Capítulo VI; Protected pt 3

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#Gabriel:

Estaba seguro de que no podía mantener más ese beso, era darle larga al consumo de una energía que no le pertenecía y tomando más consciencia no la estaba pidiendo la estaba obteniendo de forma egoísta, cosa que hizo respingar a Gabriel tan rápido que sus sentidos a pesar de estar tan sumidos en el dulzor y suavidad de los pares semejantes, fue alejándose hasta observar de nuevo el rostro ajeno, suspirando de forma pesada una vez que la calidez se iba disipando de sus propios cerezos.

Jace no era tan bajo, quedaba a una altura perfecta para solo bajar un poco el rostro y besarle de nuevo para sellar el contrato, un vínculo único de protegido y protector, poseía ese cabello claro y rubio, con ojos claros y contextura conservada que se veía ágil, digno de un cazador de sombras.

Ante la situación, el arcángel de forma rápida, decidió tomar la delantera, volver a su posición original, alejándose por respeto, uno que debió haber tenido al inicio, ofreciendo una sutil reverencia con su cabeza en forma de disculpas, soslayando ahora con gran afabilidad buscando calmar en la medida posible los sentimientos confusos que podrían generarse al instante en el de sangre angelical.

▬ Te ofrezco una disculpa, no estaba dentro de mis planes una reacción como esa de mi parte, me precipité a sellar el contrato sin antes preguntarte. He de suponer que fue el magnetismo de encontrar mi misión. 

Inició con un tono de voz amable, aclarando su garganta un par de veces antes de proseguir en su justificación.

▬ Puede que sepas ahora lo que soy ya que tú runa debe estar experimentando una calidez única, sin embargo, puede que no sepas el porqué de mi presencia... Y si así es, entonces tendrás la respuesta a mi osadía.

Gabriel esperó unos segundos, buscando las palabras apropiadas en su cabeza sin saber si ser coloquial o muy técnico con lo que diría, pero tenía que formularlo con suma precisión.

▬ Soy Gabriel, el del anuncio, quien se encuentra sentado a la izquierda de Dios y hoy estoy ante ti Herondale, porque he visto en ti lo que busco, eres parte de una respuesta, de mi éxito o mi rotunda perdición. 

En una pausa el arcángel hizo manifestar sus alas, mismas que no tuvieron clemencia en salir con prisa desgarrando su camisa en la parte por la cual escapaban a relucir el hermoso par, la simetría de ambas era perfecta, alas doradas y pesadas por ser del oro más macizo pero que se movían con gentileza generando la suave ventisca en el rostro contrario, pero por más maravilloso que pudiese ser el acto en presencia del chico la aparición de las alas se debían a la decisión del arcángel.

Su mano acarició de forma superficial su ala derecha y durante el fino roce de las yemas de sus dedos una pluma fue arrancada, ocasionando el dolor punzante y el ardor de sentir el desprendimiento de esa; estaba seguro de que tal propuesta, sería una de las más especiales para él, sobre todo por los gestos del contrario, tal vez experimentando un gran shock por toda la información verbal y visual que tenía que procesar sin embargo el alado no se detuvo en su actuar y de a poco fue descendiendo hasta que su rodilla izquierda se hincó en el piso mientras que su pierna derecha formaba un ángulo de noventa grados.

Ya en la postura de caballero y teniendo la pluma entre el dígito de su anular y pulgar sosteniéndola en toda la base de la misma, Gabriel acercó dicho presente hasta la figura del chico observando los ojos café antes de parlotear, esperando que esa imagen que tenía el nephilim del pálido mensajero de ojos grises se quedara grabada una vez que éste tomara consciencia de lo que sucedía.

▬ Te veo reflejado en mí y siento que estoy de igual forma reflejado en ti, tienes todo lo que necesito, lo que no sabía que necesitaba; eres mi complemento y por eso quiero que seas mi protegido. 

Admitió ahora cabizbajo esperando la respuesta definitiva del masculino con todo en su contra, un beso no debía ser tan apresurado, se podía mal interpretar en el mundo terrenal, más por ser un desconocido para él y aún así lo había hecho.

No pensó con claridad en ese momento y todos sus sentimientos y sentidos fueron nublados, el porqué era obvio, añoraba tanto a ese ser frente a él que de la nada estaba comenzando a generar en sus adentros la máxima necesidad.

Lo necesitaba, lo quería, lo anhelaba, pero todo dependía de la respuesta del que había sido besado sin previo aviso, durante la noche, sin comprender nada, siquiera la razón de ese concentrado aroma a café en el ambiente.

in virtute Dei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora