaba el tipo llamado Totetsu, pero sí había un gran charco de sangre, seguramente Riku lo había herido cuando decidió atacarme, pero no esperaba que así terminará.
Le ayude a levantarse y nos dirigimos hacia su casa. Entramos por la ventana de su habitación y lo coloqué en la cama. Su ropa estaba llena de sangre, además sudaba mucho. Solo podría ser veneno, la espada tenia veneno y, aunque no tuviera mis poderes para detectarlo, sabía que era poderoso.
—¿Señorita?
—Tu herida debe ser curada — aclaré sacando un pequeño frasco de mi bolsa —Esto quitará el dolor y hará qué sane en unos cuantos días... —Riku me agradeció con una sonrisa —Perdón... Te he causado problemas.
—Para nada señorita, fui yo quien la metió en esto... — dijo cabizbaja.
No respondí y termine mi trabajo con la herida.
Me acerqué un poco más a Riku para ver la pequeña cortada qué tenía en la frente, quité su mechón y la toqué cuidadosamente.—Este... ¿Señorita Towa?
—No es nada— comenté reaccionando. Hubo un silencio y una pequeña risa salió de sus labios —Ahora ¿qué es lo gracioso, Riku?
—Lo siento, señorita, es que... —Abracé mis brazos, alcé la ceja e hice un puchero.
Él siguió riendo, yo estaba a punto de irme cuando me jaló del brazo y me besó, pero no en la mejilla si no los labios, esa acción me impacto demasiado, mis ojos se abrieron como platos. Cuando nos separamos no dije nada y toqué mi boca ligeramente, estaba segura que estaba como tomate. Antes qué dijéramos algo mi teléfono nos interrumpió.
—Es Setsuna... —observé su mensaje— quiere que regresé.
—No la retengo más, vaya.
—Mm, no puedo dejarte así, estás herido...—comenté pensativa.
—Hmp—Me tomó de la muñeca y me acerco más a él, cara a cara, —Entonces, haga el honor de quedarse a mi lado —Volví a sonrojarme.
Riku provocaba algo en mí qué jamás había sentido, esta emoción era nueva y no sabía como entenderla...
Continuará
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Stuck In The Same
Fiksi Penggemar¿Alguna vez pensaste que deberías matar a la persona que amabas? Pues, en definitiva Riku ni Towa lo habían imaginado... Los dos están atados a un compromiso del cual sólo pueden salir asesinando al otro, pero en el inesperado intento terminan enamo...