La humanidad se regía en tiempos por su vanidad, mostrando la vaga forma de ser del ser humano, siendo creados para un objetivo general bastante simple y terminando por hacerse cuestionamientos sobre lo que realmente debían seguir, negándose ante su Dios aunque éste daba señales claras, siendo aborrecidos por la sagrada corte aún cuando existían las excepciones entre ellos, excepciones que eran aniquiladas por mentes más cerradas y dispuestas a dar cierre a la forma unilateral de pensamiento.
No obstante, seguían apareciendo mensajes claros de fe, suplicas y pensamientos vagos que se coordinaban en esa parte del raciocinio que no muchos tomaban en cuenta, creían que hablar con ellos mismos era parte de una locura, un secreto bien guardado de demencia que podía ser castigada por personas con delirios de poder y superioridad; la época en la que se desenvolvía todo el escenario, no sería tan catastrófica como el futuro cercano de cual aduras penas Gabriel podía estar seguro, solo necesitaba una palabra clave para avalar la visión que se le era otorgada y así fue.
Más temprano que tarde, su señor le encargaba un cometido importante, sus hermanos en consideración con esto, sintieron curiosidad, y sí, era con respecto al mismo asunto del que él también había informado hacía setenta semanas de años a Daniel; solo que aquello servía de camino a lo que estaría por suceder. El arcángel se mostraba seguro de lo que haría y diría, pero dentro de sus pensamientos, estaban esas visiones que gracias a Dios, pudo presenciar. Cuánta desgracia estaba por venir.
Las oraciones de Zacarías finalmente eran escuchadas, su señor había tomado en consideración la palabra y fe del hombre cuyo deseo era tener un hijo junto a su esposa Elisabet, y que por ser estéril, no podía concebir. La bondad de Dios siempre iba estar velando por las almas que se conducían de manera intachable en sus mandamientos, la magnitud del milagro y si el camino en el que se llevarían los hechos, darían resultados significativos. Y es que todo acto del altísimo era perfección, todo estaba coordinado y dispuesto para ser en su totalidad, una obra divina.
Nada es imposible para Dios si pides con fe.
En su descenso de los cielos, con un mensaje a Zacarías, sacerdote a cargo de la quema de incienso en el templo, tuvo que reconsiderar la forma en la que se acercaría, por más devoto que éste fuese a los ojos del señor, seguía siendo un mortal con miedos e inseguridades que podían volverse en contra de un segundo a otro durante el testimonio que tenía para él.
A la derecha del altar de incienso se encontraba Gabriel, observando al hombre alarmarse por su manifestación, éste mantenía gestos de total pavor ante el arcángel quien en ningún momento dio razones para que éste escapara del recinto, al contrario, con una dulce voz se hacía presente antes de dar a escuchar el anuncio.
▬ No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y lo llamarás Juan.
Manifestaba el alado.
▬ Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento. Porque él será grande delante del Señor; no beberá ni vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre. Y él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios. E irá delante de él en el espíritu y poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto.
La confusión del hombre se manifestó, esa parte de duda que no comprendía en los mortales, buscando respuesta a todo acto por más obvio que fuese y aunque la señal fuese, clara, directa y sin rodeos, todo parecía apuntar a que el arcángel estaba puesto a prueba por la pregunta que se genero por parte del sacerdote.
"¿Cómo podré saber esto? Porque yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada".
Retumbaban las palabras dentro de Gabriel, teniendo entonces que tomar medida ante tal desacato por más mínimo que fuese.
▬ Yo soy Gabriel, que estoy en la presencia de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas.
Se presentaba el anunciante con un nuevo semblante, uno más fuerte, dando poder a tales palabras que significaban tanto para el arcángel y que debían hacer colisión en la mente del hombre estupefacto.
▬ Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo.
Prosiguió con firmeza, negado a seguir mediando con la persona frente a él, desvaneciendo, listo para ascender a su lugar, sin antes seguir muy de cerca la reacción del pueblo por tal obrar del mensajero, Zacarías trataba de comunicarse y para su sorpresa, los demás con un par de señas desesperadas, lograron entender partes de lo que él quería hacerles llegar; no hacían falta más pruebas, siquiera una vista universal del cuerpo y alma del poder que podían tener los siete arcángeles, con solo una aparición, tampoco se necesitaba una palabra directa de Dios para que se hiciera evidente que él obraba de formas misteriosas una vez que las personas seguían con esperanza su cometido para el mundo.
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¡Hola! Ésta es mi primera historia de Wattpad así que no sé mucho de cómo va todo, pero estaré siempre atenta a sus sugerencias, preguntas, consejos, críticas constructivas y demás, para que de esa manera las próximas historias puedan ser mucho mejor para todos.
¡Gracias de antemano por leer!
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in virtute Dei.
Teen FictionEl arcángel Gabriel, uno de los siete príncipes de la corte celestial es enviado a la tierra con la misión de conocer los sentimientos mundanos que los arrastran a radicar con mayor frecuencia en el infierno, en su estadía en el plano terrenal exper...